Estimado director:

Que 49% de los jóvenes entre 18 y 34 años interrogados ( encuesta Asia Marketing , Mayo 2013) otorguen credibilidad a un Presidente de derecha que termina su mandato lo lleva a uno a preguntarse sobre lo que está sucediendo en nuestro país.

En efecto, la derecha política ha estado siempre al servicio de los pudientes y ha manifestado un abierto desprecio por las categorías humildes de nuestra población. Así, a título de ejemplo podríamos recordar que en los años 1960 , un insigne representante del Partido Conservador y senador de la República, Francisco Bulnes Sanfuentes, apodado El Marqués, no había tenido escrúpulos para decir que los trabajadores chilenos tenían alma de esclavos, pues al votar por la izquierda se ponían al servicio del imperio comunista que era , la hoy extinta, Unión Soviética.
La verdad es que no siempre los representantes de la derecha nacional se han expresado públicamente con tanta grosera franqueza , pero es indudable que una buena parte de entre ellos piensan lo mismo , incluso si el imperio tan odiado ha desaparecido.

Lo cierto es que la derecha chilena ha hecho de su desprecio del pueblo, cuando no del temor de sus reacciones, un elemento central de su ideología, hasta el punto de considerar a los modestos como sub-hombres sin derecho a la expresión política. Salvo cuando ésta se aliena y favorece a la casta dominante.

La derecha nacional nació hace tres siglos de la franja de los pudientes del mundo colonial y de los gestores de la administración española. Se trataba a menudo de falsos independentistas que se apoderaron del joven Estado después que los duelos fratricidas entre los verdaderos patriotas , acarreando la muerte prematura de algunos( Rodriguez, los Carrera…) y la persecución de los que habían sobrevivido ( O’Higgins, Freire,..), les dejaran el campo libre.

Este falso independentismo va a ser pues otro elemento de la ideología derechista que la llevará ansiosamente a llenar el vacío dejado por la monarquía hispánica entregándose, en cuerpo y alma, al amo inglés primero,y luego al norteamericano.

Nuestra derecha , con los ojos siempre puestos en sus intereses de clase, ha carecido pues de un verdadero sentido patriótico y no ha vacilado en reaccionar violentamente cuando en raras ocasiones de su historia nuestro pueblo ha querido reanudar con la truncada gesta de 1810.

Así , quizás nuestros jóvenes estarían mejor inspirados de retomar el hilo de nuestra gran historia en lugar de conceder tan fácilmente su credibilidad a un mandatario derechista cuyos resultados macroeconòmicos no pueden ocultar su accionar a menudo antisocial y su inclinación por la democracia autoritaria.

José Cañas C.