Las autoridades de Nicaragua insistieron este jueves en la evacuación preventiva de familias ante las emanaciones de gases y cenizas del volcán San Cristóbal. Campesinos que viven en las faldas del coloso se niegan a dejar sus viviendas.

Luego de las primeras explosiones en la noche del martes, el presidente Daniel Ortega ordenó decretar alerta amarilla para el noroccidental departamento de Chinandega, donde está enclavado el coloso, a unos 135 kilómetros de Managua.

Más de 200 personas fueron conducidas a sitios seguros en el transcurso de este miércoles, pero todavía quedaban núcleos por evacuar en las cercanías del cráter, informó la vocera de gobierno, Rosario Murillo.

La comunidad de Grecia 4, al pie del volcán, de unos 600 habitantes, no ha evacuado aún “porque no nos queremos ir y dejar las cosas abandonadas”, señaló María Pereira, pobladora del sector, a la prensa internacional.

En la comunidad de Belén, los campesinos tampoco quisieron dejar sus casas, a pesar de que varios efectivos de Defensa Civil intentaron persuadirlos.

Al reiterar el pedido de evacuación, Rosario Murillo, portavoz del Gobierno, afirmó que “la situación del volcán es inestable”.