El sistema de quintiles que se utiliza para dividir a la población según estratos socioeconómicos no sirve para implementar políticas públicas, señaló el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán.
Cabe recordar que esta herramienta divide al total de hogares en cinco grupos iguales, que equivalen cada uno al 20 por ciento de la población. Asimismo, también se usa la división en deciles o veintiles, que corresponden a diez y veinte grupos iguales, es decir, el diez y cinco por ciento de los hogares. Entre otras ayudas estatales, es usada para la entrega de becas estudiantiles.
Entrevistado por Patricio López en el Semáforo de Radio Universidad de Chile, Gonzalo Durán sostuvo que este mecanismo no es adecuado, debido a los altos índices de desigualdad existentes en el país.
El economista explicó que, por ejemplo, el quinto quintil, que agrupa al veinte por ciento de los hogares supuestamente más ricos, tiene un ingreso per cápita mínimo de 286 mil pesos, lo que permite que en ese segmento se agrupe a personas con situaciones completamente distintas: “Por ejemplo, un estudiante que trabaja durante el día, estudia en la noche y gana trescientos mil pesos, ese esforzado estudiante, forma parte del veinte por ciento más rico de Chile y comparte el mismo grupo con personas que pueden obtener ingresos mensuales de treinta o cuarenta millones de pesos. Es decir, ese estudiante está en el mismo grupo en que puede estar Luksic, Angelini o la familia Matte”, señaló.
Gonzalo Durán precisó que ni siquiera dividir a la población en deciles o veintiles sería adecuado. Esto, porque al medir por veintiles, por ejemplo, un profesional que vive solo y gana 784 mil pesos es clasificado entre el cinco por ciento más rico del país: “Tampoco sirve ¿Qué es lo que serviría? Para una sociedad tan desigual como Chile, lo que debería ocuparse es dividir a la población en cien grupos de uno por ciento. Cuando hacemos eso, es decir, por percentiles, uno podría discriminar de manera mucho más concreta el uno por ciento más rico, que está contaminando todas las cifras. Incluso va más allá: hemos hecho estudios que demuestran que en realidad se trataría de 4.500 familias, el 0,1 por ciento de los chilenos son los que obtienen ingresos estratosféricos que hacen que la sociedad sea altamente desigual”, indicó.
El especialista de la Fundación Sol indicó que los instrumentos que se usan en Chile para medir riqueza, pobreza y desigualdad “se desarrollaron hace más de veinte o treinta años y no se han cambiado en absoluto. Sin embargo, las cifras han mutado y se han hecho mucho más complejas, como en este caso, la desigualdad”.
En ese sentido, sostuvo que “ese instrumento no sirve para tomar políticas públicas, porque una persona que obtiene 286 mil pesos sí necesita ayuda, por ejemplo, para financiar sus estudios”.
El sistema de quintiles que se utiliza para dividir a la población según estratos socioeconómicos no sirve para implementar políticas públicas, señaló el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán.
Cabe recordar que esta herramienta divide al total de hogares en cinco grupos iguales, que equivalen cada uno al 20 por ciento de la población. Asimismo, también se usa la división en deciles o veintiles, que corresponden a diez y veinte grupos iguales, es decir, el diez y cinco por ciento de los hogares. Entre otras ayudas estatales, es usada para la entrega de becas estudiantiles.
Entrevistado por Patricio López en el Semáforo de Radio Universidad de Chile, Gonzalo Durán sostuvo que este mecanismo no es adecuado, debido a los altos índices de desigualdad existentes en el país.
El economista explicó que, por ejemplo, el quinto quintil, que agrupa al veinte por ciento de los hogares supuestamente más ricos, tiene un ingreso per cápita mínimo de 286 mil pesos, lo que permite que en ese segmento se agrupe a personas con situaciones completamente distintas: “Por ejemplo, un estudiante que trabaja durante el día, estudia en la noche y gana trescientos mil pesos, ese esforzado estudiante, forma parte del veinte por ciento más rico de Chile y comparte el mismo grupo con personas que pueden obtener ingresos mensuales de treinta o cuarenta millones de pesos. Es decir, ese estudiante está en el mismo grupo en que puede estar Luksic, Angelini o la familia Matte”, señaló.
Gonzalo Durán precisó que ni siquiera dividir a la población en deciles o veintiles sería adecuado. Esto, porque al medir por veintiles, por ejemplo, un profesional que vive solo y gana 784 mil pesos es clasificado entre el cinco por ciento más rico del país: “Tampoco sirve ¿Qué es lo que serviría? Para una sociedad tan desigual como Chile, lo que debería ocuparse es dividir a la población en cien grupos de uno por ciento. Cuando hacemos eso, es decir, por percentiles, uno podría discriminar de manera mucho más concreta el uno por ciento más rico, que está contaminando todas las cifras. Incluso va más allá: hemos hecho estudios que demuestran que en realidad se trataría de 4.500 familias, el 0,1 por ciento de los chilenos son los que obtienen ingresos estratosféricos que hacen que la sociedad sea altamente desigual”, indicó.
El especialista de la Fundación Sol indicó que los instrumentos que se usan en Chile para medir riqueza, pobreza y desigualdad “se desarrollaron hace más de veinte o treinta años y no se han cambiado en absoluto. Sin embargo, las cifras han mutado y se han hecho mucho más complejas, como en este caso, la desigualdad”.
En ese sentido, sostuvo que “ese instrumento no sirve para tomar políticas públicas, porque una persona que obtiene 286 mil pesos sí necesita ayuda, por ejemplo, para financiar sus estudios”.
El sistema de quintiles que se utiliza para dividir a la población según estratos socioeconómicos no sirve para implementar políticas públicas, señaló el economista de la Fundación Sol, Gonzalo Durán.
Cabe recordar que esta herramienta divide al total de hogares en cinco grupos iguales, que equivalen cada uno al 20 por ciento de la población. Asimismo, también se usa la división en deciles o veintiles, que corresponden a diez y veinte grupos iguales, es decir, el diez y cinco por ciento de los hogares. Entre otras ayudas estatales, es usada para la entrega de becas estudiantiles.
Entrevistado por Patricio López en el Semáforo de Radio Universidad de Chile, Gonzalo Durán sostuvo que este mecanismo no es adecuado, debido a los altos índices de desigualdad existentes en el país.
El economista explicó que, por ejemplo, el quinto quintil, que agrupa al veinte por ciento de los hogares supuestamente más ricos, tiene un ingreso per cápita mínimo de 286 mil pesos, lo que permite que en ese segmento se agrupe a personas con situaciones completamente distintas: “Por ejemplo, un estudiante que trabaja durante el día, estudia en la noche y gana trescientos mil pesos, ese esforzado estudiante, forma parte del veinte por ciento más rico de Chile y comparte el mismo grupo con personas que pueden obtener ingresos mensuales de treinta o cuarenta millones de pesos. Es decir, ese estudiante está en el mismo grupo en que puede estar Luksic, Angelini o la familia Matte”, señaló.
Gonzalo Durán precisó que ni siquiera dividir a la población en deciles o veintiles sería adecuado. Esto, porque al medir por veintiles, por ejemplo, un profesional que vive solo y gana 784 mil pesos es clasificado entre el cinco por ciento más rico del país: “Tampoco sirve ¿Qué es lo que serviría? Para una sociedad tan desigual como Chile, lo que debería ocuparse es dividir a la población en cien grupos de uno por ciento. Cuando hacemos eso, es decir, por percentiles, uno podría discriminar de manera mucho más concreta el uno por ciento más rico, que está contaminando todas las cifras. Incluso va más allá: hemos hecho estudios que demuestran que en realidad se trataría de 4.500 familias, el 0,1 por ciento de los chilenos son los que obtienen ingresos estratosféricos que hacen que la sociedad sea altamente desigual”, indicó.
El especialista de la Fundación Sol indicó que los instrumentos que se usan en Chile para medir riqueza, pobreza y desigualdad “se desarrollaron hace más de veinte o treinta años y no se han cambiado en absoluto. Sin embargo, las cifras han mutado y se han hecho mucho más complejas, como en este caso, la desigualdad”.
En ese sentido, sostuvo que “ese instrumento no sirve para tomar políticas públicas, porque una persona que obtiene 286 mil pesos sí necesita ayuda, por ejemplo, para financiar sus estudios”.
