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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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Santiago, vivible a pesar de las autoridades

Columna de opinión por Julio Hurtado
Miércoles 27 de junio 2012 17:44 hrs.


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Los vecinos del barrio Yungay están movilizados porque una empresa constructora, para hacer un edificio, está demoliendo casas en un sector patrimonial. Ante esto, el municipio no dice nada, ni siquiera recibe a los vecinos.

Son las mismas autoridades que hace un par de años, frente a un proyecto para remodelar el parque forestal, y con el cual los vecinos no estaban totalmente de acuerdo, de inmediato se abrieron a conversar, e incluso invitaron a los vecinos a participar en el diseño de un nuevo proyecto. Bien por el parque, por los vecinos y por la ciudad.

Cabe entonces preguntarse, por qué se dan estas maneras de responder tan distintas parte del mismo alcalde? Será por lo “empigorotados” de los vecinos del parque forestal? Si así fuera estaríamos frente a una insoportable manifestación de clasismo y discriminación de parte de las autoridades.

Frente a tal despropósito e indolencia respecto al barrio Yungay surgen dudas respecto a las máximas autoridades edilicias de la comuna de Santiago (la actual y también las anteriores): conocerá realmente la comuna que gobierna? Sentirá cariño por sus barrios? Comprenderá el valor patrimonial y de redes sociales que se presentan detrás de esas magnificas construcciones antiguas de esa parte de la ciudad?

Da la impresión que la mayoría de nuestras autoridades al ver las construcciones patrimoniales, especialmente de las comunas centrales (Santiago, Providencia, Recoleta e Independencia) piensen solamente en el costo de oportunidad que tienen esos inmuebles en relación a edificios nuevos, mas altos y mas “modernos”. Seguramente pensaran solo en los ingresos por contribuciones y patentes. Tal vez los alcaldes ven en las redes sociales permanentes peligros subversivos, que los nuevos edificios destierran definitivamente.

Santiago es una ciudad bella, injustamente despreciada por “snobs” y por políticos insensibles. Aun tenemos barrios hermosos y vivibles, lamentablemente amenazados por la brutal inoperancia de autoridades frente a la arrasadora gestión de las empresas. Pienso en Santiago centro, en el barrio Yungay, en Independencia, en Avenida Matta, en Recoleta, en Providencia, en San Miguel, etc.

Preservar el poco patrimonio que nos queda, reforzar las ricas redes sociales  y promover la mezcla social debieran ser tareas de todos, de las autoridades, de las empresas constructoras e inmobiliarias y de la población organizada. Tal vez las próximas elecciones municipales podrían ser una oportunidad para que los ciudadanos hiciéramos oír nuestro grito: queremos vivir en una ciudad, no en un buen y eficiente negocio inmobiliario.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.