Actualmente en el Parlamento hay pendientes para su discusión tramitación cerca de 480 reformas constitucionales, lo que evidencia el interés de los parlamentarios por dejar atrás la enmendada Constitución de los años 80 y avanzar hacia una nueva carta democrática.
El presidente del Senado, Guido Girardi, informó que adoptarán un proyecto de acuerdo, que esperan votar el próximo martes, y luego generarán una iniciativa de ley donde se detallará la forma en la que va a funcionar una Comisión Constituyente.
En primera instancia, se sabe que será bicameral, es decir, que estará conformada por diez senadores y diez diputados de distintos sectores políticos.
La intención de esto es trasladar la discusión que ha surgido en la ciudadanía a la institución representativa por excelencia, que sería el Congreso, según indicó el senador independiente, Carlos Cantero: “El Congreso asume su responsabilidad cívica, ni en la Alameda, ni en La Moneda, es en el Congreso donde reside la soberanía del pueblo y es allí donde se deben tratar los temas más relevantes del país y resolverse con amplios márgenes de participación. La sociedad industrial ha muerto, se ha instalado la sociedad de la información y el conocimiento, los nuevos desafíos son distintos, y vemos como nuestras estructuras son insuficientes e incapaces”.
Según los parlamentarios, ya existirían conversaciones con el oficialismo para aprobar el proyecto de acuerdo y avanzar en este camino. Sin embargo, el vicepresidente de la UDI, senador Hernán Larraín, descartó de plano la propuesta, e indicó que “no estamos en Venezuela, estamos en Chile, un país institucional. Si alguien quiere reformular la Constitución, que siga el camino establecido, y lo estudiaremos como todas las iniciativas que se presentan en un Estado de Derecho y democrático. Creo que la Concertación perdió el norte, perdió los votos, el apoyo ciudadano, y la sintonía interna. Ahora quieren caer en el asambleísmo, no, eso no es para nosotros, no es para Chile”.
La idea originalmente ha nacido desde la sociedad civil y busca generar una Asamblea Constituyente, una instancia que, conforme a nuestra actual Constitución, hoy no está permitida.
Los parlamentarios, no obstante, afirmaron que invitarán a los ciudadanos y expertos constitucionalistas de todos los sectores, sin embargo, esto ya está siendo mirado con desconfianza, ya que estos actores finalmente no participarán en la elaboración de los proyectos, ni en su votación.
Gustavo Ruz, Coordinador del Movimiento Ciudadano por una Asamblea Constituyente, declaró que “los movimientos sociales no necesitan que sean escuchados por gente sin representatividad. Ellos están por dos razones, un sistema binominal que les permite estar ahí sin sacar un voto algunos, y por la cercanía entre la política y el dinero, porque deben decir de dónde sacaron millonarias sumas que requieren para lograr ser elegidos”.
Ruz añadió que los senadores están actuando fuera del marco de sus atribuciones constitucionales, ya que no fueron elegidos para cambiar la Constitución, la que, según su naturaleza jurídica, política cultural e histórica debe emanar de un poder constituyente como es el pueblo.
Actualmente en el Parlamento hay pendientes para su discusión tramitación cerca de 480 reformas constitucionales, lo que evidencia el interés de los parlamentarios por dejar atrás la enmendada Constitución de los años 80 y avanzar hacia una nueva carta democrática.
El presidente del Senado, Guido Girardi, informó que adoptarán un proyecto de acuerdo, que esperan votar el próximo martes, y luego generarán una iniciativa de ley donde se detallará la forma en la que va a funcionar una Comisión Constituyente.
En primera instancia, se sabe que será bicameral, es decir, que estará conformada por diez senadores y diez diputados de distintos sectores políticos.
La intención de esto es trasladar la discusión que ha surgido en la ciudadanía a la institución representativa por excelencia, que sería el Congreso, según indicó el senador independiente, Carlos Cantero: “El Congreso asume su responsabilidad cívica, ni en la Alameda, ni en La Moneda, es en el Congreso donde reside la soberanía del pueblo y es allí donde se deben tratar los temas más relevantes del país y resolverse con amplios márgenes de participación. La sociedad industrial ha muerto, se ha instalado la sociedad de la información y el conocimiento, los nuevos desafíos son distintos, y vemos como nuestras estructuras son insuficientes e incapaces”.
Según los parlamentarios, ya existirían conversaciones con el oficialismo para aprobar el proyecto de acuerdo y avanzar en este camino. Sin embargo, el vicepresidente de la UDI, senador Hernán Larraín, descartó de plano la propuesta, e indicó que “no estamos en Venezuela, estamos en Chile, un país institucional. Si alguien quiere reformular la Constitución, que siga el camino establecido, y lo estudiaremos como todas las iniciativas que se presentan en un Estado de Derecho y democrático. Creo que la Concertación perdió el norte, perdió los votos, el apoyo ciudadano, y la sintonía interna. Ahora quieren caer en el asambleísmo, no, eso no es para nosotros, no es para Chile”.
La idea originalmente ha nacido desde la sociedad civil y busca generar una Asamblea Constituyente, una instancia que, conforme a nuestra actual Constitución, hoy no está permitida.
Los parlamentarios, no obstante, afirmaron que invitarán a los ciudadanos y expertos constitucionalistas de todos los sectores, sin embargo, esto ya está siendo mirado con desconfianza, ya que estos actores finalmente no participarán en la elaboración de los proyectos, ni en su votación.
Gustavo Ruz, Coordinador del Movimiento Ciudadano por una Asamblea Constituyente, declaró que “los movimientos sociales no necesitan que sean escuchados por gente sin representatividad. Ellos están por dos razones, un sistema binominal que les permite estar ahí sin sacar un voto algunos, y por la cercanía entre la política y el dinero, porque deben decir de dónde sacaron millonarias sumas que requieren para lograr ser elegidos”.
Ruz añadió que los senadores están actuando fuera del marco de sus atribuciones constitucionales, ya que no fueron elegidos para cambiar la Constitución, la que, según su naturaleza jurídica, política cultural e histórica debe emanar de un poder constituyente como es el pueblo.
Actualmente en el Parlamento hay pendientes para su discusión tramitación cerca de 480 reformas constitucionales, lo que evidencia el interés de los parlamentarios por dejar atrás la enmendada Constitución de los años 80 y avanzar hacia una nueva carta democrática.
El presidente del Senado, Guido Girardi, informó que adoptarán un proyecto de acuerdo, que esperan votar el próximo martes, y luego generarán una iniciativa de ley donde se detallará la forma en la que va a funcionar una Comisión Constituyente.
En primera instancia, se sabe que será bicameral, es decir, que estará conformada por diez senadores y diez diputados de distintos sectores políticos.
La intención de esto es trasladar la discusión que ha surgido en la ciudadanía a la institución representativa por excelencia, que sería el Congreso, según indicó el senador independiente, Carlos Cantero: “El Congreso asume su responsabilidad cívica, ni en la Alameda, ni en La Moneda, es en el Congreso donde reside la soberanía del pueblo y es allí donde se deben tratar los temas más relevantes del país y resolverse con amplios márgenes de participación. La sociedad industrial ha muerto, se ha instalado la sociedad de la información y el conocimiento, los nuevos desafíos son distintos, y vemos como nuestras estructuras son insuficientes e incapaces”.
Según los parlamentarios, ya existirían conversaciones con el oficialismo para aprobar el proyecto de acuerdo y avanzar en este camino. Sin embargo, el vicepresidente de la UDI, senador Hernán Larraín, descartó de plano la propuesta, e indicó que “no estamos en Venezuela, estamos en Chile, un país institucional. Si alguien quiere reformular la Constitución, que siga el camino establecido, y lo estudiaremos como todas las iniciativas que se presentan en un Estado de Derecho y democrático. Creo que la Concertación perdió el norte, perdió los votos, el apoyo ciudadano, y la sintonía interna. Ahora quieren caer en el asambleísmo, no, eso no es para nosotros, no es para Chile”.
La idea originalmente ha nacido desde la sociedad civil y busca generar una Asamblea Constituyente, una instancia que, conforme a nuestra actual Constitución, hoy no está permitida.
Los parlamentarios, no obstante, afirmaron que invitarán a los ciudadanos y expertos constitucionalistas de todos los sectores, sin embargo, esto ya está siendo mirado con desconfianza, ya que estos actores finalmente no participarán en la elaboración de los proyectos, ni en su votación.
Gustavo Ruz, Coordinador del Movimiento Ciudadano por una Asamblea Constituyente, declaró que “los movimientos sociales no necesitan que sean escuchados por gente sin representatividad. Ellos están por dos razones, un sistema binominal que les permite estar ahí sin sacar un voto algunos, y por la cercanía entre la política y el dinero, porque deben decir de dónde sacaron millonarias sumas que requieren para lograr ser elegidos”.
Ruz añadió que los senadores están actuando fuera del marco de sus atribuciones constitucionales, ya que no fueron elegidos para cambiar la Constitución, la que, según su naturaleza jurídica, política cultural e histórica debe emanar de un poder constituyente como es el pueblo.
