Señor
Juan Pablo Cárdenas
Director Radio Universidad de Chile,
Presente.
Señor Director:
El 4 de julio pasado se conmemoró otro aniversario del Primer Congreso Nacional, inaugurado en 1811. Una ceremonia que no trascendió el ámbito de la noticia, y que se limitó a homenajear a algunos próceres que en los albores de la República crearon este Primer Congreso. Como también a parlamentarios desaparecidos en el período dictatorial, y algunos ex presidentes de la República, amén de congratulaciones mutuas, y parabienes de buena crianza.-
Pero, hubo como siempre, un gran ausente en ésta ceremonia y lo más grave, se omitió homenajear al principal protagonista de ésta gesta memorable. Me refiero al General José Miguel Carrera insigne patriota, y verdadero Padre de la Patria. Si bien es cierto que en el Primer Congreso Nacional no participó, fue su Reglamento Constitucional Provisorio de 1812, que estableció el Primer Senado de Chile que le dio luz y fuerza, a éste poder legislativo, donde nuestro país comenzó a dar sus primeros pasos como Nación independiente.- No soy historiador ni pretendo serlo; soy un simple aficionado a la historia que carece de una competencia literaria pero, apasionado por los estudios históricos, sobre todo, de la historia de mi país, Chile. Soy de la generación que estudió éste ramo, en los textos de Francisco Frías Valenzuela, y aún, en obras de más aliento como la Historia de Barros Arana. Me cuesta comprender cómo era que hombres que tanto se habían distinguido en lo que se ha dado en llamar “La Patria Vieja”, como los Carrera, de la noche a la mañana, se nos presentaron como traidores a esa misma patria que ellos habían contribuido a formar. Como también a un gran militar como el ilustre y joven General José Miguel Carrera, se nos presente después de algunos años, como un simple caudillo, o un vulgar montonero a quién, en pago de “sus crímenes”, se le quita la vida en un patíbulo de Mendoza.-
Todos recuerdan el natalicio de O´Higgins; pero, se ignora por completo el del General Carrera, el 15 de octubre de 1785. Una sucinta biografía nos dice que Carrera, a los 14 años fue enviado a Lima de donde pasó a España para enrolarse en la milicia los Voluntarios de Madrid y los Húsares de Farnesio, organizaciones del ejército español que luchan contra Napoleón. En esta etapa participa en más de veinte batallas, y fue ascendiendo hasta llegar al grado de Capitán. Figuró en la infantería que ocupaba Madrid, cuando ésta fue atacada por las tropas de Napoleón. Gracias a sus méritos en el campo de batalla como su valentía, su arrojo y su don de mando, fue condecorado con la Cruz de Talavera, donde se le encomendó la formación del Regimiento de Húsares de Galicia. Luego, se le nombra Sargento Mayor (General de División) y al mismo tiempo, el mando superior del Regimiento. José Miguel Carrera estuvo bajo el mando nada menos que del Duque de Wellington, el mismo que derrotó a Napoleón en la memorable Batalla de Waterloo formándose como discípulo de éste, en un gran estratega. –
El Prócer llega desde España y desembarca en Valparaíso, el 24 de julio de 1811. Líder innato toma contacto inmediatamente con los grupos, y partidarios de un gobierno autónomo, nacional y, totalmente independiente, de la Corona española; estos grupos, carecían de organización y de jefe. En resumen una vez consolidado su gobierno, dedicó su actividad a múltiples trabajos relacionados con la organización del Estado. Sus obras más relevantes fueron: Creó la primera bandera nacional; fundó “La Aurora” el primer periódico de Chile, bajo la dirección de Camilo Henríquez; nombró una Comisión redactora de un proyecto de alta policía; la Junta de Vacuna; el Banco de Rescate de Pastas Metálicas –aquí es importante señalar que al crear este banco, evitó que el cobre, saliera de los yacimientos tanto dentro de Chile, como para el extranjero, mezclado con metales fundamentalmente, oro y plata, sin pagar el Quinto Real o sea, el royalty. No como ahora, donde las transnacionales se llevan las pastas sin pagar un centavo de royalty, e impuestos-; estableció primas para el cultivo de algodón, y la industria del tejido; impulsó la Instrucción Pública donde además, decretó la enseñanza gratuita y sin discriminación de género en los monasterios y conventos de monjas obligando a éstos, a dar educación a niños y niñas medidas realmente revolucionarias en una época, donde el machismo era una institución, y la mujer estaba relegada a la cocina, y al tejido. Preparó la organización del Instituto Nacional que se inauguró en 1813; creó la Biblioteca Nacional, y el hermoseamiento de la Alameda de las Delicias. Dispuso el mejoramiento de los hospitales, y la creación de un hospital militar; crea la “Gran Guardia Nacional”, y los Regimientos “Príncipe” y “Princesa” que sentó las bases del Ejército de Chile. Fundó la Escuela de Granaderos, base de la futura Escuela Militar. Presentó un Reglamento Constitucional Provisorio el que fue aprobado, y en cuyo artículo 5 se establecía que: “ningún decreto, providencia y orden que emanare de cualquiera autoridad o tribunal de fuera del territorio de Chile, tendrá efecto alguno”. Esta audaz declaración es una verdadera “declaración-valga la redundancia- de Independencia”, y un acto de desobediencia a la Monarquía española
Carrera que pertenecía a la aristocracia, siempre despreció y le preocupó el creciente poder de la oligarquía; entre sus numerosos enemigos, se contaba la poderosa familia Larraín, la de los 800. Estos grupos, no escatimaban medios por delictuosos que fueran, para destruirlo; siempre estaban conspirando contra él, generando intrigas políticas atacándolo en todas las formas, hasta la intención de asesinarlo, tentativas que fracasaron una y otra vez. Mientras luchaba en los campos de batalla del Sur, no encontraron mejor oportunidad que ésta, para complotar una vez más contra él, y lo destituyeron del gobierno y del mando del ejército que él mismo había formado. La nueva Junta de Gobierno, quedó integrada en su totalidad, por sus enemigos. En este período, la delación y los ataques a la familia Carrera, fueron aumentando y sus eternos enemigos, se coludieron-porque ésa es la palabra- con los invasores españoles para sacarlo del escenario político militar.-
José Miguel Carrera se encontraba en el Sur combatiendo contra las tropas de Antonio Pareja, que había desembarcado en San Vicente en marzo de 1813; memorable son las batallas que libró contra el invasor desde Talca, hasta Los Ángeles como las de Yerbas Buenas; Coyenco; Talcahuano San Carlos, y Sitio de Chillán. Estaba en el frente de batalla, cuando se enteró de los planes de la nueva Junta para reemplazarlo en el Gobierno. Sin embargo, cuando supo que en el mando del ejército habían nombrado al coronel Ramón Balcarce enviado por el gobierno de Buenos Aires, resiste el nombramiento de éste como Comandante en Jefe del Ejército, y propone a O´Higgins. Este gesto del Prócer, retrata de cuerpo entero su grandeza y nobleza porque O´Higgins era solo un aliado útil, pero no su amigo, ni compañero de armas.- Con su actuación, Carrera desbarató los planes del Virrey Abascal del Perú, que, no solo iban dirigidos a Chile, sino que también contra Argentina, ya que la misión encomendada a Pareja era impedir los progresos independentistas en el Alto Perú, (hoy Bolivia) y aún más, contra Buenos Aires.-
En su escala de valores, la discriminación racial no tenía cabida razón por la cual, permite en el Ejército como en la Gran Guardia Nacional, y también en la Escuela de Granaderos, el ingreso de negros, mestizos, indios, y blancos como también españoles que abrazaron la causa patriota. Recordemos que en la primera bandera chilena, figuraba una pareja de mapuche como símbolo de nuestras raíces.
Desde Argentina después del desastre de Rancagua, viaja a Estados Unidos y se entrevista con el presidente Madison, y logra su apoyo para la causa emancipadora de Chile. Logró formar una gran expedición con varias naves, donde trae grandes cantidades de armas y municiones, una imprenta, y un gran número de oficiales de diversas nacionalidades, con la que regresa a Buenos Aires en 1816. En la capital Argentina se le niega la autorización para pasar a Chile, y se le requisan la imprenta, las armas y municiones, que fueron utilizadas en ulteriores batallas, que sellaron la Independencia definitiva de Chile, en Maipú el 5 de abril de 1818.- Al ver que es traicionado una vez más por los que él consideraba sus aliados, queda profundamente decepcionado y parte a la Banda Orienta.(Uruguay).
No hace mucho estuve en Yerbas Buenas, Coyenco, Talcahuano y San Carlos; me llamó la atención la ausencia siquiera, de algún busto de Carrera; pero, como era de suponer, abundan los de O´Higgins habida cuenta que aquel, luchó en todos esos lugares. El gobierno del presidente Piñera, en aras de la “unidad nacional”, colocó el Monumento a Carrera, entre sus dos más acérrimos enemigos: O´Higgins y San Martín. En mi modesta opinión y con el respeto que merecen las autoridades, pienso que fue un error ya que solo contribuye, a confundir más a la actual generación. Si Carrera fuera nuestro contemporáneo, no me cabe la menor duda que ya le habrían aplicado la ley antiterrorista por tener vínculos con las FARC o en su defecto, le habrían armado un montaje, lo tildarían de populista, chavista, demagogo o quizás, hasta “fumador de opio” por querer cambiar esta podrida institucionalidad. Ha de llegar el momento en que el desarrollo de estos acontecimientos, sea escrito sin apasionamientos ni parcialidades porque producto de esto, se han erigido estatuas a traidores y sanguinarios dictadores, como también calles perpetuán sus nombres. De esta manera, la historia queda transformada en historietas; pero, llegará la hora, en que la verdadera historia de esta epopeya, colocará en el sitial que le corresponde en las Columnas de la Historia al Prócer José Miguel Carrera, como el verdadero Padre de la Patria.-
Le saluda Atte.,
Eduardo Villegas T.-
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