Trópico de Santiago, obra recién estrenada y dirigida por el dramaturgo Jonathan Aravena, hace una lectura teatral del mercado sexual en Chile, centrándose particularmente en los cafés con piernas como fenómeno de la idiosincrasia nacional.
Chile fue el primer país en patentar este tipo de locales comerciales. Luego del éxito del modelo, la idea fue exportada a otros países, sin embargo no logró el mismo resultado. Precisamente, esa es una de las preguntas que se plantean en la obra: por qué los cafés con piernas triunfan exclusivamente a nivel nacional.
Jonathan Aravena, director de Trópico de Santiago, sostiene que el montaje busca principalmente reflejar dos realidades: la trata de blancas y la frustración que provoca en los trabajadores una situación laboral informal y precarizada.
“Situamos dos hechos concretos: uno es la trata de blancas que muchas veces se produce en este tipo de lugares, no solamente con chicas extranjeras, sino que también con chilenas y chicas menores de edad. También quisimos retratar la enfermedad psicosocial que se llama “síndrome de los cabeza quemada”, que es lo que le ocurrió al muchacho del Transantiago que se quemó a lo bonzo por verse superado emocionalmente ante un escenario adverso, un escenario laboral hostigante.”
La obra examina la época en que comenzaron a proliferar los cafés con piernas, a principios de los ‘90, en medio de un proceso político fundamental para Chile: la transición a la democracia. Jonathan Aravena sostiene que durante dicho periodo y hasta la actualidad, el mercado laboral y el comercio sexual han comenzado a absorber inmigrantes bajo condiciones de trabajo irregulares: “El país terminó vendiendo los cuerpos de sus ciudadanos, y en este caso, el cuerpo de sus mujeres. Chile ocupó esta imagen que se construyó en el extranjero de un país exitoso para absorber una mano de obra barata que no solamente está dando vueltas ahora, por ejemplo, en Lo Valledor o en el mercado central, sino que también está satisfaciendo esta demanda en prostíbulos en el norte de Chile, acá en Santiago en los cafés con piernas y en todo tipo de negocios ilegales o precarizados”.
El montaje presenta una serie de temas: la utilización de la mujer extranjera como un nuevo fetiche sexual, la objetivación de los cuerpos y las nuevas formas de esclavitud de la modernidad, entre otros.
Trópico de Santiago se presenta en el Centro Experimental de Arte Tessier (CEAT), ubicado en Dardignac # 172. Las funciones se realizan hasta el 31 de agosto, de martes a domingo, a las 20 horas. Las entradas cuestan $4.000 Gral. Y $2.500 Estudiantes y convenios.