Conmoción causó en el Colegio Cumbres la denuncia de abuso sexual en contra del capellán y asesor espiritual, John O’Reilly, que fue comunicada por la dirección del establecimiento perteneciente a la congregación católica Legión de Cristo.

El colegio, además, comunicó que debido un acuerdo entre ambas partes, el religioso será apartado de sus funciones durante el tiempo que dure la investigación que ya está en manos del fiscal Ignacio Pinto, de la Unidad de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar de la Fiscalía Oriente.

A través de un comunicado público difundido por el abogado del sacerdote, Luis Hermosilla, quien también defendió en un juicio por pedofilia al empresario Claudio Spiniak, O’Reilly aseguró que es completamente inocente de los delitos que se le acusan e indicó que “luego de la investigación se aclarará que se trata de una lamentable error”.

Por su parte, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, informó que se abrirá una investigación canónica para indagar los hechos denunciados por los apoderados del Cumbres: “Le he pedido al superior provincial de los padres legionarios que, de acuerdo a lo establecido en los documentos oficiales de la Iglesia y por la Conferencia Episcopal, que abriera también una investigación canónica”, sostuvo.

Para la académica de la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales, Andrea Insunza, quien es coautora del libro “Legionarios de Cristo en Chile” junto al periodista Javier Ortega, donde se le dedica un capítulo completo al sacerdote, se trata de una acusación de alto impacto, no solo por tratarse de una de las congregaciones religiosas con más influencia en el país, sino porque “es la principal figura de la Legión de Cristo en Chile y fue clave en la expansión de la congregación en la elite y, sobre todo, en la elite económica chilena”.

Según Insunza, el papel del religioso fue fundamental para “generar los vínculos con personas como Eliodoro  Matte, Guillermo Luksic o cercanías con Agustín Edwards y Alvaro Saieh que después decayeron un poco”. “Es clave en la penetración de los Legionarios de Cristo en la elite económica chilena”, reitera.

Para la congregación Legión de Cristo, creada en 1941 y conocida por su conservadurismo y cercanía con el poder económico y político de Latinoamérica, no han sido años fáciles desde que su propio fundador, el mexicano Marcial Maciel, enfrentara acusaciones de abuso sexual y después de su muerte se revelara una doble vida, con hijos y varias parejas a su haber.

Sin embargo, Maciel fue defendido por la comunidad de legionarios, siendo uno de sus férreos apoyos el mismo O’Reilly, quien fue su asistente y vocero de la congregación en el país, incluso después de que El Vaticano reconociera los abusos a menores, donde figuran como víctimas hasta sus hijos.

Actualmente, el grupo se encuentra intervenido por la Santa Sede, luego que se optara por evitar su disolución, y después que la misma Legión, finalmente, reconociera los delitos de su fundador y se desligara de su figura en 2010.

Para la periodista Andrea Insunza, pese a que en Chile  los legionarios han debido enfrentar últimamente acusaciones de abuso sexual al interior del Colegio Apoquindo, también perteneciente al grupo, “la Legión ha demostrado bastante fortaleza, es un congregación que resistió. El impacto  de la sanción contra Maciel por abuso contra menores fue muy bajo, fue mayor por su doble vida”.

A juicio de Insunza, el futuro de los Legionarios de Cristo en el país, después de la situación que enfrenta el sacerdote, “va a depender del desenlace de estas acusaciones contra John O’Reilly, si surgen más casos, qué es lo que va a pasar con la comunidad acá en Chile”

Por su parte, Mario Schilling, abogado de la víctima, una menor que ya desde el 2010 habría manifestado síntomas de abuso, los que habrían estado en conocimiento del colegio, interpuso una querella en la Fiscalía en contra del religioso, asegurando que la denuncia fue corroborada por una psicóloga del establecimiento.

Según Schilling, de acuerdo a los testimonios de la alumna y una profesora,  O’Reilly tenía predilección por algunas menores “que iba retirando constantemente para sus actividades espirituales”, momento en que habría aprovechado para cometer los abusos de los cual hoy se le acusa.