En Febrero pasado publicamos un artículo titulado “Encuestas y Estados Futuros” que daba cuenta de desencuentros metodológicos que viene muy bien para entender a lo que acaba de ocurrir en la actual contingencia política y que podría seguir ocurriendo de aquí a Noviembre.
O es soberbia supina o quizás ignorancia seguir insistiendo que las encuestas de opinión son buenas predictoras para saber quiénes y que porcentaje de votos obtendrán los supuestos finalistas en las votaciones de Noviembre. Además de no considerar el movimiento de las altas abstenciones (60% a). Los problemas metodológicos de predicción quedan demostrados cuando los candidatos antes testeados: hoy ya no son los mismos.
Se le puede consultar a una persona sobre lo que ocurrirá en el futuro en materias sociales, económicas, ambientales o políticas. Por ejemplo, preguntarle sobre por quién votará en la próxima elección para un cargo de representación popular o sus deseos. Y dará su respuesta con toda la libertad que le sea posible. Esta respuesta supone que la persona tiene en su mente “un solo conjunto de situaciones posibles en el futuro” y eso es una certeza y al mismo tiempo un lamentable error, cuando se trata de hechos que ocurrirán en el futuro.
Desde ahora hasta el momento que tenga que votar, pueden ocurrir muchas situaciones que impidan que “su anticipado acto de votación imaginado” se produzca. En ese tiempo pueden ocurrir diferentes situaciones, como decíamos en Febrero, como que: él o la candidata no llegue a las primarias o que quien las haya ganado se retire en Septiembre o enferme, o que alguno de los postulantes no resista las presiones cuando se desclasifique información reservada, o que se emita un nuevo fallo de la Corte Suprema, o se dé un grave aumento de la tensión internacional o una grave catástrofe natural nos asole o se anticipe el fallo de La Haya, entre otros eventos y que también pueden tener un signo muy positivo para Chile.
Anticipar este tipo de futuro político es bastante difícil, aunque siempre habrá personas que se arriesguen a jugar a anticiparlos como ciertos, cual aprendiz de adivino, y que generalmente desaparecen cuando la realidad los desdice al igual que los resultado de las últimas encuestas y opiniones asociadas que ya han quedado nulos. Cual campeonato fútbol la final de esta elección sigue abierta, independientemente de la opinión de los hinchas, sino se estudia el futuro con otras metodologías.
Como consultores de empresas nos interesa hacer anticipos sobre el futuro, pero usando métodos apropiados –con el menor sesgo ideológico o simples deseos posible- para evitar se sigan repitiendo errores que inducen a error a: analistas, opinólogos, políticos, académicos empresarios, ejecutivos, funcionarios gubernamentales y ciudadanos que se guían por estos pronósticos “ciertos” para un futuro intrínsecamente incierto.
Este tipo de encuestas de opinión sobre resultados bajo condiciones de incertidumbre “a legos”, además, no invita a preguntarnos por temas relevantes para el futuro del estado nación, que conduzca al crecimiento y desarrollo para así disminuir los riesgos y oportunidades a que estamos expuestos. De algo si estamos ciertos se debe profundizar los estudios para anticipar el futuro, incluso propusimos la creación de una agencia ad hoc ADEF sin resultados. De seguir gobernándonos a ciegas estaremos cada vez más expuestos a un cambiante entorno, con una creciente competencia que afectará a nuestra economía, a sus diferentes sectores e industrias, a todas sus empresas públicas y privadas y sus negocios y a nuestros: know how, talentos y conocimientos acumulados. ¿Qué pensaran los candidatos de todo esto? No podemos preguntárselo a la gente que carece de la experticia y el saber para responderlo.
*Omar Villanueva Olmedo Director OLIBAR Consultores
