Entrevistada por Patricio López, la directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades señaló que se trata de un impuesto ideado por el economista estadounidense James Tobin en la década de los ’70 y apoyado desde los ‘90 por distintas organizaciones.
En el marco de la actual crisis económica, la implementación de la tasa Tobin fue propuesta por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana Angel Merkel, quienes han encontrado respaldo en el presidente de España, Mariano Rajoy, y en el primer ministro italiano, Mario Monti, entre otros líderes.
Sarkozy anunció que a partir de agosto impondrá el gravamen, de un 0,1% a las transacciones financieras, y que éste significaría ingresos por mil millones de euros que reducirán el déficit fiscal. Su aplicación corresponderá a la compra de acciones, incluida la negociación de alta frecuencia, y a las transacciones de riesgo crediticio.
El anuncio provocó rechazo en la banca francesa y la tasa Tobin también ha sido cuestionada por Reino Unido y Estados Unidos, además del sector financiero, que ha advertido las pérdidas que podría significar.
Margarita Iglesias consideró “demagógico” el llamado de Sarkozy y señaló que la tasa debe implementarse en forma global y no unilateral, como propuso el gobierno francés: “Si no hay un acuerdo mundial, efectivamente quien tenga la tasa va a ser zona interdicta, si es que se llega a dar. Los capitales van a irse a otros lugares y van a seguir habiendo protocolos mundiales que los van a entender como capitales de desarrollo y creación de empleo”, dijo la académica.
Respecto a los capitales financieros, la académica sostuvo que “circulan sin que nadie sepa de qué se trata”: “Es como jugar al Monopoly, uno compra y vende, pero en el fondo no tiene nada. Con el secreto bancario, con la idea de que esto está creando empleo, de que es el elemento motor del desarrollo económico de los países y no queriendo ver la ideología de trasfondo, que es la competencia descarnada”, explicó.
Asimismo, enfatizó que gracias a la aplicación del gravamen se podrían solucionar “problemas básicos”, como la vivienda y el transporte. En ese sentido, sostuvo que “esto pasa por que la responsabilidad ciudadana tiene que ponerse al centro de la atención”.
Margarita Iglesias hizo una comparación con la lucha por los derechos de las mujeres: “Nadie les iba a devolver derechos que los hombres tenían de suyo. Hubo que luchar por el derecho a sufragio, a la paridad, a la igualdad, a una valoración social distinta. La ciudadanía también tiene que darse cuenta de que la oportunidad que nos brindó el movimiento social por la educación, con nuestros hijos a la cabeza, abre posibilidades de responsabilidad ciudadana. Esto pasa porque lo dejamos pasar”, señaló.
“Nosotros somos los que consumimos todos los días, los que pagamos todos los impuestos, pagamos el Transantiago. Pero quién paga los impuestos de estas especulaciones. Ellos son delincuentes de cuello y corbata a los que no nos queremos someter o nos estamos sometiendo y queremos ser como ellos”, dijo.
Entrevistada por Patricio López, la directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades señaló que se trata de un impuesto ideado por el economista estadounidense James Tobin en la década de los ’70 y apoyado desde los ‘90 por distintas organizaciones.
En el marco de la actual crisis económica, la implementación de la tasa Tobin fue propuesta por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana Angel Merkel, quienes han encontrado respaldo en el presidente de España, Mariano Rajoy, y en el primer ministro italiano, Mario Monti, entre otros líderes.
Sarkozy anunció que a partir de agosto impondrá el gravamen, de un 0,1% a las transacciones financieras, y que éste significaría ingresos por mil millones de euros que reducirán el déficit fiscal. Su aplicación corresponderá a la compra de acciones, incluida la negociación de alta frecuencia, y a las transacciones de riesgo crediticio.
El anuncio provocó rechazo en la banca francesa y la tasa Tobin también ha sido cuestionada por Reino Unido y Estados Unidos, además del sector financiero, que ha advertido las pérdidas que podría significar.
Margarita Iglesias consideró “demagógico” el llamado de Sarkozy y señaló que la tasa debe implementarse en forma global y no unilateral, como propuso el gobierno francés: “Si no hay un acuerdo mundial, efectivamente quien tenga la tasa va a ser zona interdicta, si es que se llega a dar. Los capitales van a irse a otros lugares y van a seguir habiendo protocolos mundiales que los van a entender como capitales de desarrollo y creación de empleo”, dijo la académica.
Respecto a los capitales financieros, la académica sostuvo que “circulan sin que nadie sepa de qué se trata”: “Es como jugar al Monopoly, uno compra y vende, pero en el fondo no tiene nada. Con el secreto bancario, con la idea de que esto está creando empleo, de que es el elemento motor del desarrollo económico de los países y no queriendo ver la ideología de trasfondo, que es la competencia descarnada”, explicó.
Asimismo, enfatizó que gracias a la aplicación del gravamen se podrían solucionar “problemas básicos”, como la vivienda y el transporte. En ese sentido, sostuvo que “esto pasa por que la responsabilidad ciudadana tiene que ponerse al centro de la atención”.
Margarita Iglesias hizo una comparación con la lucha por los derechos de las mujeres: “Nadie les iba a devolver derechos que los hombres tenían de suyo. Hubo que luchar por el derecho a sufragio, a la paridad, a la igualdad, a una valoración social distinta. La ciudadanía también tiene que darse cuenta de que la oportunidad que nos brindó el movimiento social por la educación, con nuestros hijos a la cabeza, abre posibilidades de responsabilidad ciudadana. Esto pasa porque lo dejamos pasar”, señaló.
“Nosotros somos los que consumimos todos los días, los que pagamos todos los impuestos, pagamos el Transantiago. Pero quién paga los impuestos de estas especulaciones. Ellos son delincuentes de cuello y corbata a los que no nos queremos someter o nos estamos sometiendo y queremos ser como ellos”, dijo.
Entrevistada por Patricio López, la directora de Relaciones Internacionales de la Facultad de Filosofía y Humanidades señaló que se trata de un impuesto ideado por el economista estadounidense James Tobin en la década de los ’70 y apoyado desde los ‘90 por distintas organizaciones.
En el marco de la actual crisis económica, la implementación de la tasa Tobin fue propuesta por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana Angel Merkel, quienes han encontrado respaldo en el presidente de España, Mariano Rajoy, y en el primer ministro italiano, Mario Monti, entre otros líderes.
Sarkozy anunció que a partir de agosto impondrá el gravamen, de un 0,1% a las transacciones financieras, y que éste significaría ingresos por mil millones de euros que reducirán el déficit fiscal. Su aplicación corresponderá a la compra de acciones, incluida la negociación de alta frecuencia, y a las transacciones de riesgo crediticio.
El anuncio provocó rechazo en la banca francesa y la tasa Tobin también ha sido cuestionada por Reino Unido y Estados Unidos, además del sector financiero, que ha advertido las pérdidas que podría significar.
Margarita Iglesias consideró “demagógico” el llamado de Sarkozy y señaló que la tasa debe implementarse en forma global y no unilateral, como propuso el gobierno francés: “Si no hay un acuerdo mundial, efectivamente quien tenga la tasa va a ser zona interdicta, si es que se llega a dar. Los capitales van a irse a otros lugares y van a seguir habiendo protocolos mundiales que los van a entender como capitales de desarrollo y creación de empleo”, dijo la académica.
Respecto a los capitales financieros, la académica sostuvo que “circulan sin que nadie sepa de qué se trata”: “Es como jugar al Monopoly, uno compra y vende, pero en el fondo no tiene nada. Con el secreto bancario, con la idea de que esto está creando empleo, de que es el elemento motor del desarrollo económico de los países y no queriendo ver la ideología de trasfondo, que es la competencia descarnada”, explicó.
Asimismo, enfatizó que gracias a la aplicación del gravamen se podrían solucionar “problemas básicos”, como la vivienda y el transporte. En ese sentido, sostuvo que “esto pasa por que la responsabilidad ciudadana tiene que ponerse al centro de la atención”.
Margarita Iglesias hizo una comparación con la lucha por los derechos de las mujeres: “Nadie les iba a devolver derechos que los hombres tenían de suyo. Hubo que luchar por el derecho a sufragio, a la paridad, a la igualdad, a una valoración social distinta. La ciudadanía también tiene que darse cuenta de que la oportunidad que nos brindó el movimiento social por la educación, con nuestros hijos a la cabeza, abre posibilidades de responsabilidad ciudadana. Esto pasa porque lo dejamos pasar”, señaló.
“Nosotros somos los que consumimos todos los días, los que pagamos todos los impuestos, pagamos el Transantiago. Pero quién paga los impuestos de estas especulaciones. Ellos son delincuentes de cuello y corbata a los que no nos queremos someter o nos estamos sometiendo y queremos ser como ellos”, dijo.
