Una única vuelta fue suficiente para elegir al nuevo presidente. Hasan Rohani ganó la elección, con más del 50% de los votos. Clérigo de 64 años de perfil moderado, Rohani es apodado “jeque diplomático” por los cargos que ostentó bajo el gobierno del reformador Hachemi Rafsandjani: fue vicepresidente del parlamento y negociador nuclear entre 2003 y 2005.
La afluencia de votantes a los colegios electorales fue grande desde primera hora de la mañana. Así se lo habia pedido Ali Jamenei, el líder espiritual del país, a sus ciudadanos. “La prosperidad y la felicidad del país dependen de vuestra elección de la persona adecuada, y de vuestra participación en la elección”, dijo tras depositar su voto.
El candidato más moderado
En 2003, tras negociar con París, Londres y Berlín, aceptó suspender el programa de enriquecimiento de uranio y permitió las inspecciones sin previo aviso de las instalaciones nucleares iraníes. Un pasado conciliador que podría contribuir al restablecimiento del diálogo con las potencias occidentales.
Según la corresponsal de RFI, Catalina Gómez, el futuro presidente habría mencionado en varias ocasiones “estar en contra del radicalismo, querer contribuir a la creación de empleo para los jóvenes y estar a favor del restablecimiento de diálogo con los occidentales. Eso si, sin poner en duda los preceptos de la República Islámica.”
La enviada especial de RFI, Murielle Paradon , recabó testimonios de votantes como esta mujer, que dice estar “contenta de que Rohani esté primero en el recuento. Yo lo voté porque me parece el más reformista, en lo económico, en lo social y en los temas de sociedad.” Pero para este otro elector, el cambio de presidente puede no representar un cambio repentino en la situación : “Los ocho años en los que estuvo Hachemi Rafsandjani, antes de Ahmadineyad, fueron mejores en viarias áreas. Pero tras la victoria, Rohani se encontrará el país en bancarrota.”