Señor Director:

Amanece sobre Paris, Francia, y la noticia del fin de semana: la extrema derecha gana las elecciones para el parlamento Europeo, con un poco más que el 25% y la centro-derecha la sigue con algo más del 20%… Algunas reacciones de la prensa francesa dicen relación con una supuesta vergüenza de que la sociedad ?gala? aceptara las ideas de patrioterismo y de medidas drásticas hacia la economía? se acusa una intolerancia hacia los inmigrantes; creo sentirme ?entonces- aludido.

Sin embargo ?antes de siquiera emitir una opinión al respecto- (si me lo permite el derecho a la libre expresión y la tolerancia de Francia)- como Chileno, y Ariqueño no fue sino en la frontera con el Perú, que a unos kilómetros de mi casa -hace unos meses- cuando un joven colombiano (una nación hermana de Sudamérica) intento pasar a pie por la frontera: lamentablemente se encontró con una mina antipersonal, lo cual lo condujo al Hospital Juan Noé (Arica), donde perdió su pié por amputación.

Lo que quiero decir es que la intolerancia y patrioterismo está ya en nuestra América latina, el Chile que es miembro de la OCDE, ha sido también capaz de utilizar minas antipersonales al lado de un paso fronterizo, que tiene una afluencia de miles de personas cada día.

Sin embargo, también es necesario señalar el 57 o 56% de abstención en estas elecciones. En lo que pude rescatar de mis conversaciones de mi lugar de estudios y trabajo, vinculado a la investigación en ciencias, era común escuchar que varios franceses no sabían o siquiera habían considerado las opciones por quién o cual partido votar; notando incluso cierto desinterés ligado a una desilusión por la política interna.

Entonces el respeto, la tolerancia deben comenzar por casa, una autocrítica en necesaria para concebir que ?de alguna manera- todos debemos contribuir para que la tolerancia a quien es extranjero crezca.

Por mi experiencia personal y la que he visto en otros extranjeros, debo señalar que tanto en Paris como en regiones Francesas (como la Vienne), una gran cantidad de franceses, incluso instituciones (como el Toit du Monde, le Secours Populaires, entre otras), han demostrado su solidaridad con quienes no somos originarios de esta cultura; por lo cual, si bien se pudiese asociar este 25% de adhesión a la extrema derecha y con ello vincular la aceptación a cierta intolerancia al extranjero; también ?entonces- se puede vincular a una proporción importante de franceses que si aceptan y solidarizan con el extranjero dentro del casi 57% de abstención.

Con esto, como extranjero, quiero tomar este hecho como una motivación aún más potente de cuidar el trato que me ha brindado la gente de este país. Entendiendo esto como el respeto a la pluralidad de opiniones; entre otras por sobre quienes somos inmigrantes (por estudios, trabajo, exilio, etc.), el respeto por las normas morales desde subirse al transporte público y pagar el pasaje, hasta dar el asiento a la gente de más edad (cosa que se ha ido disminuyendo en el transporte público de Paris). Y también, el emitir las opiniones a rostro descubierto, y por las redes sociales con nombre y apellido; siendo consecuente con derechos y deberes; lo cual personalmente creo que es un continuo aprender.

Creo entonces en que la sociedad francesa, en su conjunto, si es y seguirá siendo tolerante y solidaria con el extranjero; aun cuando la mayoría relativa de votantes marcara en sus preferencias a la extrema derecha para el parlamento Europeo.

Freddy Medina Sepúlveda