“Guitarras diamante”. Esa es la denominación que eligió Manuel García para el concierto a gran escala que hará el próximo viernes 19 de julio en el Teatro Caupolicán.
El cantautor presentará un repertorio centrado en la guitarra y distintas variantes: acústica, eléctrica, sola, acompañada. Así, recorrerá sus cuatro discos solistas, visitará el repertorio de Mecánica Popular y adelantará composiciones que formarán parte de su próxima grabación, que comenzará a ser registrada a fines de este año.
Además, tendrá en el escenario a los músicos que habitualmente forman parte de su banda en vivo y algunos invitados, como el guitarrista de Los Tres, Ángel Parra.
En el programa Radiópolis de Radio Universidad de Chile, Manuel García explicó por qué decidió presentar un espectáculo exclusivamente centrado en el instrumento: “Siempre la guitarra ha sido noble, ha sido parte de nuestra tradición cultural más importante a nivel de la canción, porque en ella se recopilan las canciones, se hacen los covers, en ella cantan los universitarios y en torno a ella se reúnen las familias. En ella va viajando una cantidad de repertorio desde lo más tradicional, folclor o canción guitarrera de frente, hasta canciones del rocanrol, del pop, que se van reinterpretando en la guitarra. Entonces tengo la ilusión de homenajear a la guitarra y las ‘guitarras diamante’ no son solo las de los grandes guitarristas y el gran repertorio, sino también aquella interpretada en cualquier rincón del pueblo, que ilumina y alumbra un poquito la vida cotidiana”, dijo.
De este modo, el músico volverá a un formato que había quedado en planos secundarios con su más reciente disco, Acuario, donde incorporó sonidos electrónicos y otros timbres. Aun así, sostuvo que ese álbum también tiene una importante raíz en las seis cuerdas: “Tiene canciones que nacieron en la guitarra y las voy a mostrar dentro de ese formato. No es que me vaya a quedar con un nuevo repertorio y a descartar otro, lo que pasa es que es bastante complementario, porque trabajar con un disco más pop electrónico da la posibilidad de que lo guitarrístico brille más, que no se desgaste”, indicó.
Así, la presentación del Caupolicán tendrá una parte “en un formato muy limpio” y otra “con guitarras enchufadas y eléctricas, combinaciones de guitarras con efectos sonoros. También puede que se ponga un poco más moderno, siempre en torno a lo que significa la voz de la guitarra. En el fondo, son caminos complementarios”.
Marcha estudiantil del 8 de mayo
Escenarios grandes y pequeños
Antes de “Guitarras diamante”, Manuel García viajará a Europa para una gira que contempla ocho actuaciones en Suecia, Francia, Bélgica y España, entre el 21 de junio y el 4 de julio.
El autor de S/T dijo viajar con “una expectativa artística y estética de poder llevar una idea de la canción actual del país a los escenarios, interpretar de otra gente también. De lo antiguo que está esperando Europa, típico que te piden de la Violeta o de Víctor, pero también mostrarles que hay generaciones nuevas y tocar un par de canciones de contemporáneos, para mostrar algo del panorama, modestamente”.
En ese sentido, Manuel García señaló que la idea es “tocar mis canciones y adelantar algunas cosas inéditas en los conciertos, de manera que el estar allá tenga sentido y hacer crecer esta parrilla estética, hacer un muestrario lo más acabado posible”.
Manuel García se ha acostumbrado a escenarios de gran convocatoria. Luego de su paso por el Festival de Viña del Mar 2012, este año lanzó su disco en la misma Quinta Vergara y en abril dijo presente en el festival Lollapalooza. Al mismo tiempo, está habituado también a presentarse en tomas estudiantiles, actos políticos y conciertos de pequeña escala.
¿No hay contradicción entre ambos caminos? “Para mí no lo es, porque por un lado está mi trabajo, mi carrera, y por otro lado está lo que quieren las canciones y lo que quiero yo como persona. Cada uno sabe dónde aprieta el zapato y su realidad. Entiendo que las señales a veces pueden ser contradictorias para los públicos, pero siempre confío en las obras y en el tiempo, que demuestra la calidad cuando ya pasan los años”, respondió.
En esa línea, argumentó que “hacer las cosas bien, tocar en un estadio gigante, por supuesto que es caro, pero se trata de que también haya acceso a entradas baratas y que éstas sean bien atendidas, que el artista esté pendiente de que el sonido llegue hasta allá atrás. Todo eso a veces pareciera una parafernalia y la gente tiene la idea de que el artista cobra la entrada y se lleva toda la plata para su casa, que toca solo, que no hay técnicos, productores, sellos, que no hay nadie. Pero lógicamente, eso no es real”.
“Por otro lado, las canciones tienen su camino propio y a veces puede parecerle a un artista muy raro o complejo tener que bajarse de los grandes escenarios para tocar en un lugar donde suena menos, donde suena mal, donde no hay plata, pero uno hace un esfuerzo para que eso sí suceda, para ir a tocar a una población. Y no podemos ir con la pura guitarra a sonar mal, lo que requiere que vayamos con un sonidista, con un productor, con asistentes, para que quede bien montado un espectáculo como le corresponde a la gente de esa población; no hacer algo a medias o así nomás porque se supone que es gratis en una población. Hacemos un esfuerzo, es gratuito y se repite miles de veces. Uno lo puede andar diciendo todo el tiempo”, concluyó.
