Preocupación mostraron los dirigentes del Partido Progresista (PRO) ante la actitud del Gobierno a lo largo del debate tributario, ya que según afirmaron, las autoridades han mantenido “un simulacro de buscar el diálogo”, con la finalidad de introducir modificaciones que no responden a las demandas de la ciudadanía, sino que sólo constituyen una profundización de los problemas ya existentes.
En ese sentido, el presidente del PRO, Marco Enríquez Ominami, coincidió con la crítica que ha realizado el movimiento estudiantil a las iniciativas presentadas por el Ejecutivo, que ha catalogado como “totalmente insuficientes”.
“La reforma tributaria además de no cambiar las reglas profundiza el asesinato de la educación pública. Cuando tú subsidias al individuo y no a la oferta, cuando tú das un subsidio tributario como lo proponen en el Ejecutivo que es poner a merced del mercado la educación pública, lo que haces es matar la educación pública. Es muy ideológica esta reforma tributaria, no es cierto que sea neutra, consiste en seguir haciendo de la educación un gran negocio para algunos y un pésimo negocio para muchos”, denunció el presidente del PRO.
Enríquez Ominami añadió que el Gobierno está entendiendo la reforma sólo desde la lógica de la recaudación, sin darle una mirada de justicia al proceso. “No es sólo cuánto recauda, sino también cómo y allí está incluido fortalecer la educación pública o debilitarla” afirmó y sostuvo que lo que ha hecho esta reforma tributaria, como lo hizo también la Concertación, es “debilitar la educación pública sistemáticamente”.
Con esto coincidió, Eugenio Rivera, director del Programa Económico de la Fundación Chile 21 y ex profesor del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (Cide), para quien la reforma tributaria que se ha propuesto sólo recaudaría el 10 por ciento de lo que se necesita para abordar el problema de la educación.
Ambos indicaron que se han pasado por alto temas como la recaudación necesaria para salud, vivienda y previsión, entre otros temas macro. Junto con afirmar que se debe reducir y diferenciar el IVA, crear impuestos, por ejemplo, a las centrales hidroeléctricas, que permitan bajar otros, como el impuesto al libro, o fomentar el acceso a Internet, ciencia y tecnología, entre otros.
Además, Rivera sostuvo que se debe afinar la situación tributaria de las grandes empresas, pues “Chile es prácticamente el único país en el mundo donde las empresas no pagan impuestos, no contribuyen a financiar los bienes públicos que hacen posible el funcionamiento del país. Eso no sucede en ningún país civilizado. En todos los países las empresas pagan impuestos para financiar esos bienes públicos, la legislación, la policía etc. Es un tema que se debiera incorporar también en el debate”, dijo.
En ese sentido, se instó a los parlamentarios a darle más tiempo a esta discusión, rechazando la idea de legislar y dejando el debate en manos de la ciudadanía, la que durante las próximas elecciones presidenciales debería dejar en claro a la próxima figura que se elija para gobernar hacia dónde el país quiere que vaya la economía.
Preocupación mostraron los dirigentes del Partido Progresista (PRO) ante la actitud del Gobierno a lo largo del debate tributario, ya que según afirmaron, las autoridades han mantenido “un simulacro de buscar el diálogo”, con la finalidad de introducir modificaciones que no responden a las demandas de la ciudadanía, sino que sólo constituyen una profundización de los problemas ya existentes.
En ese sentido, el presidente del PRO, Marco Enríquez Ominami, coincidió con la crítica que ha realizado el movimiento estudiantil a las iniciativas presentadas por el Ejecutivo, que ha catalogado como “totalmente insuficientes”.
“La reforma tributaria además de no cambiar las reglas profundiza el asesinato de la educación pública. Cuando tú subsidias al individuo y no a la oferta, cuando tú das un subsidio tributario como lo proponen en el Ejecutivo que es poner a merced del mercado la educación pública, lo que haces es matar la educación pública. Es muy ideológica esta reforma tributaria, no es cierto que sea neutra, consiste en seguir haciendo de la educación un gran negocio para algunos y un pésimo negocio para muchos”, denunció el presidente del PRO.
Enríquez Ominami añadió que el Gobierno está entendiendo la reforma sólo desde la lógica de la recaudación, sin darle una mirada de justicia al proceso. “No es sólo cuánto recauda, sino también cómo y allí está incluido fortalecer la educación pública o debilitarla” afirmó y sostuvo que lo que ha hecho esta reforma tributaria, como lo hizo también la Concertación, es “debilitar la educación pública sistemáticamente”.
Con esto coincidió, Eugenio Rivera, director del Programa Económico de la Fundación Chile 21 y ex profesor del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (Cide), para quien la reforma tributaria que se ha propuesto sólo recaudaría el 10 por ciento de lo que se necesita para abordar el problema de la educación.
Ambos indicaron que se han pasado por alto temas como la recaudación necesaria para salud, vivienda y previsión, entre otros temas macro. Junto con afirmar que se debe reducir y diferenciar el IVA, crear impuestos, por ejemplo, a las centrales hidroeléctricas, que permitan bajar otros, como el impuesto al libro, o fomentar el acceso a Internet, ciencia y tecnología, entre otros.
Además, Rivera sostuvo que se debe afinar la situación tributaria de las grandes empresas, pues “Chile es prácticamente el único país en el mundo donde las empresas no pagan impuestos, no contribuyen a financiar los bienes públicos que hacen posible el funcionamiento del país. Eso no sucede en ningún país civilizado. En todos los países las empresas pagan impuestos para financiar esos bienes públicos, la legislación, la policía etc. Es un tema que se debiera incorporar también en el debate”, dijo.
En ese sentido, se instó a los parlamentarios a darle más tiempo a esta discusión, rechazando la idea de legislar y dejando el debate en manos de la ciudadanía, la que durante las próximas elecciones presidenciales debería dejar en claro a la próxima figura que se elija para gobernar hacia dónde el país quiere que vaya la economía.
Preocupación mostraron los dirigentes del Partido Progresista (PRO) ante la actitud del Gobierno a lo largo del debate tributario, ya que según afirmaron, las autoridades han mantenido “un simulacro de buscar el diálogo”, con la finalidad de introducir modificaciones que no responden a las demandas de la ciudadanía, sino que sólo constituyen una profundización de los problemas ya existentes.
En ese sentido, el presidente del PRO, Marco Enríquez Ominami, coincidió con la crítica que ha realizado el movimiento estudiantil a las iniciativas presentadas por el Ejecutivo, que ha catalogado como “totalmente insuficientes”.
“La reforma tributaria además de no cambiar las reglas profundiza el asesinato de la educación pública. Cuando tú subsidias al individuo y no a la oferta, cuando tú das un subsidio tributario como lo proponen en el Ejecutivo que es poner a merced del mercado la educación pública, lo que haces es matar la educación pública. Es muy ideológica esta reforma tributaria, no es cierto que sea neutra, consiste en seguir haciendo de la educación un gran negocio para algunos y un pésimo negocio para muchos”, denunció el presidente del PRO.
Enríquez Ominami añadió que el Gobierno está entendiendo la reforma sólo desde la lógica de la recaudación, sin darle una mirada de justicia al proceso. “No es sólo cuánto recauda, sino también cómo y allí está incluido fortalecer la educación pública o debilitarla” afirmó y sostuvo que lo que ha hecho esta reforma tributaria, como lo hizo también la Concertación, es “debilitar la educación pública sistemáticamente”.
Con esto coincidió, Eugenio Rivera, director del Programa Económico de la Fundación Chile 21 y ex profesor del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación (Cide), para quien la reforma tributaria que se ha propuesto sólo recaudaría el 10 por ciento de lo que se necesita para abordar el problema de la educación.
Ambos indicaron que se han pasado por alto temas como la recaudación necesaria para salud, vivienda y previsión, entre otros temas macro. Junto con afirmar que se debe reducir y diferenciar el IVA, crear impuestos, por ejemplo, a las centrales hidroeléctricas, que permitan bajar otros, como el impuesto al libro, o fomentar el acceso a Internet, ciencia y tecnología, entre otros.
Además, Rivera sostuvo que se debe afinar la situación tributaria de las grandes empresas, pues “Chile es prácticamente el único país en el mundo donde las empresas no pagan impuestos, no contribuyen a financiar los bienes públicos que hacen posible el funcionamiento del país. Eso no sucede en ningún país civilizado. En todos los países las empresas pagan impuestos para financiar esos bienes públicos, la legislación, la policía etc. Es un tema que se debiera incorporar también en el debate”, dijo.
En ese sentido, se instó a los parlamentarios a darle más tiempo a esta discusión, rechazando la idea de legislar y dejando el debate en manos de la ciudadanía, la que durante las próximas elecciones presidenciales debería dejar en claro a la próxima figura que se elija para gobernar hacia dónde el país quiere que vaya la economía.
