Distintas variantes vuelven a dar señas de la estabilidad de la economía chilena, gozando de una buena proyección a nivel macro, expectativas cumplidas en relación a la actividad y liderazgo en competitividad a nivel regional.
Por una parte, el Informe de Política Monetaria (Ipom) del Banco Central, avisó al alza la proyección de crecimiento de la economía para este año y la situó en un rango 4.75 por ciento-5.25 por ciento y describe “efectos menores” de la crisis externa en la situación nacional.
Además, el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec) de julio, dado a conocer este miércoles, creció en un 5,3 por ciento, coincidiendo con las líneas de mercado, a lo que se suma también que Chile lidera la economía latinoamericana según el último Ranking Mundial de Competitividad.
El ministro de Hacienda Felipe Larraín, destacó estas variables indicando que “Chile está entre las economías que más crecen en el mundo (…) crea empleos, los salarios reales aumentan y la gente lo está sintiendo”.
En este sentido, el director de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), Andrés Solimano, advirtió que ante determinados escenarios podrían verse distintos efectos negativos, como por ejemplo en el tipo de cambio.
El economista, agregó que a pesar los indicadores positivos, a partir del próximo año la economía comenzará a ajustarse hacia abajo en relación a los efectos de la crisis internacional.
“Todavía Chile está gozando de una bonanza del precio del cobre muy bueno, a pesar de que ha habido una pequeña baja, pero todavía con precios favorables del cobre y otros productos de exportación. También el hecho de que la inversión esté relativamente robusta, ayuda a que la economía siga creciendo, no se ven bajas importantes del consumo, entonces, la proyección para lo que resta de este año está bien y para el próximo año también, pero es una economía que ya estaría haciendo un cierto ajuste hacia abajo”, explicó Solimano.
Otro aspecto del análisis lo hizo el economista Gonzalo Durán, de la Fundación Sol, quien criticó que “los últimos años lo que ha experimentado Chile es un crecimiento pro rico, en circunstancias que debiera ser un crecimiento pro pobre, que beneficie a las personas que menos ingresos tienen, dada la distribución de ingresos que tiene Chile”.
“¿Por qué un crecimiento pro rico? Porque cuando uno observa lo que ha pasado con los salarios, se da cuenta que los gerentes generales han aumentado sus remuneraciones en cerca de un 15 por ciento en términos reales”, agregó Durán.
Además, el especialista contradijo al ministro Larraín y aseguró que en cuanto al crecimiento del empleo “lo que en realidad se observa es que se está subiendo, se está aumentando la incidencia de los trabajadores externalizados, trabajadores subcontratistas, subministrados o enganchados, que es una forma de precariedad muy grande”.
Ante la advertencia de los efectos de la crisis económica internacional sumado al análisis distributivo y considerando la situación laboral, Durán lamentó que “la crisis la paguen los pobres, cuando debieran pagarla los ricos”.