Durante la semana pasada fuimos testigos de diversas convocatorias que contaron con la presencia de los líderes del Servicio Electoral, Ministerio del Interior y la Asociación Chilena de Municipalidades (ACHM).

El alcalde de La Cisterna y presidente de la ACHM, Sergio Rebolledo, (PPD) lideró el grupo de ediles que cruzó los patios del Palacio de La Moneda para coordinar con el Ejecutivo la manera apropiada de enfrentar el escenario de las elecciones primarias que se venían y las tomas en algunos establecimientos educacionales que eran locales de votación.

Los llamados al diálogo de los alcaldes con los secundarios eran prioridad para evitar los desalojos. Ésta última, una acción inminente mientras se acercaba el 30 de junio. Lo cierto es que ni las reuniones, ni las conversaciones con los dirigentes estudiantiles, ni las bajadas de tomas de algunos liceos fueron suficientes para evitar que el viernes pasado se concretaran los desalojos: “la carta” del gobierno.

¿Qué peso tuvo la opinión de los alcaldes? Parece que nula. Ese mismo viernes 28 junio, las autoridades municipales convocaron a la prensa dando cuenta de la entrega de una carta en el Palacio de La Moneda cuestionando “el portazo” y “la falta de respeto” que le había dado el Ejecutivo. El mismo lugar que habían visitado días antes para conseguir una solución planteando más conversaciones con los estudiantes y/o el cambio de locales de votación.

Josefa Errázuriz (independiente), alcaldesa de Providencia, y otros rostros de la Asociación Chilena de Municipalidades acompañaban a Rebolledo en este regreso a la sede de gobierno para levantar un grito que quedó en el banquillo mientras observaban el accionar de Carabineros en los colegios.
Las propuestas de los alcaldes quedaron en cero. Lo preocupante es que este puesto de observador de los ediles ante los desalojos pone en jaque no solo su autoridad, sino también los trabajos próximos que se puedan realizar en educación

En un encuentro posterior a los desalojos con un grupo de estudiantes, Josefa Errázuriz advirtió que ellos “fueron al gobierno a pedir un gesto, y el gesto es que se discuta en serio el problema de la reforma educacional en este país”. Los alcaldes rememoran la pregunta inicial: ¿por qué estaban tomados los colegios?
¿Qué rol seguirán asumiendo los ediles ante estos debates pendientes con el gobierno central? Desde el Ejecutivo está la dirección técnica y política pero es importante que desde el banquillo ciertos actores-como estos representantes de las comunas-, entren a la cancha del debate y den cuenta de las realidades que se viven en las distintas zonas del país. Cada una de ellas con distintos desafíos, precariedades, financiamientos, infraestructuras, extensos traslados de los estudiantes, profesores, espacios de esparcimiento, actividades deportivas, alimentación…

Para entrar a la cancha también hay que mostrar méritos. La Asociación Chilena de Municipalidades solicitó una mesa de diálogo para mantener el análisis de los temas de fondo que siguen pendientes.

¿Será eso posible? Todos coincidían en el derecho a votar el 30 de junio y el problema de las tomas, pero las propuestas en el ámbito educacional quedaron en el tintero. Si el peso de las posturas o solicitudes de la ACHM no fueron asimiladas, menos ahora cuando están divididos en dos grupos. Hace poco tiempo se formó la Asociación de Municipios de Chile (AMUCH) que se creó luego del quiebre del sector oficialista con el nuevo liderazgo opositor de la ACHM.

Si las voces de los alcaldes no están unidas más allá de las diferencias legítimas del sistema, ¿cómo poner su lado de la balanza en alto para que les abran la puerta?. Sumo otro ejemplo: la ministra de educación, Carolina Schmidt, manifestó que los municipios son los responsables de mantener las tomas porque ellos deben dar las garantías a los padres y estudiantes de que puedan asistir a clases normalmente.

Esta discusión que ha tomado fuerza en los últimos años, no se trata de estar de un lado o de otro, a favor o en contra, sino de profundizar en lo que está pasando con la educación municipal chilena.