Señor Director:
Cuando veo el Festival de Viña del Mar siento una profunda impotencia. Chilevisión ha invertido una increíble suma de dinero en organizar este espectáculo, mientras ha sido incapaz de pagar a mi pequeña empresa la obra gruesa que realicé en sus nuevas edificaciones, situadas en la ex fábrica de Machasa.
Para un canal de televisión o cualquier gran empresa, los 180 millones de pesos que me adeudan pueden resultar un detalle en su balance, pero para una Pyme como la mía, para un chileno común, ese dinero constituye el grueso de mi capital, y el no pago de ellos me ha obligado a dejar sin trabajo a cerca de 150 personas y a exponer gravemente la estabilidad financiera de mi familia.
No solo eso: como Chilevisión ha retenido ilegalmente parte de mi maquinaria, avaluada en cien millones de pesos, me ha privado también de ejecutar nuevas obras, incrementando con creces el daño que me ha causado.
Las Pymes damos trabajo al 80 por ciento de la masa laboral del país, pero este caso, mi caso, demuestra que la ley no nos protege y nos deja a merced de empresarios inescrupulosos, que dañan severamente el emprendimiento.
Para rebajar sus costos y eludir sus deudas los ejecutivos del canal formaron una empresa de papel, Box Constructora Spa, que se constituyó en una asociación ilícita para defraudar, pues no le exigieron garantías, ni retenciones para responder por los contratos que firmó.
He buscado el diálogo con los ejecutivos de Chilevisión, pero ha sido un ejercicio inútil. El director ejecutivo, Jaime de Aguirre, nunca me ha recibido, y la gerente General Alicia Zaldívar se escuda en que este es un problema que heredó de la administración de Mario Conca y me ha pedido más plazos. ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar?; ya ha pasado más de un año y medio.
Hoy se encuentra en trámite una querella criminal por apropiación indebida contra Chilevisión y Box Constructora Spa, la que está concluyendo en su etapa investigativa.
Me cuesta creer que he sido estafado, que una empresa sólida y rentable no cumpla sus compromisos financieros con las Pymes, que estos grandes proyectos se realicen a costa de defraudar a gente honesta, que no importe la cantidad de empleos de personas humildes y esforzadas que se pierdan en el camino.
Por eso, si esta noche, o mañana, ve el Festival de Viña del Mar le ruego que se acuerde de mí, y de otros que como yo vemos como nuestro dinero se gasta en vestidos glamorosos, cócteles, programas de farándula y entretención de baja calidad.
Atte.,
Jose Luis Caro Caro
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.