Resulta patético el anuncio del ministro de Desarrollo Social Joaquín Lavín, quien acompañado por el director del Fosis, Claudio Storm, presentó un recetario para cocinar con dos mil pesos, que será distribuido gratuitamente a 10 mil familias de escasos recursos.
“Recetas para Ahorrar y Saborear a la Chilena” es, sin lugar a dudas, la reiteración de la política gubernamental asistencialista que cree e insiste en que estas medidas, además de la política “del bono”, corregirán las deficiencias estructurales que registra el país en relación a sueldo mínimo, trabajo, previsión y tantas más. El otrora candidato presidencial indicó que hicieron “una investigación con las familias más vulnerables de Chile y una familia de 4 personas gasta, más o menos, 2 mil pesos diarios en alimentación. Le hicimos un desafío a tres chef, que es cómo lograr con menos de 2 mil pesos al día, comida que sea chilena, rica, sana y barata. La verdad es que se puede”.
¡Claro que se puede! Y con mucho menos. Ése es el problema. Se trata una vez más de la naturalización de la pobreza que se suma al ya conocido bono marzo. Yo desafío al Ministro Lavín y a su “numeraria” familia a que almuerce durante un mes con el presupuesto de 2 mil pesos para cuatro personas.
Y digo almuerzo, pues no pretenderá el ministro que con 2 mil pesos se alimenten cuatro bocas más de una vez al día. Menos aun cuando el valor de los alimentos es uno de los mayores incrementos registrados durante 2012.Según la FAO, en Chile la brecha entre la inflación general y la de alimentos es la más alta de América Latina y el Caribe. Mientras los precios generales acumulados a octubre de 2012 alcanzan un 2,9 por ciento, el ítem alimentos registró un incremento del 9,1 por ciento, lo que da cuenta de una diferencia de 6,2 puntos, cifra que reduce el poder adquisitivo de toda familia, más aún si es de bajos recursos.
Si estas cifras se contextualizan en un estudio publicado por el mismo Fosis en febrero de este año, que señala que un 41 por ciento de los grupos familiares más desposeídos del país se endeuda para solventar sus necesidades, y donde la primera necesidad son abarrotes y mercadería con un 23,2 por ciento, seguido por servicios básicos y pan con un 13,5 y un 9,3 por ciento respectivamente, seguido este consumo por verduras con un 8,4 por ciento, entonces estas “Recetas para Ahorrar y Saborear a la Chilena” resultan ser una burla.
Al presentar el estudio “La Familia y sus Recursos” al cual se hace referencia en el párrafo precedente, el Fosis a través de Claudio Storm señaló como trascendental el Ingreso Ético Familiar y la entrega de recursos “pero no de manera asistencialista, no a cambio de nada, sino que va a entregar recursos como incentivo a conductas virtuosas en educación, salud y trabajo”. ¿Qué es este recetario si no asistencialismo a cambio de nada?
Al hojear el recetario en cuestión, llama la atención que algunas preparaciones requieran ser horneadas. ¿Pensó el ministro o los cerebros de la iniciativa que lo más probable es que las familias de bajos recursos en Chile no tienen siquiera una cocina y que en vez de ésta usan leña para cocinar y calentar sus alimentos?
¿No sabe además el ministro que las familias más vulnerables no tienen acceso a las escuálidas políticas sexuales y de anticoncepción existentes en nuestro país, y que seguramente NO están integradas por cuatro si no de más personas?
Sólo en Chile, uno de los países más desiguales del planeta, un ministro publica como gran medida un recetario que pretende enseñarle a los más pobres comer con menos de dos lucas diarias, mientras que casi un año antes se aprobara el polémico incremento de dos millones de pesos que pasaron a engrosar la ya abultada la dieta de los senadores.
¿Así soluciona el gobierno la dieta de los más vulnerables?