Con insólita persistencia muchos periodistas hablan en televisión del “invitado de piedra”.
Grave error.
El título es de una comedia escrita por Tirso de Molina: “El convidado de piedra”. Corresponde al “Burlador de Sevilla”.
En apariencia son sinónimos, pero la transformación sería válida si se tratara de una obra escrita en otro idioma. Como está en castellano, no es pertinente.
No soy juez de letras, mas estoy atento a gazapos, erratas y distorsiones.
Muchos reporteros de deportes dicen: “Informamos de lo que es el estadio Santa Laura, está a punto de empezar lo que es el partido”.
Hojarasca. Sobran palabras. Es una locución innecesaria.
Escucho a otros: “Los policías investigan el tema del tiroteo”. Lo repiten con extraña frecuencia. “El tema” resulta apto para borrarlo o meterle tijeras, a la manera antigua.
En más de alguna ocasión he hablado de ciertas redundancias inaceptables. Sin embargo, todos los días periodistas, políticos y empresarios usan la expresión “hace años atrás”. ¿Puede ser hace años adelante?
Solo es admisible “hace años” o “años atrás”.
En una simple y burda transcripción de los partes de Carabineros o Investigaciones los reporteros policiales machacan con “el delincuente se dio a la fuga”. Tal vez les parece muy simple “se fugó”. No obstante, es directo y claro.
En clínicas, universidades y centros comerciales instalan unos letreros que advierten “No fumar”. En las escaleras del Metro llaman a la prudencia: “No correr”.
¿Cómo le pontifica un médico a alguien sobre los peligros del cáncer al pulmón?: “No fume”. Sería tarzanesco que dijera “no fumar”.
¿Cómo amonesta usted a un niño que va a toda velocidad por un lugar peligroso? Simplemente “no corras”. Jamás “no correr”.
Intento no ser un obsesivo atrapador de furcios o confusiones, pero muchas expresiones que escucho en televisión me escandalizan y molesta. Por ejemplo: “Esa mujer está media loca”, “Esas casas están medias destruidas”.
No, señores: corresponde el adverbio medio. La persona está medio loca, la casa está medio destruida. Equivale a un tanto, algo, no a la mitad de alguien o de una vivienda.
Oigo a otro colega que con desenfado nos espeta: “Ver para creer, como decía Santo Tomás de Aquino”. Gran confusión.
Quien lo dijo fue el apóstol Tomás, incrédulo en primera instancia de la resurrección de Jesucristo.
Santo Tomás de Aquino vivió en el siglo XIII y estudió a Aristóteles. Unió fe y razón. Fue un sacerdote dominico.
A propósito: la mayoría habla de la estación Los Domínicos del Metro. No lleva tilde. Es Los Dominicos.
Muchas veces otros se refieren a que hay “más menos” 17.000 espectadores en el estadio. Tampoco es correcto. La opción es más o menos.
Peor aún: unos informantes de cancha dicen que hay aproximadamente 53.234 hinchas en el estadio.
Acaso contaron al “invitado de piedra”.