Como “insuficiente” catalogaron expertos en Educación el anuncio del Gobierno de aumentar el control en instituciones de Educación Superior.
Luego de las irregularidades conocidas en la Universidad del Mar, este martes el ministro de Educación, Harald Beyer, puso urgencia al proyecto de ley que crea la Superintendencia de Educación Superior, con el objetivo de mejorar la fiscalización de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.
Ello, porque la institución permitiría que se cumpla la normativa relativa a la entrega de información; que se sancione la publicidad engañosa y que se establezcan normas relativas a las operaciones entre personas relacionadas, entre otros.
Jesús Redondo, director del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech) de la Universidad de Chile, sostuvo que la esperanza no es mucha porque no queda claro quién va a supervisar.
Para el académico, la vía más efectiva para solucionar los problemas en torno a la Educación es que el Estado retome su responsabilidad.
“Es un modelo que incluso la OCDE y el Banco Mundial han señalado que en el caso chileno el tema de la educación está excesivamente volcado al modelo de mercado y eso no tiene resultados en la calidad de la Educación, puede tenerlo sí indirectamente en el negocio, pero no en mejorar la calidad”, aseguró Redondo.
Por su parte, Loreto Egaña, del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (Piie), afirmó que la existencia de una superintendencia sería un mal menor para regular la situación actual donde el mercado predomina.
En este sentido, la experta advirtió que lo que ocurre en la Universidad del Mar sucede en muchas otras instituciones, lo que da cuenta que el lucro está presente a costa de la calidad de la enseñanza.
“El temor que se tiene es que esta superintendencia sirva para lavar imagen no más, que se busquen otros subterfugios, porque ahora es grosero lo que pasó con la Universidad del Mar. Si la superintendencia va a regular eso, bienvenido, el tema es que nadie regula este lucro desmedido. Esta iniciativa del ministro Beyer, que la haga, desgraciadamente ya no creo que vaya a ser solución para el daño inmenso que se está haciendo”, indicó la experta.
Egaña aseguró que la esperanza de cambiar la situación radica en medidas más radicales, como reformar el sistema de acreditación, junto con la presión que puedan ejercer los movimientos sociales.
En tanto, la vicepresidenta de la FECH, Camila Vallejo, le restó importancia a la iniciativa gubernamental.“No es más que una parte de esta agenda del Gobierno que ha arremetido con fuerza por parte del ministerio de Educación, que hace que se consagre la lógica del gatopardismo. Aquí hay muchas iniciativas, un conjunto de paquetes de medidas que se vienen anunciando por el ministro Beyer, pero todas apuntan a dejar todo como está, aparentando que lo cambian todo y eso es un gran problema”, dijo.
A juicio de la dirigenta estudiantil, el gobierno a través de sus anuncios no ha sabido darle en el clavo al problema estructural de la educación.
Como “insuficiente” catalogaron expertos en Educación el anuncio del Gobierno de aumentar el control en instituciones de Educación Superior.
Luego de las irregularidades conocidas en la Universidad del Mar, este martes el ministro de Educación, Harald Beyer, puso urgencia al proyecto de ley que crea la Superintendencia de Educación Superior, con el objetivo de mejorar la fiscalización de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.
Ello, porque la institución permitiría que se cumpla la normativa relativa a la entrega de información; que se sancione la publicidad engañosa y que se establezcan normas relativas a las operaciones entre personas relacionadas, entre otros.
Jesús Redondo, director del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech) de la Universidad de Chile, sostuvo que la esperanza no es mucha porque no queda claro quién va a supervisar.
Para el académico, la vía más efectiva para solucionar los problemas en torno a la Educación es que el Estado retome su responsabilidad.
“Es un modelo que incluso la OCDE y el Banco Mundial han señalado que en el caso chileno el tema de la educación está excesivamente volcado al modelo de mercado y eso no tiene resultados en la calidad de la Educación, puede tenerlo sí indirectamente en el negocio, pero no en mejorar la calidad”, aseguró Redondo.
Por su parte, Loreto Egaña, del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (Piie), afirmó que la existencia de una superintendencia sería un mal menor para regular la situación actual donde el mercado predomina.
En este sentido, la experta advirtió que lo que ocurre en la Universidad del Mar sucede en muchas otras instituciones, lo que da cuenta que el lucro está presente a costa de la calidad de la enseñanza.
“El temor que se tiene es que esta superintendencia sirva para lavar imagen no más, que se busquen otros subterfugios, porque ahora es grosero lo que pasó con la Universidad del Mar. Si la superintendencia va a regular eso, bienvenido, el tema es que nadie regula este lucro desmedido. Esta iniciativa del ministro Beyer, que la haga, desgraciadamente ya no creo que vaya a ser solución para el daño inmenso que se está haciendo”, indicó la experta.
Egaña aseguró que la esperanza de cambiar la situación radica en medidas más radicales, como reformar el sistema de acreditación, junto con la presión que puedan ejercer los movimientos sociales.
En tanto, la vicepresidenta de la FECH, Camila Vallejo, le restó importancia a la iniciativa gubernamental.“No es más que una parte de esta agenda del Gobierno que ha arremetido con fuerza por parte del ministerio de Educación, que hace que se consagre la lógica del gatopardismo. Aquí hay muchas iniciativas, un conjunto de paquetes de medidas que se vienen anunciando por el ministro Beyer, pero todas apuntan a dejar todo como está, aparentando que lo cambian todo y eso es un gran problema”, dijo.
A juicio de la dirigenta estudiantil, el gobierno a través de sus anuncios no ha sabido darle en el clavo al problema estructural de la educación.
Como “insuficiente” catalogaron expertos en Educación el anuncio del Gobierno de aumentar el control en instituciones de Educación Superior.
Luego de las irregularidades conocidas en la Universidad del Mar, este martes el ministro de Educación, Harald Beyer, puso urgencia al proyecto de ley que crea la Superintendencia de Educación Superior, con el objetivo de mejorar la fiscalización de universidades, institutos profesionales y centros de formación técnica.
Ello, porque la institución permitiría que se cumpla la normativa relativa a la entrega de información; que se sancione la publicidad engañosa y que se establezcan normas relativas a las operaciones entre personas relacionadas, entre otros.
Jesús Redondo, director del Observatorio Chileno de Políticas Educativas (Opech) de la Universidad de Chile, sostuvo que la esperanza no es mucha porque no queda claro quién va a supervisar.
Para el académico, la vía más efectiva para solucionar los problemas en torno a la Educación es que el Estado retome su responsabilidad.
“Es un modelo que incluso la OCDE y el Banco Mundial han señalado que en el caso chileno el tema de la educación está excesivamente volcado al modelo de mercado y eso no tiene resultados en la calidad de la Educación, puede tenerlo sí indirectamente en el negocio, pero no en mejorar la calidad”, aseguró Redondo.
Por su parte, Loreto Egaña, del Programa Interdisciplinario de Investigaciones en Educación (Piie), afirmó que la existencia de una superintendencia sería un mal menor para regular la situación actual donde el mercado predomina.
En este sentido, la experta advirtió que lo que ocurre en la Universidad del Mar sucede en muchas otras instituciones, lo que da cuenta que el lucro está presente a costa de la calidad de la enseñanza.
“El temor que se tiene es que esta superintendencia sirva para lavar imagen no más, que se busquen otros subterfugios, porque ahora es grosero lo que pasó con la Universidad del Mar. Si la superintendencia va a regular eso, bienvenido, el tema es que nadie regula este lucro desmedido. Esta iniciativa del ministro Beyer, que la haga, desgraciadamente ya no creo que vaya a ser solución para el daño inmenso que se está haciendo”, indicó la experta.
Egaña aseguró que la esperanza de cambiar la situación radica en medidas más radicales, como reformar el sistema de acreditación, junto con la presión que puedan ejercer los movimientos sociales.
En tanto, la vicepresidenta de la FECH, Camila Vallejo, le restó importancia a la iniciativa gubernamental.“No es más que una parte de esta agenda del Gobierno que ha arremetido con fuerza por parte del ministerio de Educación, que hace que se consagre la lógica del gatopardismo. Aquí hay muchas iniciativas, un conjunto de paquetes de medidas que se vienen anunciando por el ministro Beyer, pero todas apuntan a dejar todo como está, aparentando que lo cambian todo y eso es un gran problema”, dijo.
A juicio de la dirigenta estudiantil, el gobierno a través de sus anuncios no ha sabido darle en el clavo al problema estructural de la educación.
