Tras meses de polémicas, amenazas, manifestaciones ciudadanas, paros y crisis de gobierno, los ministros de finanzas de la zona Euro y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron un acuerdo para ayudar a Grecia, imponiéndole una serie de medidas economicas hasta el 2016, aunque entregándole tambien créditos hasta por 44 mil millones de euros y  extendiendo los plazos de pago desde 15 a 30 años.

Junto con la ampliación de los plazos, los ministros y el FMI se comprometieron a reducir las tasas que aplican a sus préstamos y aceptaron que Grecia no pague intereses durante los 10 primeros años, aplazándolos para años posteriores, y buscando así reducir el total de su débito en al menos 40 mil millones de euros.

El convenio obliga empero a que Atenas reduzca su deuda pública para 2020 a 120% del Producto Interno Bruto (PIB) y para el 2021, al 110% del PIB. El compromiso es que siga bajando este porcentaje en los años posteriores.

El Banco Central Europeo (BCE), por su parte, se comprometió a devolver a Grecia 11 mil millones de euros en beneficios generados a su favor por haber comprado bonos griegos baratos cuando nadie los quería y vendido luego a mejores precios. Los países de la zona, en tanto, se comprometieron a ayudar a Grecia a negociar con los inversores privados para comprarles la deuda griega a valores descontados.

El FMI participará con la tercera parte de los nuevos préstamos, pero ingresaría en el financiamiento una vez que comience la compra de bonos griegos en el mercado. Parte de los fondos prometidos por los ministros se entregarán inmediatamente y otra, cuando se evalúen resultados de las políticas económicas aplicadas por el gobierno griego.

Las decisiones adoptadas seguramente producirán presión sobre quienes tienen deuda griega para que la vendan a precios de liquidación. Alemania especuló que podría comprar al 25%, lo que significa que teóricamente, con los 44 mil millones acordados se podrían retirar hasta 176 mil millones de euros de los 485 mil millones de la deuda total de Grecia, o lo que es lo mismo, el 36% de la deuda , lo que llevaría el porcentaje respecto del PIB al 105%.

Según la prensa económica, el propósito es usar al menos 10 mil millones de euros de estas ayudas para recomprar bonos, lo que permitirá recoger unos 28 mil millones de euros de deuda y dejar a Grecia con un débito del 155% del PIB. En la actualidad, su relación deuda-PIB es del 165% y se estimaba que el porcentaje podría llegar a subir hasta el 200% en los próximos dos años.

Aunque es esperable que los agentes financieros poseedores de papeles griegos quieran venderlos al mayor precio posible, la solución alcanzada no tendrá efecto si los gobiernos y el FMI no mantienen la presión anunciada, pues la banca hará su propio lobby para que los recursos terminen mejorando sus popios balances. Pero como dice el refrán, llegado el momento de la porfiada realidad, la cuenta la deben pagar todos los que participaron en los destrozos.