En la tarde del próximo martes 3 de diciembre, el artista alemán Michael Vorfeld utilizará distintas ampolletas y artefactos eléctricos para generar sonidos, en el teatro del Parque Cultural de Valparaíso. El jueves, la artista brasileña Vivian Caccuri recorrerá distintos espacios de la ciudad puerto, acompañada por el público, para experimentar el sonido de pasillos, terrazas y sectores ruidosos, en una actividad llamada El caminar silente, que se extiende por ocho horas y ya fue realizada en Río de Janeiro.
Ambas acciones forman parte de la programación del Festival Internacional de Arte Sonoro Tsonami, que por séptima ocasión se realizará en Valparaíso, entre el 3 y el 8 de diciembre.
El certamen será protagonizado por 28 invitados de Europa, Estados Unidos, Argentina, Brasil y Chile, quienes participarán de casi 30 actividades en seis espacios de la ciudad, como la Plaza Cívica, el Muelle Barón, la Sala Puntángeles y la sede de Balmaceda Arte Joven. Paralelamente, se harán transmisiones a través de la Radio Valentín Letelier y artistas como John Grzinich y Derek Holzer desarrollarán talleres.
El arte sonoro, según el director del festival, Fernando Godoy, “es un término bastante difuso, pero son todas las prácticas que incluyen el sonido como medio principal. Eso incluye instalación, performances, acciones y algunas cosas más cercanas a la música más radical. Es un campo intermedio que está entre la música más experimental y las artes visuales, incluso”.
En esta ocasión, el evento ha intentado ir más allá de los seis días de actividades que contempla. Por eso, hay cinco artistas -Andrea Rioseco, Felipe Gutiérrez, Magdalena Chiffelle, Marte Roel (México) y Merche Blasco (España)- que comenzaron a trabajar esta semana en residencias que finalizarán en una muestra colectiva.
“Ellos vienen a Valparaíso a desarrollar un proyecto que está vinculado con la relación entre sonido y ciudad. Eso lo hacen durante dos semanas y, finalmente, el último día del festival lo presentan y arman una exposición colectiva, que además queda por un tiempo más”, explicó Fernando Godoy.
“Lo que el festival se propone es ser no solo un espacio de exhibición y muestra de lo que artistas y músicos están desarrollando, sino que también un espacio donde se dinamizan las prácticas en torno al sonido. Este año hay un acento más marcado en la idea de proceso más que de muestra. Tenemos las dos cosas, pero ahora integramos con más fuerza esa parte”, agregó el director.
En ese sentido, el músico e ingeniero destacó que el objetivo es tener vínculos permanentes con los artistas que luego cristalicen en el evento: “Este año tenemos varias obras que están hechas para el festival y los lugares de la ciudad. Eso es atractivo, porque queremos ocupar no solo las salas tradicionales, sino también los espacios públicos y lugares no convencionales. En ese sentido, es más interesante cuando los artistas logran trabajar con los lugares”, precisó.
El Festival Tsonami se ha realizado desde 2007 en Valparaíso y, aunque en sus primeras ediciones estaba más vinculado a los círculos académicos, se ha abierto a una mayor cantidad de público. En su última versión, reunió a cerca de tres mil espectadores, cifra que los organizadores esperan superar este año.
Además, ha sumado alianzas con embajadas, que han permitido la llegada de invitados internacionales, y con distintos centros culturales de la ciudad. “A esta altura, creo que ya está posicionado en Valparaíso y es parte de su paisaje. En parte, eso también pasa porque hemos logrado que esto exista por siete años seguidos”, consideró Fernando Godoy. “En los últimos tres años se ha notado un cambio considerable en relación al impacto y al ruido mediático que hace el festival y también al público general. Ahora tenemos mucho más público que en 2010, por ejemplo. Hay varios factores, pero hemos notado un crecimiento bastante grande”, añadió.
Esto coincide con un presente en que el arte sonoro ha ido ganando terreno en la actividad cultural, con nuevos autores. “Hay una especie de auge. No solo en Chile, tal vez es un proceso más global. Por alguna razón, hay más interés de la gente y se está haciendo más accesible. Mi percepción es que son los estudiantes más vinculados a las artes visuales los que sienten más afinidad que los que vienen de la música. En el fondo, experimentan con sonidos y lo utilizan como un material más de su especulación artística. La manera de trabajar es distinta”, apuntó Fernando Godoy.
La séptima edición del Festival Internacional de Arte Sonoro Tsonami se realizará entre el 3 y el 8 de diciembre en Valparaíso y, a excepción de los talleres, todas sus actividades son gratuitas. Más información en Tsonami.
Foto: Tsonami Arte Sonoro.