“Cuídate de los idus de marzo”, dice William Shakespeare en un parlamento de su obra “Julio César”, aludiendo al décimo quinto día del mes que, según el calendario romano, era una fecha de buenas noticias. Pero el año 44 antes de Cristo “el capricho de la historia” hizo que ese día fuera asesinado el poderoso líder político y militar de ese nombre.
Michelle Bachelet renunció el 15 de marzo último al cargo de directora de ONU Mujeres, para volver a su país “por razones personales”. Esos motivos no podían ser otros que su repostulación a la Presidencia de Chile, lo que se espera oficialice antes de que termine el mes.
Aunque cuenta con el favoritismo de todos los estudios de opinión, los idus de marzo pueden volverse en su contra y convertir los buenos presagios del l5 marzo en una especie de muerte electoral, si no consigue finalmente el triunfo.
Para que ello ocurra, pueden surgir factores imprevistos o realizar ella una campaña desafortunada, que hagan cambiar la opinión ciudadana.
El actual oficialismo se está desplegando paulatinamente en su contra, achacándole las muertes ocurridas el 27-F a su mala gestión de crisis, y las insuficiencias de su gobierno para promover el crecimiento de la economía y el empleo y un mayor desarrollo social.
Fuego amigo también habrá en su contra en el curso de la campaña de las primarias internas. Mientras el abanderado DC Claudio Orrego y el ex ministro de Hacienda Andrés Velasco verán con cautela qué hacer exactamente con ella en debates y entreveros, el representante radical, el senador y ex ministro José Antonio Gómez, ya resolvió pasar a una dura crítica y autocrítica que extenderá a los otros años de gobierno de la Concertación.
De parte de los dos candidatos oficiales también se darán tratamientos diferentes a la gran contendora. Mientras Andrés Allamand proclama con acritud lo mal que sería la vuelta al pasado de un país que ahora es distinto, Laurence Golborne espera apostar a su propia capacidad de llegada a la gente, defendiendo más lo propio que atacando lo ajeno, para convertirse con empatía en una suerte de versión masculina de Bachelet.
Pero más allá de los Brutus que quieren terminar con su vida política, está la posibilidad de que la propia candidata deseche las voces de advertencia de que la victoria no está alcanzada ya, tal como Julio César le dijera risueñamente al vidente que le previno: “La fecha llegó y no pasó nada”, contestándole éste que el día aún no había terminado.
El revés de fortuna del gobernante romano ha inspirado recurrentemente a los artistas, en especial a los afincados en los Estados Unidos. Aparte de la versión fílmica de de la obra de Shakespeare que realizara en 1953 Joseph L. Mankiewicz con Marlon Brando, el novelista Thornton Wilder y el director y actor Gorge Clooney lanzaron en 1948 y 2011, respectivaente, obras con el título “Los dus de marzo”.
Para la repostulante chilena, el plazo terminará el 17 de noviembre, cuando se cierre la última urna de votación. Hasta entonces tendrá que convencer a un electorado con voto voluntario que podrá reconducir al país que tanto cambió, con un programa claramente planteado, sin silencios estratégicos y con las caras nuevas de una generación de recambio que no necesariamente tiene que conformarse con pura gente joven, pero sí alejada de las prácticas que aventaron a la Concertación del gobierno hace tres años.
El sentido de autocrítica deberá ser certero y apuntar a los actos reflejos, tics, molicies y corruptelas de las elites concertacionista y aliancista. Algunos de sus miembros están cayendo en otra espiral: la de ceder sin liderazgo propio a las demandas de .los movimientos sociales y los sectores populares.
Así se acaba de demostrar con la presentación de un libelo constitucional en contra del ministro de Educación, por no cumplir con sus deberes de perseguir el lucro ilegal en la enseñanza.
La acusación puede tener un efecto bumerán, porque ¿acaso cumplió la anterior coalición de gobierno en fiscalizar un negociado “asqueroso”, como lo llamó ahora la actual ministra y ex senadora Matthei. Las voces que se han levantado dentro de la centroizquierda en contra de este “error político” enajenarán, en caso de perder piso el libelo, la voluntad de los grupos organizados de creer en los actores políticos que se declaran en contra de los abusos en el sistema educacional.
La ciudadanía, en general, observará las inconsecuencias del conjunto los de las dirigencias que hoy defienden al ministro Beyer de lo mismo que ayer promovieron contra de la ministra Provoste, y viceversa. Acciones sin peso moral en uno y otro y lado y, lo que es peor, no conducen al gran objetivo de un cambio estructural en la enseñanza.
Es sólo un ejemplo de aquellas acciones que pueden convertir los idus de la actual quincena en un remolino que agite socialmente -acaso con alguna réplica institucional-, las hojas del calendario chileno de aquí a marzo del próximo año.