Comienza la batalla por el salario mínimo
Con fuerza se inician las conversaciones por el sueldo mínimo. La CUT ya entregó una propuesta de 250 mil pesos, incrementada en zonas extremas. La ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, descartó de plano la demanda porque "podrían poner en riesgo el trabajo en el país". Especialistas dicen que los 182 mil pesos actuales no se corresponden con el PIB ni con el objetivo de ser un país desarrollado.
Domingo 3 de junio 2012 22:27 hrs.
Una nueva discusión se avecina y ya hay polémicas. Cuando el país ha estado recibiendo mensajes de las autoridades que destacan los logros de una economía que ha crecido con fuerza en los últimos años y cuando la ministra Evelyn Matthei afirma que estamos a las puertas de un pleno empleo, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) subió sus exigencias para la discusión del salario mínimo.
Jorge Muruaga, secretario de conflictos de la Central, explicó que “los trabajadores estamos discutiendo un salario mínimo de 250 mil pesos para la zona central y 25 por ciento más en las zonas extremas. Esto una vez más viene a ratificar que la propuesta de los trabajadores y la CUT es válidamente discutible y aprobable por el Estado y el Congreso. La ministra Matthei no puede esconderse detrás de una crisis en Europa cuando en Chile hay una capacidad de empleo total”.
Propuesta que rechazó la secretaria de Estado, ya que estimó que los 250 mil pesos planteados “podrían poner en riesgo el trabajo en el país” y se refirió también a la situación económica mundial. En este sentido, los trabajadores señalaron que las crisis de Grecia, España o Italia no pueden ser argumentos para impedir mejorías en Chile.
Además, la ministra Matthei sostuvo que “nos gustaría un salario mínimo de 300 o 400 mil, pero competimos con otros países con sueldos mínimos más bajos que en Chile”.
Esto no fue compartido por Marcos Kremerman, economista de la Fundación Sol, quien sostuvo que “Chile tiene lo que se conoce como un mini salario mínimo, está en el extremo inferior del rango recomendado y el valor del salario mínimo en relación a su producción, su PIB, es el más bajo desde 1989. Entonces existe un amplio espacio para reajustarlo y si realmente queremos transformarnos en un país desarrollado, tenemos que generar un debate a nivel nacional que permita elevar los salarios de los trabajadores en Chile”.
“La discusión de este año tiene que marcar un precedente. No podemos como un país que pretende ser desarrollado mantener salarios tan bajos como en Chile”, afirmó Kremernan, quien explicó que los actuales 182 mil pesos de ingreso base corresponden a entre un 20 y 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
El economista añadió además que existe una “deuda de arrastre”, ya que el salario mínimo sólo permite satisfacer el 62 por ciento de la ya cuestionada línea de la pobreza. En este sentido, hizo un llamado a generar un debate nacional a fondo para fijar un ingreso que nos permita comenzar a romper las desigualdades en Chile.
Una nueva discusión se avecina y ya hay polémicas. Cuando el país ha estado recibiendo mensajes de las autoridades que destacan los logros de una economía que ha crecido con fuerza en los últimos años y cuando la ministra Evelyn Matthei afirma que estamos a las puertas de un pleno empleo, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) subió sus exigencias para la discusión del salario mínimo.
Jorge Muruaga, secretario de conflictos de la Central, explicó que “los trabajadores estamos discutiendo un salario mínimo de 250 mil pesos para la zona central y 25 por ciento más en las zonas extremas. Esto una vez más viene a ratificar que la propuesta de los trabajadores y la CUT es válidamente discutible y aprobable por el Estado y el Congreso. La ministra Matthei no puede esconderse detrás de una crisis en Europa cuando en Chile hay una capacidad de empleo total”.
Propuesta que rechazó la secretaria de Estado, ya que estimó que los 250 mil pesos planteados “podrían poner en riesgo el trabajo en el país” y se refirió también a la situación económica mundial. En este sentido, los trabajadores señalaron que las crisis de Grecia, España o Italia no pueden ser argumentos para impedir mejorías en Chile.
Además, la ministra Matthei sostuvo que “nos gustaría un salario mínimo de 300 o 400 mil, pero competimos con otros países con sueldos mínimos más bajos que en Chile”.
Esto no fue compartido por Marcos Kremerman, economista de la Fundación Sol, quien sostuvo que “Chile tiene lo que se conoce como un mini salario mínimo, está en el extremo inferior del rango recomendado y el valor del salario mínimo en relación a su producción, su PIB, es el más bajo desde 1989. Entonces existe un amplio espacio para reajustarlo y si realmente queremos transformarnos en un país desarrollado, tenemos que generar un debate a nivel nacional que permita elevar los salarios de los trabajadores en Chile”.
“La discusión de este año tiene que marcar un precedente. No podemos como un país que pretende ser desarrollado mantener salarios tan bajos como en Chile”, afirmó Kremernan, quien explicó que los actuales 182 mil pesos de ingreso base corresponden a entre un 20 y 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
El economista añadió además que existe una “deuda de arrastre”, ya que el salario mínimo sólo permite satisfacer el 62 por ciento de la ya cuestionada línea de la pobreza. En este sentido, hizo un llamado a generar un debate nacional a fondo para fijar un ingreso que nos permita comenzar a romper las desigualdades en Chile.
Una nueva discusión se avecina y ya hay polémicas. Cuando el país ha estado recibiendo mensajes de las autoridades que destacan los logros de una economía que ha crecido con fuerza en los últimos años y cuando la ministra Evelyn Matthei afirma que estamos a las puertas de un pleno empleo, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) subió sus exigencias para la discusión del salario mínimo.
Jorge Muruaga, secretario de conflictos de la Central, explicó que “los trabajadores estamos discutiendo un salario mínimo de 250 mil pesos para la zona central y 25 por ciento más en las zonas extremas. Esto una vez más viene a ratificar que la propuesta de los trabajadores y la CUT es válidamente discutible y aprobable por el Estado y el Congreso. La ministra Matthei no puede esconderse detrás de una crisis en Europa cuando en Chile hay una capacidad de empleo total”.
Propuesta que rechazó la secretaria de Estado, ya que estimó que los 250 mil pesos planteados “podrían poner en riesgo el trabajo en el país” y se refirió también a la situación económica mundial. En este sentido, los trabajadores señalaron que las crisis de Grecia, España o Italia no pueden ser argumentos para impedir mejorías en Chile.
Además, la ministra Matthei sostuvo que “nos gustaría un salario mínimo de 300 o 400 mil, pero competimos con otros países con sueldos mínimos más bajos que en Chile”.
Esto no fue compartido por Marcos Kremerman, economista de la Fundación Sol, quien sostuvo que “Chile tiene lo que se conoce como un mini salario mínimo, está en el extremo inferior del rango recomendado y el valor del salario mínimo en relación a su producción, su PIB, es el más bajo desde 1989. Entonces existe un amplio espacio para reajustarlo y si realmente queremos transformarnos en un país desarrollado, tenemos que generar un debate a nivel nacional que permita elevar los salarios de los trabajadores en Chile”.
“La discusión de este año tiene que marcar un precedente. No podemos como un país que pretende ser desarrollado mantener salarios tan bajos como en Chile”, afirmó Kremernan, quien explicó que los actuales 182 mil pesos de ingreso base corresponden a entre un 20 y 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita.
El economista añadió además que existe una “deuda de arrastre”, ya que el salario mínimo sólo permite satisfacer el 62 por ciento de la ya cuestionada línea de la pobreza. En este sentido, hizo un llamado a generar un debate nacional a fondo para fijar un ingreso que nos permita comenzar a romper las desigualdades en Chile.
