El drama de las temporeras


Sábado 26 de abril 2014 13:58 hrs.


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Señor Director.

Las líneas que inician mi relato son una Carta Denuncia para poner en evidencia, lo que las autoridades de los diferentes gobiernos de turno como también los medios de difusión masivo, han invisibilizado a través de los ya, 44 años de post-dictadura. Esto, es solo una arista más, de las multiples injusticias sociales en que se sustenta el modelo de mercado, instaurado mediante la violencia militarista.

Suelo viajar a la Región del Maule a la pequeña parcela de un amigo de juventud, principalmente en verano o, cuando el tiempo y las circunstancias me lo permiten. A través de éstos años, he ido conociendo la vida difícil y dramática de muchos campesinos sobretodo, de los y las temporeras. En esta zona de la 7a. Región proliferan las agroindustrias exportadoras de frutas y que poseen varios fundos, donde se produce kiwi y manzanas. Hermosos pueblos como San Clamente, y pequeños villorrios como Duao y Quiñipeumo entre otros, son escenario de la explotación aberrante donde miles de trabajadores temporeras/os, trabajan largas y agotadoras jornadas por el sueldo mínimo.

Los abusos reiterados por parte de los dueños de estos gigantescos predios, son avalados por un sistema diseñado para explotar a los trabajadores, y delinquir. Ante estos atropellos a la dignidad de los que producen realmente la riqueza, se suman las amenazas y los despidos arbitrarios, a los que osan reclamar por las indignantes condiciones de trabajo a que son expuestas estas esforzadas trabajadoras. En estos gigantescos predios, se dejan crecer los manzanos a una altura más allá de lo normal para cosechar más fruto. Se usan escaleras de fierro y, por ende, muy pesadas; les exigen sacar la fruta por donde no alcanzan sus manos. Como consecuencia de esto, muchas temporeras/os, han tenido graves accidentes al caer a gran altura, con los canastos llenos de fruta donde el peso de éste, aumenta la gravedad del accidente.

Por si fuera poco, no cuentan con baños químicos para hacer sus necesidades fisiológicas; mucha mujeres, tienen que ir a sus casas o, buscan algún lugar en los matorrales. En el verano, las agroindustrias no les provee de gorros para protegerse del abrasador calor; ni hablar de bloqueadores solares, o lentes. No cuentan con comedores y a la hora de colación buscan algún lugar donde haya sombra, y comen sentadas en el suelo, o en algún pastizal. Muchas veces a esa hora, se aprovecha de pasar las máquinas fumigadoras con su pestilencia de agroquímicos donde prácticamente, son bañadas con pesticidas, herbicidas, insecticidas, y otros compuestos. A esto hay que agregar el incumplimiento de las horas trabajadas, donde no se respetan las 44 horas semanales; se les transporta a sus lugares de trabajo en camiones, donde van apiñadas como vulgar ganado. La palabra sindicato está vedada porque, entre otras linduras de éstos modernos “emprendedores”, operan con multurut. Muchos trabajadores, han sido despedidos por insinuar la formación de un sindicato lo que ha llevado a que el temor se apodere de muchos de ellos, y no se atrevan a denunciar y ser despedidos.

Una de estas trabajadoras tuvo un grave accidente hace un par de meses en Quiñipeumo, al caer a gran altura desde la escalera, con un canasto lleno de manzanas. Se fracturó la rodilla, y fue llevada de urgencia a la Clínica Lircay de Talca donde la empresa tiene convenio. Pero, al parecer tuvo una infección en el quirófano, y fue derivada al hospital Del Trabajador en Santiago donde la operaron nuevamente, y arriesga perder su pierna derecha producto de una gangrena. Ante esto, al día siguiente del accidente, el fundo “La Esperanza” de propiedad de Alfonso Chaparro donde trabajaba la temporera, cambió rápidamente de nombre, y de dueño; ahora el fundo, se llama Snoky y su “nuevo” dueño es Eduardo Escobar. El multirut funciona a la perfección. Hago hincapié en este párrafo porque, es una muestra de cómo opera el Plan Laboral del neoliberalismo creado por José Piñera, sin que ningún gobierno haya hecho hasta la fecha, cambios sustantivos. Un modelo que se presta para fomentar el trabajo esclavo; no olvidemos a los inmigrantes paraguayos que trajo fra-fra Errázuriz mediante engaño, para trabajar en su fundo hace un par de años atrás. Es otra historia, que también está relacionada.

Le saluda,

Eduardo Villegas T.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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