En sus objetivos análisis, creo que usted va al centro de la injusticia, es decir, que los que acusan de violentistas a los que reclaman derechos y justicia son los que se olvidan que fueron los que aplicaron la violencia más brutal bombardeando La Moneda y suprimiendo todas las instituciones republicanas aquel 11/09/73. Qué descaro y cuál hipocresía de estos individuos que participaron directamente en esos criminales actos, o bien, brindaban en sus casas mientras los asesinos hacían el sucio trabajo. Desgraciadamente este odioso modelo es aplicado a nivel planetario por las grandes potencias, encabezadas por EE.UU, que se autodenominan democracias desarrolladas, y desde el fin de la Segunda Guerra no han hecho nada más que aplicar la violencia más deshumana a partir de las bombas atómicas ya inútiles en Japón y toda las guerras que llegan hasta nuestros días bajo el nombre de guerras humanitarias, ya el adjetivo es ilógico. Ellos tienen el monopolio de la violencia, pero pienso que los pueblos martirizados, saqueados y negados en sus derechos tienen todo el derecho a resistir incluso con la violencia, y así liberarse. ¡Es un sacrosanto derecho! Después de la caída de la Unión Soviética hay un renacer de la “cultura” colonial en Europa, véase la guerra contra Libia. Al menos la Unión Soviética, con todos sus errores, permitió la liberación de tantos pueblos y en eso nos hace falta. También muchos partidos pseudo-izquierdistas hicieron y continúan negando el conflicto, apaciguando las ansias liberadoras de los pueblos, pero creo que ahora muchos “engañados” se están sacando las vendas de los ojos; y la lucha de los jóvenes chilenos lo revelan.

Distinguidos y fraternales saludos.

Carlos Tapia M.

Milan Italia