Presupuesto y Crisis Europea

  • 06-10-2011

Mientras los rumores de mercado señalaban que el Banco Central Europeo (BCE) mantendría o incluso bajaría hoy las tasas de interés para la zona del euro, dejándolas en 1,5% o 1%, y que la entidad anunciaría una nueva inyección de liquidez a un año, la canciller alemana dijo que su país es partidario de recapitalizar los bancos si hubiera una posición europea común. Ambas noticias estimularon a mercados que, el día anterior, habían tenido una de sus peores jornadas, volviendo a elevar la esperanza de un cambio de tendencia en la alicaída economía del viejo continente.

En efecto, la mayor parte de los indicadores de crecimiento económico en la zona mostraron al cierre de tercer trimestre una fuerte ralentización, aumentando la incertidumbre y desconfianza producto de la crisis de endeudamiento y grave situación de Grecia. Como se sabe, Atenas ha confirmado que no podrá cumplir con la reducción del déficit para 2011 y 2012, mientras que las duras medidas de ajuste fiscal para avanzar en esa dirección generaban nuevas y masivas manifestaciones en la península.

Y las previsiones de desocupación de Grecia son peores. Atenas espera que la tasa media de cesantía se situará en 15,2% en 2011 y subirá al 16,4% en 2012. La recesión que azota a la economía helena, en tanto, alcanzará a menos 5,2% del PIB en 2011 y menos 2,5% en 2012, mientras la deuda pública en circulación representará el 2012, un 173% del PIB, frente al 162% previsto para este año. En su búsqueda de legitimación, el gobierno griego informó que planea convocar a un plebiscito para conseguir apoyo a su gestión de la crisis, aunque no especificó detalles, fecha ni pregunta que se hará a los ciudadanos.

La situación está infectando a toda la zona. El índice manufacturero PMI (Purchasing Managers Index) se contrajo en septiembre a su nivel más bajo en 25 meses. Todos los países sufrieron fuertes descensos y sólo Alemania vio su PMI por encima de la marca de 50 puntos (o neutral), aunque también cayó, impulsado por bajas ventas internas y creciente debilidad de sus exportaciones. Mientras, la lógica aversión al riesgo y el obligado desapalancamiento que están realizando empresas e instituciones financieras, ha secado las líneas de crédito, retroalimentando el ciclo descendente de la actividad.

El aumento de los riesgos del sistema financiero, debido al deterioro de la calidad de los activos, amenaza con desencadenar, pues, una reacción en cadena de desapalancamiento con sus correspondientes consecuencias en la economía real. Si aquello se suma a  la disminución del comercio, de los flujos de capital y los precios de los commodities que afectan a países emergentes como Chile, será difícil escapar a una nueva recesión. Si no hay una acción coordinada de los Gobiernos europeos y la confianza no retorna, como parece evidenciarse en las tremendas oscilaciones del precio del cobre, las previsiones presupuestarias de Hacienda en Chile, de un cobre a US$ 3,7 y crecimiento del PIB de 5% en el 2012, podrían estar sobre estimadas, mientras que en el caso del dólar a $472, subestimado. Así las cosas, el mayor gasto fiscal que el presupuesto 2012 implica, debería indicar cuáles serán las fuentes de los recursos eventualmente faltantes para cubrir los déficits que se producirán si no se cumplen las expectativas del Ejecutivo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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