Zonas erógenas: todo el cuerpo para disfrutarlo

El clímax sexual es el objetivo y la finalidad de todo acto sexual, sin embargo, no hay que concentrarse solamente en alcanzar el orgasmo. Para intensificar el placer, también conviene conceder atención a las zonas erógenas.

El clímax sexual es el objetivo y la finalidad de todo acto sexual, sin embargo, no hay que concentrarse solamente en alcanzar el orgasmo. Para intensificar el placer, también conviene conceder atención a las zonas erógenas.

Extender el placer, disfrutar con calma y conceder atención a otras partes del cuerpo aumenta el placer y la diversión y da un grado de satisfacción mucho mayor a la pareja.  “No hay buen amante que no conozca las zonas erógenas de su pareja”, según reza en el Kamasutra, por excelencia la obra sobre sexualidad. Dedicar tiempo y esfuerzo a identificar y estimular estas zonas del cuerpo tiene su recompensa. Si bien no se debe menospreciar ninguna, es preciso sabe cuáles son las que más placer producen a la pareja.

Cabeza: El comienzo de todo. La anticipación es un gran afrodisiaco tanto para hombres como para mujeres, y no hay que menospreciar el efecto de provocar deseo para el placer final. Masajear el cráneo tiene un potente efecto relajante y a algunos les gusta que les toquen (o, incluso, estiren) el pelo tanto antes como durante el acto sexual.  Tampoco se deben olvidar las orejas. En los hombres el lóbulo es la parte más sensible y en las mujeres la parte de atrás.

Cuello: Besarlo, lamerlo o morderlo es uno de los más famosos y efectivos preliminares.

Pecho: A veces suavemente y otras más fuerte, pero a todo el mundo le gusta que le acaricien el pecho. Es una zona de mucho placer tanto para hombres como para mujeres y no debe olvidarse durante las relaciones. Comenzar desde los lados hasta llegar hasta el pezón es una buena manera de estimularlo.

Ombligo: Es, en muchos casos, el punto previo a los genitales, especialmente en los hombres.

Espalda: Tocar la espalda tiene un efecto muy importante, pues estimula inmediatamente el sistema nervioso central. Hacer un masaje o deslizar las manos por ella puede ser muy excitante para tu pareja.

Trasero: Especialmente sensible en las mujeres, aunque también en los hombres tiene sus efectos. Tradicionalmente, para algunos hombres este punto es un tabú; sin embargo, muchos afirman que en el ano es donde se encuentra el punto G masculino.

Parte interna y superior de los muslos: Acariciarla antes de llegar al sexo o mientras se practica el sexo oral es un extra de placer para la pareja.

Órganos genitales:

Perineo: Situado entre el escroto y el ano, es un área muy sensible de los genitales masculinos, que, si bien es poco conocido por muchos hombres, es una de sus zonas más erógenas.

Punto G: Puede estimularse tanto con el pene como con la mano. Se define como una pequeña superficie rugosa detrás del hueso púbico que, al estimularlo, aumenta de tamaño y palpita. Algunas posturas facilitan más encontrarlo, y se recomienda arquear un poco la espalda durante la penetración.

Rodillas y pies: Partes siempre olvidadas, pero la cara posterior de las rodillas y los huesos de los tobillos y sus alrededores son también muy sensibles.





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