Después de 36 horas de encarnizados enfrentamientos, el Ejército Sirio Libre (ESL) anunció que retiraba sus combatientes del barrio de Saladino, principal bastión de los rebeldes en Alepo (norte).
La ofensiva del ejército de Bashar al Asad lanzada con las primeras luces se había interrumpido durante la tarde. Los rebeldes habían incluso tratado de contraatacar con refuerzos llegados desde otros barrios que controlan desde la periferia de la ciudad.
Este jueves al alba, el ejército reanudó su ataque por tierra, apoyado por un violento bombardeo de los barrios de Al Sajur, Chaar y Seif Dawla para entorpecer el movimiento de los insurgentes.
El avance del ejército sirio fue confirmado por los rebeldes. “Hemos realizado un repliegue táctico de Saladino. Ya no hay allí combatientes rebeldes, a causa de un bombardeo descomunal, y las fuerzas del régimen entraron en el barrio”, dijo Husam Abu Mohamad, comandante de la brigada Dera Ashahba del Ejército Sirio Libre (ESL).
Sin embargo, la progresión de los soldados leales es lenta frente a la resistencia de los combatientes de la oposición. Los medios oficiales reconocen que todavía se necesitarán varios días para terminar con la resistencia en las calles.
En cuanto al balance de víctimas, las cifras también forman parte de la batalla. Los medios oficiales mencionan cientos de rebeldes muertos, heridos o capturados. Decenas de combatientes habrían abandonado sus armas. En cuanto a la oposición, asegura haber dado muerte a un centenar de soldados, destruido tanques y vehículos blindados.
Lo cierto es que la ferocidad de los combates y el poder de fuego utilizado auguran un balance muy alto de pérdidas de uno y otro lado.
En base a un informe de Paul Khalifeh, corresponsal de RFI en Beirut.