Estimado Director:

Deseo contribuir a su admirable talento periodístico a través de estas letras, que representan una breve investigación en los conceptos del perdón, de un hijo de un sobreviviente de Pisagua:

La acción de perdonar conlleva la existencia de dos aspectos centrales:

El ofensor reconoce su error y culpa y/o solicita el perdón y/o da una satisfacción al ofendido para hacerse merecedor del perdón; quien pide perdón reconoce ante si mismo su propio error y culpa, vence su orgullo y no teme humillarse ante el ofendido, solicitándole la gracia del perdón; se arriesga a haber reconocido la culpa o responsabilidad para eventualmente no recibir el perdón solicitado.

El ofendido decide perdonar al ofensor, y, (eventualmente) se lo comunica expresa o tácitamente.

Aunque el ofendido es teóricamente libre de perdonar o no, y el perdón es por tanto en teoría un acto graciable que no puede ser exigido, se describen factores que facilitan la obtención del perdón o de ser perdonado:

– cuando el ofensor explicita su pesar o arrepentimiento,
– cuanto menos grave fuera la ofensa,
– cuando se ha compensado al ofendido por el daño.

Ofensores y ofendidos:

La razón del daño y atropello a los derechos humanos producido por las fuerzas armadas y la derecha (por acción u omisión) durante la dictadura militar (los ofensores) al pueblo chileno (el ofendido), fue el de modificar a sangre y fuego el sistema económico de distribución socialista que proponía el presidente Allende por otro sistema socio económico capitalista neo liberal que existe en la actualidad.

¿Cómo la derecha chilena (los ofensores) espera el otorgamiento del perdón por un pueblo (ofendido) si no se le ha compensado lo que se le quitó – su “sistema de justicia social” – arrebatado a costa de miles de muertos, desaparecidos, presos y torturados directa e indirectamente?

Un país es un organismo social, es un órgano vivo y como tal está compuesto por factores estructurales, psicológicos, sociales y espirituales. Aunque se pueda conceder que tenemos de vuelta la democracia como factor estructural del país, aún no se recuperan los factores psicológicos y sociales, que puedan dar cuenta de una sociedad sana.

Los civiles de la derecha de hoy que piden perdón, deben conceder la principal compensación que espera el pueblo, un “sistema de justicia social” arrebatado hace 40 años. Ese fue el botín de guerra y hoy es el botín de la salud. Desde ese nuevo espacio se puede aspirar a la salud psicológica y espiritual de nuestro pueblo. Aunque les duela deben otorgarlo, aun por su propia salud.

El perdón es un acto integral de la vida, como consecuencia es estructural, psicológico, social y espiritual. El pedir perdón limitado a una conducta solo verbal representa la más irresistible capacidad de manipulación del ser humano. Expresar Perdón es una necesidad holística de la salud, materializada en actos concretos de compensación y reparación de la ofensa realizada.

Renato Garrido V.
Profesor Psicología de la Salud