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¿Se escapará Chile de la crisis europea?

Gran expectación han generado las medidas que se implementaron en la Unión Europea para aplacar la crisis de deuda de algunos de los países del continente. Chile no ha sido la excepción y expertos monitorean atentamente los efectos que podrían tener los planes de austeridad y la disminución de la demanda en economías como la nuestra, cuya dependencia comercial del mercado europeo podría acarrear algunas consecuencias, en especial, en el ámbito de las exportaciones.

Loreto Soto

  Sábado 3 de marzo 2012 10:12 hrs. 
euros

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Este viernes todos los países de la denominada Zona Euro- excepto Reino Unido y República Checa –  firmaron un acuerdo de mayor disciplina fiscal para evitar repetir el gasto descontrolado que derivó en la crisis de deuda que ha mantenido a todos los mercados del mundo con los ojos puestos sobre el viejo continente.

Si bien, los rescates que se aprobaron para Grecia así como el mayor financiamiento a la banca autorizado por el Banco Central Europeo han contribuido a mejorar la liquidez global, todavía se presentan cifras que indican que los vientos de recuperación aún no se sienten cerca. Muestra de ello es que los niveles de desempleo en la Unión Europea llegaron a un nivel histórico, alcanzando el 10,7 por ciento, que equivale a más de 16 millones de personas desocupadas.

Y Chile no se escapa de los coletazos de esta crisis. Aunque los expertos señalan que las condiciones domésticas – como las tasas de empleo y de crecimiento – serán relativamente positivas durante el 2012, de todas formas el escenario mundial influirá en que las cifras empeoren y que algunos sectores se vean más afectados que otros.

Es el caso de los exportadores, que tendrán que lidiar con una menor demanda interna que se suma además a un tipo de cambio desfavorable.

“En conjunto vamos a tener una situación en que los productores que están teniendo como objetivo el mercado europeo, van a ver allí -debido a las políticas restrictivas y a la menor actividad económica – pocas oportunidades para colocar sus productos y, necesariamente, van a tener que redireccionarlos hacia otros mercados o venderlos a un menor precio”, explicó el economista Juan Carlos Scapini.

En esa línea, el académico comentó que “Chile depende mucho del comercio internacional y fundamentalmente del precio del cobre, por lo tanto, lo que pase en Europa y también en Estados Unidos siempre va a impactar a Chile de una forma importante”. Scapini agregó que “Estados Unidos y China están en una mejor posición y por lo tanto la situación internacional en su conjunto no es tan mala como en 2009 donde todos los países desarrollados estaban en recesión. Por eso, en este caso los impactos en Chile van a ser menores, pero sí los vamos a tener”.

Otro sector de cuidado es la banca. Un estudio realizado por Oxford Economics para Ernst & Young, sobre expectativas del sector financiero europeo indica que, a diferencia con la crisis del 2008, ahora muchos bancos se verán obligados a retirar fondos de mercados emergentes por la combinación de los riesgos por tenencia de bonos soberanos de países sur-europeos.

Chile es el segundo país en la lista de mercados emergentes con dependencia de créditos de bancos europeos con un 40 por ciento, lo que lo posiciona en un escenario complejo. Sin embargo, el gerente de estudios de la consultora Imaginaccion, Luis Eduardo Escobar, afirmó que esto incluso podría ser una oportunidad para nuestro país.

“Frente a la debilidad económica de largo plazo de varias economías europeas, por ejemplo las del sur, los papeles de economías como Chile – que tienen una fortaleza fiscal muy importante e incluso se ha hablado de elevarnos nuestra evaluación de crédito – van a ser mucho más atractivos que los europeos. En consecuencia es difícil determinar cuál de estos dos factores va a primar al momento de que Chile coloque papeles. En todo caso, no creo que enfrentemos problemas en esa materia o que la tasa de interés aumente en un futuro cercano”, comentó el experto.

Según los economistas este 2012 se proyecta como un año menos auspicioso que el pasado, con tasas de crecimiento que fluctuarán entre el tres y cuatro por ciento  e indicadores de desempleo, probablemente, mayores  a los de 2011. Todo mientras Europa intenta una recuperación que se prevé relativamente lenta.

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