No es fácil responder a esta pregunta pues las estadísticas nacionales no parecen ser muy completas y quizás, considerando los últimos hechos sobrevenidos en el INE, tampoco muy de fiar. El problema es que la dificultad para dar una respuesta clara a esta interrogación deja planear una serie de dudas que algunos mal intencionados, o incautos, aprovechan para desatar rumores alarmistas con reminiscencias xenofobas que pueden crear situaciones peligrosas.
Lo cierto es que nuestro país, gracias a esta imagen de nuevo El Dorado con que se nos presenta, se ha convertido en un polo de atracción para una multitud de personas que buscan lo que no han conseguido encontrar en su patria. Y esta situación es nueva en nuestra historia como nación independiente pues fuera de la llegada masiva y organizada (por Vicente Pérez Rosales) de alemanes en el siglo XIX, los inmigrantes habían llegado a nuestro país en pequeñísimas cantidades, escalonadas en el tiempo, y por lo tanto su integración se había realizado gradual y casi silenciosamente. En resumen, se trataba de una inmigración que correspondía a nuestra condición de país fuertemente rural, pobre y alejado de los grandes flujos de la movilidad humana por su latitud.
Hoy todo esto ha cambiado, pues por un lado no solo las posibilidades de los transportes permiten que enormes masas de personas que hace un tiempo no hubiesen imaginado viajar ahora lo hagan y por otro lado nuestra imagen de país dinámico despierta unas perspectivas excesivas en quienes no conocen totalmente nuestra realidad.
Considerando las dificultades que unos países mucho más poderosos que nosotros ( los europeos en particular)) tienen hoy en día para hacer frente a las consecuencias de la inmigración masiva de trabajadores de los años 50 y 60 , lo menos que se impone es discutir y reflexionar sobre lo que ocurre en nuestro país.
En todo caso no podemos dejar pasivamente que se reproduzca en Chile lo que están viviendo los países arriba señalados. En éstos, fue la voracidad de los patrones y empresarios por una mano de obra barata y sumisa que llevó a la llegada en masa de los inmigrantes y sus familias, unas personas que hoy se encuentran en el centro de unas muy graves cuestiones sociales y humanas que afectan a estas sociedades.
José Cañas C.
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