Señor Director:
Como todos sabemos, ya llegó la tan esperada Teletón donde su fundador y conductor Mario Kreutzberger, Don Francisco, hará gala una vez más de sus cualidades histriónicas y de gran comunicador. ¿Pero, quién inventó la Teletón? Algunas fuentes bien informadas dicen que fue Jerry Lewis a principios de la década de los setenta; pero su Teletón fue clausurada cuando se descubrió que gran parte del dinero recaudado iba a parar al Estado de Israel, para financiar el proyecto sionista.
Según un artículo de la revista “Que Pasa” de 1995 y que hasta el año 2010 estaba en la Biblioteca Nacional, la Teletón sólo ayuda al 20% de los niños con problemas; el 80% restante debe atenderse en una Institución dependiente del Ministerio de Salud, la cual queda invisibilizada con la Teletón
Continuando con el artículo de la revista “Que Pasa”, señala que además que “del total de los dineros recaudados, un 25% son para pagar a animadores y artistas que participan en el evento; un 10% para mantención del teatro Teletón; un 20% para rehabilitación de los niños; un 40% para la construcción de Centros de Rehabilitación, y finalmente un 5% de los dineros va a parar a los bolsillos de don Francisco”.
El 100% del dinero que “donan” las empresas los descuentan de impuestos. Las empresas pagan un cupo a la Teletón por usar el logo de la Institución y así, sus ventas se disparan en los días que dura la la campaña de las “27 horas de amor”. En definitiva, el que financia la Teletón son los miles de ciudadanos que hacen fila en los bancos, y el Estado o sea, todos los chilenos de a pie.
Pero se ha llegado a destinar un porcentaje del PIB nacional a la obra, lo que resulta improcedente e inaceptable, desde el punto de vista político y moral, toda vez que existen también una enorme cantidad de niños con leucemia y sida, donde no hay campañas a nivel nacional, y las recaudaciones son ínfimas. Donde existe además, una organización mucho más pobre como “Bomberos de Chile”, que subsiste a duras penas gracias a la limosna callejera, y que reclama con URGENCIA un aporte sustancial por parte del Estado.
No es que se esté en contra de la rehabilitación de niños minusválidos, lo cual me parece una labor muy loable. Lo indignante es que se recurre al morbo, utilizando a los pequeños exibiendo sus deformaciones. Se recurre al aspecto emocional, mucho más que al reflexivo. Las emociones causan un verdadero cortocircuito en el análisis racional. Es una verdadera manipulación de las emociones, para “cazar incautos e ingenuos”, lo que se traduce en un desenfrenado consumismo, para lograr “la meta”.
Este funesto espectáculo de corte capitalista, se lleva a cabo con un circo de actores y personajes famosos, incluyendo serios y ecuánimes periodistas, jugando a la solidaridad, promocionándose a sí mismos, y apelando a una falsa “unidad” entre los chilenos. Donde participan politicos de todos los pelajes como parlamentarios, ministros de Estado, y hasta el Presidente de la República, embobados y embelesados, ante el Gran Mandamás de este evento cual Don Corleone, don Francisco.
Donde no hay justicia social, aflora con fuerza la caridad y la limosna; pero también los pillos que no escatiman esfuerzos, para realizar sus pingües negocios. No hay duda que el Estado ha abandonado a su suerte, el rol que le corresponde en materia de salud, dejándolo en manos del mercado.
Le saluda atte.,
Eduardo Villegas Torrejón
Ciudadano de a pié.-
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