Especialistas y trabajadores analizaron modelo laboral

En un seminario organizado por la Fundación Sol, especialistas y trabajadores analizaron las aberraciones del Plan Laboral diseñado por José Piñera en 1979, modificaciones a la normativa que cumplen 35 años con graves consecuencias para el sindicalismo en Chile. El debate apunta a buscar un modelo que resguarde la autonomía sindical y el derecho efectivo a huelga como principales banderas.

En un seminario organizado por la Fundación Sol, especialistas y trabajadores analizaron las aberraciones del Plan Laboral diseñado por José Piñera en 1979, modificaciones a la normativa que cumplen 35 años con graves consecuencias para el sindicalismo en Chile. El debate apunta a buscar un modelo que resguarde la autonomía sindical y el derecho efectivo a huelga como principales banderas.

Han pasado 35 años desde que comenzó la aplicación del Plan Laboral diseñado por José Piñera, hermano del ex Presidente, compuesto fundamentalmente de los Decretos Ley 2.765 y 2.758, el primero sobre organización sindical publicado el 3 de julio de 1979 y el segundo sobre negociación colectiva publicado el 6 de julio del mismo año.

Las dos normativas fueron parte de la experimentación del modelo neoliberal que transformó a Chile durante la Dictadura y en cuyo escenario favorable se pensó un nuevo modelo de desarrollo desde 1975, con el arribo de los economistas de la Escuela de Chicago, entre ellos el mismo José Piñera.

En material laboral, el principio ideológico, inspirado en sus mentores Milton Friedman y Friedrich von Hayek, es que los sindicatos ya no podían ser parte de la estructura moderna de progreso, por tanto había que interrumpir su injerencia en la economía.

Por esto se transformó en la primera de las siete modernizaciones, así lo planteó la antropóloga Karina Narbona, investigadora de la Fundación Sol, encargada del seminario realizado este jueves en Valparaíso donde se revisó los 35 años de debilitamiento del sindicalismo en Chile.

“Este plan laboral estaba pensado dentro de un contexto mayor, que era el plan de las siete modernizaciones, también ideadas por José Piñera. Era un listado de distintas reformas sociales para abrir mercados en esas áreas, entre ellas la reforma a la educación, a la salud y a la previsión social”

Las leyes promulgadas en julio de 1979 ayudaron a sostener todos estos años los cuatro pilares fundamentales que el mismo Piñera definió: la negociación colectiva sólo a nivel de empresa, la “huelga que no paraliza” o “huelga monopolista”, la atomización de las agrupaciones de trabajadores y la despolitización sindical.

“Su objetivo era encerrar el potencial de organización de los trabajadores  en el ámbito más reducido posible que son las fronteras de la empresa”, apuntó la investigadora.

“En el ámbito de los derechos colectivos, sindicalización, huelga y negociación, hay una sobre presencia del Estado. Hay un intervencionismo estatal para controlar el conflicto, lo que hace la ley sindical en Chile es prohibir, vetar, intervenir y limitar el ejercicio de la solidaridad entre los trabajadores”

El cientista político francés Frank Gaudichaud, quien también participó del seminario, apuntó el modelo de laboratorio que se aplicó en Chile, país al que califica como el “el ejemplo más avanzado de represión y control del sindicalismo”.

El politólogo además criticó el vínculo entre la Central Unitaria de Trabajadores y el gobierno, ya que este limita la autonomía sindical necesaria para avanzar hacia el derecho efectivo a huelga y a la negociación por rama.

“El gran tema es la autonomía sindical frente al poder estatal y la independencia de clase del sindicalismo. En Chile estamos frente a una CUT que fue un actor importante de la transición pactada y muy vinculada históricamente desde fines de los ochenta a la Concertación y a la actual Nueva Mayoría. Eso tiene un costo muy alto en términos de defensa de los derechos de los trabajadores”, dijo.

“El desafío es que el sindicalismo tenga la capacidad de demostrar su utilidad”, agregó Gaudichaud, quien visualiza en Chile la existencia de una cultura sindical servil y sin conciencia de clase. Sin embargo, valora el “camino de ruptura y reactivación sindical” que han mostrado trabajadores del rubro forestal, contratistas del cobre y portuarios que en los últimos años lograron imponer la agenda.

“Lo fundamental es que se reconozca el derecho real a la huelga, como un derecho humano, un derecho social de los trabajadores”, afirmóEdward Gallardo, vicepresidente de la Confederación de Trabajadores del Cobre (CTC), para quien hay dos caminos para avanzar en este momento,  “reformas que no cambian nada o la organización sindical que presiona por cambios estructurales”.

El debate fue parte de un ciclo de seminarios que organiza la Fundación Sol. El próximo se realizará el 18 de agosto en Concepción para analizar el actual sistema de pensiones de Chile, otro de los cambios diseñador por José Piñera.





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