Quisiera compartirle mi sentimiento de nostalgia y, a la vez, de alegría en relación a la fecha de hoy 7 de junio, día de Arica. Así nos lo enseñaron a mí, mi familia y amigos en el colegio. Celebrando como si fuera el 18 de Septiembre, con asados, fiestas, música de la zona. No obstante, Arica fue “fundado oficialmente” un 25 de Abril de 1541, por los españoles (coincidiendo con el onomástico de San Marcos).

Sin embargo, Arica, cuya etimología del dialecto Aymará no está certeramente conocida, se conoce por la ciencia de que ha sido habitada desde hace poco mas de 10 mil años (prueba de ello son los vestigios de la cultura Chinchorro, incluyendo a las momias más antiguas del mundo). Por otro lado, en la región existen pueblos originarios de América del Sur, es el caso de los Quechuas y Aymarás, de estos últimos se conocen vestigios de su historia que datan desde incluso 10 mil años atrás.

En consecuencia, un día como hoy, es insuficiente conmemorar “el asalto y toma del morro” pues hay más de 10 mil años de historia de indígenas, que nos dejaron vestigios culturales que son un verdadero patrimonio de la humanidad.

Un pabellón patrio de 15 x 10 metros instalado esta semana en el morro, no le hace justicia suficiente a la ciudad, y ahora región, la cual ha sido abandonada de políticas significativas desde hace décadas por todos los colores políticos que han pasado por el poder, ya sea el central o el local.
Tampoco le hacen justicia a la ciudad el escándalo de sus autoridades, durante este año (esperemos que esto se esclarezca).

Arica ha pasado de ser la “ciudad de la eterna primavera” a la ciudad de la “eterna espera” por políticas de verdad y a largo plazo para su desarrollo –no solo económico- sino también humano, con educación de verdad y para todos, impartida como un derecho por el estado.

Mientras esa educación, esa nueva Arica y Parinacota llegaran, los ariqueños y parinacotences necesitamos crear las instancias, auto-educarnos con la historia y la ciencia, ser críticos ante nuestra realidad, conocer nuestros recursos, nuestros diversos orígenes; y así encontrar –en conjunto- alternativas de desarrollo local.

Hoy, desde Europa, saludo a mi tierra, y pienso en la wiphala, símbolo amerindio que significa la unión de la tierra, el respeto por la pluralidad y diversidad de los pueblos. Pues esto es necesario, antes de conmemorar una fecha bélica, porque hoy podemos elegir, entonces, celebrar un día social.

Freddy Sebastián