El Pentágono informó que los suicidios de militares estadounidenses se elevaron a 349 en el año 2012, superando en más de 50 a las bajas sucedidas en Afganistán y según los expertos, la tendencia puede incluso empeorar este 2013.
“Es una epidemia que no puede ser ignorada”, declaró la senadora Patty Murray, quien el año pasado promovió diversos proyectos de ley para mejorar las políticas de prevención, así como facilitar asistencia psiquiátrica a las tropas y a los veteranos de guerra.
Por su parte, el aún secretario de Defensa, Leon Panetta, reconoció el año pasado que los suicidios dentro del Ejército era el asunto más frustrante que había enfrentado desde que se hizo cargo del Pentágono en 2011.
El Ejército de Tierra fue el cuerpo con más suicidios el año pasado, alcanzando los 182, aunque los marines tuvieron el mayor incremento porcentual, 50% más, con lo que sumaron 48 fallecimientos. En tanto, La Fuerza Aérea registró 59 suicidios y la Armada 60. Según indicó el Departamento de Defensa, aproximando, un veterano se suicidaría cada 80 minutos.
El primer año que el Pentágono comenzó a registrar oficialmente este tipo de bajas fue en 2001. En el 2006, los suicidios entre los soldados comenzaron a dispararse y alcanzaron lo que entonces resultó ser la cifra más alta en el 2009, con 310 muertes.
A contar del 2009 las cifras fueron descendiendo, por lo que ha resultado una verdadera sorpresa que en 2012 el número haya sido tan alto, cuando el Ejército está ya fuera de Irak y se encamina a abandonar Afganistán.