Entre los analistas existe acuerdo respecto a que durante el Gobierno de Sebastián Piñera (2010-2014), Chile se enfocó en la Alianza del Pacífico, bloque comercial integrado también por Colombia, México y Perú, en una relación muy cercana con Estados Unidos, y se alejó de los otros países de la región, por lo general pertenecientes a los llamados gobiernos “progresistas”, lo que entre cosas significó una lejanía del Mercosur.

Con la llegada de Bachelet, se suponía un nuevo fortalecimiento de esos lazos, con países como Argentina, Brasil y Uruguay, a manera de establecer un espacio multilateral en la región. A pocos meses de tomar el mando del país, la mandataria daba señales de querer fortalecer la integración, al reunirse con el presidente ecuatoriano Rafael Correa, enfatizando el papel de Unasur en esta tarea, o también, al hacer lo mismo con su par de Argentina, Cristina Fernández, fortaleciendo las relaciones bilaterales.

Sin embargo, las excusas planteadas por la Presidenta para no asistir a la cumbre del Mercosur (un resfrío, más el Comité Político Ampliado con los ministros en Cerro Castillo, para abordar la agenda del segundo semestre del Gobierno) hicieron surgir dudas respecto a la orientación que estaría estableciendo la mandataria en política exterior.

El canciller Heraldo Muñoz representó a la presidenta en la cumbre del Mercosur

Para el cientista político de la Universidad Diego Portales, Fernando García Naddaf, la decisión corresponde, entre otras razones, a una estrategia para evitar la petición de algunos sectores de la Democracia Cristiana y la Alianza, de reunirse con la oposición venezolana, hecho que sería mal visto en la cumbre del Mercosur.

“Primero la proteges en política externa para que la Presidenta no esté en una zona de conflicto y si hay algún tipo de conflicto, ése lo cubre el canciller. Y, al mismo tiempo, se instala a la Presidenta, en términos de política interna, fortaleciendo la agenda que está debilitada acá en el interior”, aseguró Naddaf.

En el mismo sentido, Jorge Sanz, experto en geopolítica de la Universidad del Desarrollo, explica que otro de los motivos de ausencia sería evitar agrandar el conflicto existente con Bolivia, cuya entrada al Mercosur habría estado programada para ser analizada en esta reunión.

“Lo que está haciendo la presidenta Bachelet es decir ‘mantengamos el conflicto en los niveles que tiene que estar y no entremos en una negociación comercial que no nos va a llevar a ninguna parte’, porqué la negociación existe, el flujo comercial de Bolivia pasa por los puertos chilenos, por lo tanto no está agrandando un conflicto no está comprando un conflicto nuevo”.

Entonces, habría tensiones sobre los límites al interior de la coalición gobernante respecto a su política exterior. Cristina Moyano, historiadora política de la Universidad de Santiago, explica que hay roces internos entre visiones progresistas y conservadoras.

“Esto esta cruzado por los límites que tiene la propia Concertación de hoy, los tira y afloja entre el mundo más progresista de la Concertación que siempre ha aspirado a llegar a acuerdos y fortalecer las dinámicas en el Cono Sur, con estas otras miradas que son conservadoras en lo valórico y en lo político, pero que son muy neoliberales en el plano de la relaciones económicas y que aspiran a fortalecer relaciones con Estados Unidos y Europa”, reflexionó.

Con esto, pareciera que las críticas hacia la falta de integración que tiene Chile en la región, en el sentido de que no se atreve a profundizar los vínculos, hacen evidente las diferencias en la Nueva Mayoría, donde las faltas de consenso interno parecen también expresarse en las relaciones internacionales.