La victoria del candidato reformista en las elecciones presidenciales del pasado viernes no parece marcar un punto de inflexión en el pulso que opone Irán a las potencias occidentales e Israel. En su primera conferencia de prensa como presidente electo, Hasan Rohani aseguró este lunes que “la época” en que los Occidentales pedían a Irán que detenga el enriquecimiento de uranio “había quedado atrás”.

En cambio, el religioso considerado un moderado dentro del establishment iraní aseguró que existían “muchas otras vías para generar confianza” con Occidente, que acusa al régimen de los ayatolaes de desarrollar de manera encubierta un programa atómico con fines militares.

“Nuestros programas nucleares son totalmente transparentes, pero estamos dispuestos a demostrar aún una mayor transparencia y probarle al mundo entero que las medidas tomadas por la república islámica se inscriben por completo en el marco internacional”, agregó.

Rohani, quien se impuso desde la primera vuelta en las elecciones frente a candidatos del ala más dura del régimen, calificó de “injustas” e injustificadas las sanciones económicas contra su país, y abogó por intensificar las negociaciones con las grandes potencias.

“Se trata de hacer que las negociaciones con el grupo 5+1 se vuelvan más activas, el problema nuclear sólo puede arreglarse a través de negociaciones. Las amenazas y las sanciones no son eficaces”, estimó.

“Cualquier diálogo con Estados Unidos debe darse en pie de igualdad, de respeto mutuo y bajo condiciones. Estados Unidos no debe interferir en nuestros asuntos internos, debe reconocer los derechos de Irán, sobre todo los derechos nucleares, y abandonar su política unilateral y de presión. El próximo gobierno no renunciará a los derechos legítimos del país”, explicó.

“Estas sanciones van en contra de los intereses de Occidente y sólo son aprovechadas por Israel”,