En el segundo trimestre de 2012 la actividad económica se expandió en un 5,5 por ciento, acumulando una variación de 5,4 por ciento en el semestre.
De acuerdo a la información entregada por el Banco Central, el PIB creció un 1,7 por ciento en términos desestacionalizados, es decir, en relación al primer trimestre de este año.
El ente emisor detalló que todas las actividades económicas se expandieron, especialmente los servicios, el comercio y la construcción.
El ministro de Economía, Pablo Longueira, recibió con agrado las cifras y sostuvo que “son un aliciente para continuar con la transformación económica que ha impulsado este Gobierno en materia de emprendimiento e innovación”.
Longueira consideró que Chile tiene un desempeño económico “ejemplar” y destacó que pese al complicado panorama internacional, “las decisiones que el Gobierno ha tomado en la materia han propiciado un positivo desempeño de la demanda interna, que nos ha permitido seguir creciendo”.
Esto, porque la expansión fue impulsada especialmente por la demanda interna, que creció un 7,1 por ciento, con lo cual el semestre sumó una variación de 5,8 por ciento. El consumo, además, creció un 5,3 por ciento.
Para el economista Hernán Frigolett, las positivas cifras macroeconómicas se explican también por el rezago con el cual se sienten las crisis económicas en nuestro país.
Además, el especialista del Grupo Nueva Economía enfatizó que en el contexto de desigualdad en que opera la economía chilena, la demanda interna ha sido impulsada principalmente por los sectores de mayor poder adquisitivo: “Como está muy concentrado el nivel de ingreso, el consumo también lo está. Si uno ve cuáles son los puntos de consumo que han estado manteniendo la dinámica fuerte durante el primer semestre, es principalmente consumo durable, y más del 60 por ciento del consumo durable lo hace el estrato ABC1. Esos son los que han estado gastando en forma bastante audaz en períodos previos a la crisis. Se ve en las compras de automóviles y electrodomésticos. Eso ha impulsado mucho al retail, que ha mantenido niveles de venta de casi dos dígitos durante todo el primer semestre”, explicó.
Una visión distinta expresó el académico de la Facultad de Administración y Economía de la Universidad de Santiago, Víctor Salas, quien indicó que la demanda interna también es determinada por el consumo de los sectores de más bajos ingresos, que acceden al crédito a través de tarjetas y otros mecanismos: “La demanda agregada en términos de bienes de consumo es bastante más generalizada de lo que uno se imagina y eso tiene que ver con el nivel de endeudamiento de la población. No es un endeudamiento en que te vuelves loco y vas a pedir crédito grande y expansivo, sino que es el endeudamiento con las tarjetas y el pequeño crédito. Entonces las personas, de más bajos ingresos normalmente, ajustan el tamaño de las cuotas de acuerdo a su presupuesto y eso les permite acceder a crédito y mantener un proceso de compras”, indicó.
El informe del Banco Central expuso además que las exportaciones solo aumentaron un 1,2 por ciento en el segundo trimestre, que contrasta con el 5,6 que había registrado en el período anterior; y que las importaciones alcanzaron un 5,2 por ciento.
La baja en las exportaciones es la primera repercusión de la crisis internacional, según la mayoría de los analistas, quienes prevén una desaceleración en el segundo semestre.
Esto, advirtió Víctor Salas, podría tener un fuerte impacto social al producirse en un corto período de tiempo: “Si la economía termina ajustándose al 4,6 o 4,8 por ciento, que es lo que se estima de crecimiento, eso quiere decir que vamos a tener una fuerte contracción. Habrá una contracción de la demanda y de la producción. Eso significa que la gente, necesariamente, se va a ver sin puestos de trabajo y con menores ingresos. Y todo eso en un corto plazo, lo que genera una situación más compleja desde el punto de vista económico y social”, afirmó.
El Banco Central corrigió además la estimación del PIB del primer trimestre, que cayó de un 5,6 a un 5,3 por ciento, mientras que la demanda interna pasó de un 4,9 a un 4,5 por ciento.