La cantante Cesaria Evora, quien falleció el pasado sábado a los 70 años víctima de una insuficiencia cardiorrespiratoria y tensión cardíaca elevada, será sepultada este martes en su natal Mindelo, localidad de la isla de San Vicente, en Cabo Verde.
Luego de su muerte, el Gobierno de su país decretó dos días de duelo oficial, mientras numerosos jefes de Estado, ministros y representantes del mundo de la cultura han manifestado su pesar, especialmente en los países de habla portuguesa.
“Era una de las referencias mayores de la cultura de Cabo Verde”, lamentó el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.
“Tuve la suerte de escuchar su música por primera vez en Brasil, donde fue un bálsamo su voz. El dialecto portugués que hablaba era como ¡wow!, ¿qué es esto, quién es esta señora, quién canta esto?”, recordó por su parte el músico chileno Joe Vasconcellos, quien la conoció a ella y sus músicos, aunque “como un seguidor más, con la pera tiritando”.
Cesaria Evora es conocida por haber dado a conocer la morna y la coladera, géneros propios de Cabo Verde, mezclas de música portuguesa, brasileña y africana. Sus canciones le dieron fama internacional luego que grabara su primer disco en París, recién en 1988, a los 47 años, después de haber permanecido por años cantando en su tierra natal, sin ser conocida en otros países.
La “diva de los pies descalzos”, como era conocida por su forma de actuar, compartió más tarde escenario con músicos como Salif Keita, Caetano Veloso y Chucho Valdés y Compay Segundo, entre otros. “Creo que ella despertó un cariño por los músicos mayores, que el fenómeno de Cesaria Evora, sin querer, trajo a los viejitos cubanos… como que se abrió un espacio y la gente quería escuchar eso”, aseguró Joe Vasconcellos.
A lo largo de su carrera, Cesaria Evora dio a conocer la pobreza y dificultades de Cabo Verde, pequeño archipiélago de 500 mil habitantes ubicado frente a las costas de Senegal que en 1975 obtuvo la independencia de Portugal. Por eso también fue reconocida, entre otras condecoraciones, con el Premio de la Música de la Unesco, en 1998.
Con los pies descalzos, como siempre, se presentó en innumerables escenarios de Europa, Japón, Australia y Estados Unidos. También lo hizo en Chile en dos ocasiones: la última, en mayo de 2009 en el Teatro Caupolicán.
Cesaria Evora había dejado los escenarios en septiembre pasado por sus problemas de salud y vuelto a su natal Cabo Verde, donde su voz finalmente se apagó.
La cantante Cesaria Evora, quien falleció el pasado sábado a los 70 años víctima de una insuficiencia cardiorrespiratoria y tensión cardíaca elevada, será sepultada este martes en su natal Mindelo, localidad de la isla de San Vicente, en Cabo Verde.
Luego de su muerte, el Gobierno de su país decretó dos días de duelo oficial, mientras numerosos jefes de Estado, ministros y representantes del mundo de la cultura han manifestado su pesar, especialmente en los países de habla portuguesa.
“Era una de las referencias mayores de la cultura de Cabo Verde”, lamentó el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.
“Tuve la suerte de escuchar su música por primera vez en Brasil, donde fue un bálsamo su voz. El dialecto portugués que hablaba era como ¡wow!, ¿qué es esto, quién es esta señora, quién canta esto?”, recordó por su parte el músico chileno Joe Vasconcellos, quien la conoció a ella y sus músicos, aunque “como un seguidor más, con la pera tiritando”.
Cesaria Evora es conocida por haber dado a conocer la morna y la coladera, géneros propios de Cabo Verde, mezclas de música portuguesa, brasileña y africana. Sus canciones le dieron fama internacional luego que grabara su primer disco en París, recién en 1988, a los 47 años, después de haber permanecido por años cantando en su tierra natal, sin ser conocida en otros países.
La “diva de los pies descalzos”, como era conocida por su forma de actuar, compartió más tarde escenario con músicos como Salif Keita, Caetano Veloso y Chucho Valdés y Compay Segundo, entre otros. “Creo que ella despertó un cariño por los músicos mayores, que el fenómeno de Cesaria Evora, sin querer, trajo a los viejitos cubanos… como que se abrió un espacio y la gente quería escuchar eso”, aseguró Joe Vasconcellos.
A lo largo de su carrera, Cesaria Evora dio a conocer la pobreza y dificultades de Cabo Verde, pequeño archipiélago de 500 mil habitantes ubicado frente a las costas de Senegal que en 1975 obtuvo la independencia de Portugal. Por eso también fue reconocida, entre otras condecoraciones, con el Premio de la Música de la Unesco, en 1998.
Con los pies descalzos, como siempre, se presentó en innumerables escenarios de Europa, Japón, Australia y Estados Unidos. También lo hizo en Chile en dos ocasiones: la última, en mayo de 2009 en el Teatro Caupolicán.
Cesaria Evora había dejado los escenarios en septiembre pasado por sus problemas de salud y vuelto a su natal Cabo Verde, donde su voz finalmente se apagó.
La cantante Cesaria Evora, quien falleció el pasado sábado a los 70 años víctima de una insuficiencia cardiorrespiratoria y tensión cardíaca elevada, será sepultada este martes en su natal Mindelo, localidad de la isla de San Vicente, en Cabo Verde.
Luego de su muerte, el Gobierno de su país decretó dos días de duelo oficial, mientras numerosos jefes de Estado, ministros y representantes del mundo de la cultura han manifestado su pesar, especialmente en los países de habla portuguesa.
“Era una de las referencias mayores de la cultura de Cabo Verde”, lamentó el presidente de Cabo Verde, Jorge Carlos Fonseca.
“Tuve la suerte de escuchar su música por primera vez en Brasil, donde fue un bálsamo su voz. El dialecto portugués que hablaba era como ¡wow!, ¿qué es esto, quién es esta señora, quién canta esto?”, recordó por su parte el músico chileno Joe Vasconcellos, quien la conoció a ella y sus músicos, aunque “como un seguidor más, con la pera tiritando”.
Cesaria Evora es conocida por haber dado a conocer la morna y la coladera, géneros propios de Cabo Verde, mezclas de música portuguesa, brasileña y africana. Sus canciones le dieron fama internacional luego que grabara su primer disco en París, recién en 1988, a los 47 años, después de haber permanecido por años cantando en su tierra natal, sin ser conocida en otros países.
La “diva de los pies descalzos”, como era conocida por su forma de actuar, compartió más tarde escenario con músicos como Salif Keita, Caetano Veloso y Chucho Valdés y Compay Segundo, entre otros. “Creo que ella despertó un cariño por los músicos mayores, que el fenómeno de Cesaria Evora, sin querer, trajo a los viejitos cubanos… como que se abrió un espacio y la gente quería escuchar eso”, aseguró Joe Vasconcellos.
A lo largo de su carrera, Cesaria Evora dio a conocer la pobreza y dificultades de Cabo Verde, pequeño archipiélago de 500 mil habitantes ubicado frente a las costas de Senegal que en 1975 obtuvo la independencia de Portugal. Por eso también fue reconocida, entre otras condecoraciones, con el Premio de la Música de la Unesco, en 1998.
Con los pies descalzos, como siempre, se presentó en innumerables escenarios de Europa, Japón, Australia y Estados Unidos. También lo hizo en Chile en dos ocasiones: la última, en mayo de 2009 en el Teatro Caupolicán.
Cesaria Evora había dejado los escenarios en septiembre pasado por sus problemas de salud y vuelto a su natal Cabo Verde, donde su voz finalmente se apagó.
