Dirigentes del Partido Progresista, encabezados por Marco Enríquez-Ominami, entregaron una propuesta de reforma al Transantiago en el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones.

Los principales ejes del documento apuntan a que la planificación y gestión del sistema de transportes de la capital deben ser realizadas por una Autoridad de Transportes Metropolitano (ATM), que también debe coordinar el sistema con otros operarios, como Metro y taxis colectivos.

Además, la operación del sistema debe estar en manos del Estado sin excluir, necesariamente, a la empresa privada, la cual puede gestionar los buses y sus conductores.

Aún así se propone el control estatal de este servicio, a través de la Empresa de Buses Urbanos, la cual operará en la capital y cuyos trabajadores deben ser empleados del fisco. En caso de participación de privados éste servicio se licitará.

Sobre la evasión se propone permitir al Estado la intervención de cuentas corrientes, de ahorro, fondos mutuos o devolución de impuestos para traspasar el monto de las multas de los usuarios sin aviso previo.

Además, las multas apuntan a 100 veces el valor de la tarifa para la primera infracción, 150 la segunda y así sucesivamente de forma escalonada.

También se plantea extender la gratuidad de la Tarjeta Nacional Estudiantil por todo el año para los niveles básico, medio y superior.

Marco Enríquez-Ominami señaló que el énfasis de la propuesta realizada por el PRO apunta a solucionar un asunto ideológico dentro de la planificación del Transantiago, que es generar un sistema de transporte público con fondos públicos y a cargo del Estado.

Esta propuesta, según el ex-diputado del Partido Socialista, “transforma los subsidio a los privados en una inversión pública”.