En este mes se cumplen 204 años desde que un grupo de ciudadanos pidiera la instalación de una junta de gobierno, pasaron luego ocho años para que efectivamente se consolidara la separación del reino de España, ¿somos más libres que en ese entonces?
La soberanía radicada en el pueblo hasta ahora no tiene ningún resultado, el 62 % logrado por la presidente Bachelet, más una amplia mayoría en ambas cámaras se ha hecho sal y agua; los que efectivamente gobiernan son los poderosos, el Congreso ha pasado a ser un buzón de despacho de la cocinería de un acaudalado empresario, los miembros del Congreso solo reciben instrucciones de los poderosos, cuando más los legisladores tienen permiso para tramitar leyes que no toquen el bolsillo de los poderosos.
Llega a ser escandaloso que el ministro Arenas, concluya que tiene que trabajar codo a codo con los empresarios para superar esta crisis, que en un 75 % es producto de la situación internacional y el otro resto debido a quienes se encabritan porque temen perder sus regalías , con quien va a trabajar, con Ponce Lerou que defraudo hasta los pequeños accionistas de su misma empresa, con los de la Polar, con los de las Isapres, con los de las farmacias que se coluden para aumentar los precios de los remedios y ahora hasta premian a los vendedores que ofrecen un mismo producto al precio más alto, lo que hace el ministro Arenas es desconocer la voluntad popular, que le entrego a Bachelet un mandato para terminar con el abuso.
En Chile a pesar de ser un país inmensamente rico, se constituye una segregación en todo ámbito de la vida nacional, los de menos recursos no pueden acceder a una educación de calidad y tampoco alcanzan a costear sus estudios, el sistema impuesto asesto duros golpes contra la educación pública, clausuro las Escuelas Normales, escindió el Pedagógico de la Universidad de Chile, le quito las sedes regionales a la U. de Chile, además de entregar los canales de televisión a privados cuando en sus principio fueron creados con fondos del Estado para apoyar la educación.
En la salud la situación es más degradante ya que se opta por una conducta criminal, ya que se agrupa a los de más recursos en torno a las Isapres con sus Clínicas para que puedan ser ordeñados tranquilamente, mientras que al 80 % de la población se le destina a Fonasa, un verdadero matadero, ya que no se invierte en salud pública, fondos hay, pero la dictadura aniquilo las herramientas que tenía el Estado para desempeñar bien su función, en 1982 cerro la Sociedad Constructora de Establecimientos Hospitalarios creada por el doctor Sotero del Rio, que no milito en algún partido político pero si entrego sus mejores esfuerzos al país, desde esa fecha el Estado da la hora para construir hospitales, este gobierno piensa entregar 15 hospitales y todos saben que no está la institución que permita proyectar, controlar, dirigir la edificación de hospitales y es más ni siquiera al personal que está trabajando actualmente se le regulariza su situación laboral y permanecen a contrata en contra de lo que permite la ley, por lo que existe un afán deliberado de hundir la salud pública y lo más probable es que los fondos generados vuelvan nuevamente a las aves de rapiña que venden sus servicios al Estado al doble de su precio.
Resulta sorprendente que el ministro Peñailillo reafirme las mismas prácticas de la dictadura, lo que no hace sino confirmar que los encapuchados son infiltrados de las fuerzas de seguridad para terminar con las demandas de los estudiantes y a la vez tener la excusa de golpearlos salvajemente, estos señores para quien van a trabajar, para los que quieren terminar con los abusos o para los que quieren mantener los abusos, seguramente los agentes van a ir a Guantánamo a estudiar las nuevas prácticas de investigación; porque de una vez por todas no se concentra en saber las circunstancias en falleció el ex – presidente Frei Montalva o el mismo General Alberto Bachelet, a lo mejor porque sus asesinos son de alto calibre y no se les puede tocar.
Los órganos represivos se vanaglorian de haber capturado a los presuntos bombistas, que de acuerdo a las informaciones se trataría de un grupo minúsculo, que son precisamente la respuesta a la falta de democracia en el país, mientras los que imponen el terror a través de todo el país se pasean impunemente; ellos están en condiciones de tirar el mantel las veces que quieran y la clase política les rendirá pleitesía.
A 204 años del grito de” junta queremos”, nuestra soberanía está profundamente socavada, los poderosos solo buscan esquilmar el país, se permite el vaciamiento de nuestras riquezas sin importar el futuro de las próximas generaciones, hasta una base militar norteamericana se permite a pesar de que este país llamo bajo cuerda a desestabilizar al presidente Allende, legítimamente elegido por el pueblo, una intromisión que un país soberano no la debe permitir, ante esto solo podemos oponer “aún tenemos patria ciudadanos”.
Iván Cardemil López.
Ex alumno Escuela N° 1 Domingo Santa María de Iquique.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.