La zona euro en vilo por la votación sobre el fondo de rescate en Eslovaquia

La eurozona contenía este martes el aliento en espera de una votación en el Parlamento eslovaco que podría bloquear el fortalececimiento del fondo de rescate europeo, un arma clave para evitar un contagio de la crisis de la deuda.

La eurozona contenía este martes el aliento en espera de una votación en el Parlamento eslovaco que podría bloquear el fortalececimiento del fondo de rescate europeo, un arma clave para evitar un contagio de la crisis de la deuda.

Eslovaquia es el único de los 17 países de la eurozona que aún no ha aprobado el plan para reforzar el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), con el que se pretende ayudar al sector bancario, muy expuesto a la crisis de la deuda europea.

“Esta decisión es importante para la estabilidad de la Eurozona. No tenemos tiempo que perder y esperamos que Eslovaquia adopte (el refuerzo del fondo) cuanto antes”, señaló una portavoz de la UE. Las posturas están tan divididas en Eslovaquia, uno de los países más pobres de la Unión Europea, que su primera ministra Iveta Radicova ha condicionado el futuro de su gobierno al voto del FEEF. “Anuncié a mis aliados de la coalición que la votación de hoy (martes) sobre nuestro futuro en Europa será una moción de confianza para nuestro gobierno”, dijo.

El apoyo de este país de poco más de cinco millones de habitantes define el futuro de Eurozona, que busca acelerar una solución a la crisis para que sea debatida en la cumbre de la UE el 23 de octubre y presentada ante el G20 (de potencias industrializadas y emergentes) en Cannes el 3 y 4 de noviembre.

La coalición de gobierno eslovaca tiene 79 escaños de un total de 150, de los cuales 22 pertenecen a SaS, un partido liberal y euroescéptico. Su líder, Richard Sulik, considera que los eslovacos son demasiado pobres como para pagar errores ajenos y se niega a votar a favor del FEEF, salvo si la Eurozona acepta que Eslovaquia no pague su parte de 7.700 millones de euros.

Pero un voto negativo de Eslovaquia paralizaría los mecanismos de rescate financiero aprobados en la cumbre europea del 21 de julio pasado. Con un capital de 440.000 millones de euros, el fondo de rescate podrá ofrecer créditos a los países en dificultades para que puedan recapitalizar su banca o comprar deuda pública en los mercados secundarios, en caso de ser aprobado.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, exhortó en Bruselas a los gobiernos europeos a tomar “decisiones claras” para solucionar los problemas de la deuda.

Y una de las principales prioriades de los países europeos es la recapitalización de los bancos más expuestos y así evitar una propagación de la crisis al sector bancario, sobre todo en los países más amenazados como Francia, España e Italia.

Pero por más que todos estén de acuerdo en la necesidad de inyectar capital sobre la banca europea hay algunos puntos que resolver para presentar un plan que reciba el visto bueno de todos los países de la Unión Monetaria. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, anunció que el miércoles entregará sus “propuestas” a la Comisión Europea para recapitalizar a los bancos.

En Atenas al menos hubo una noticia alentadora. La delegación tripartita compuesta por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monteario Internacional (FMI) anunció que ha “llegado a un acuerdo con las autoridades sobre la política presupuestaria y económica requerida para enderezar nuevamente el programa económico”.

Cuando las conclusiones de la troika sean aprobadas por la Eurozona y el FMI “el tramo de 8.000 millones de euros estará disponible, probablemente a principios de noviembre”, señala el comunicado. En ese caso, Grecia podrá por fin recibir el último tramo del primer paquete de ayuda por 110.000 millones de euros, aprobado en mayo de 2010.

Pero la troika también señaló que el éxito del plan “sigue dependiendo de la movilización” por parte de los socios y acreedores privados del país. El plan implica además duros recortes en Grecia y enfrenta fuertes resistencias entre la asfixiada población, que prevé una huelga general el 19 de octubre.





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