Nunca antes había habido tanta gente con el virus del Sida pero esta constatación es un buen signo, ya que este récord se explica por el aumento significativo del aumento de la longevidad por el buen resultado de los tratamientos. La mortalidad el año pasado fue de 1,5 millones de personas que murieron por enfermedades relacionadas con el Sida, la principal siendo la tuberculosis.

El año pasado 2,5 millones de personas en el mundo fueron infectadas, un 20% menos que hace una década. Africa sigue siendo la región con más infecciones con 1,5 millones de adultos en 2011, pero es una cifra muy por debajo de los 2,2 millones de infectados registrados en 1997 cuando el virus alcanzó su pico en el continente.

En América Latina, el balance también es positivo. La mortalidad ha bajado un 9,5% con respecto a 2010, esto es 57.000 decesos. La situación ha mejorado para las trabajadoras sexuales pero la asignatura pendiente en la región es la comunidad de homosexuales y transexuales, según explica Javier Hourcade Bellocq, responsable para América Latina de Alianza AIDS.

En Washington se analizarán los nuevos avances en el tratamiento con antirretrovirales de los seropositivos que han dado buenos resultados y que permite reducir altamente el riesgo de infección a personas seronegativas y que permite a los seropositivos vivir con una buena salud. Por ahora sin embargo no se ha dado con la clave para conseguir la curación del enfermo.

Los científicos se muestran sin embargo muy positivos y esperanzadores con la progresión que ha habido en los últimos años para tratar a los seropositivos y sueñan con que el Sida sea la primera epidemia que en una generación se haya detectado, identificado, tratado y finalmente se pueda erradicar. Para ello, sin embargo, las asociaciones advierten que se deben concentrar los esfuerzos en las zonas más afectadas como los países en vías de desarrollo. La prioridad sigue siendo el acceso al tratamiento.