La bella resoluciòn del mes de marzo se ha ido desinflando como un globo al fin de la fiesta. Las dos reformas faro, Tributaria y Educacional, de Michelle Bachelet se están volviendo irreconocibles y uno está en derecho de preguntarse quiénes son los temibles adversarios del gobierno que le han hecho cambiar de opinión.
No creo que sean los militares pues los altos mandos ven que se sigue repetando escrupulosamente la Constitución de su general-tirano y que sus remuneraciones y nivel de vida sigue siendo envidiables.
No creo que sean tampoco el Pentágono y el Departamento de Estado que fabricaron el modelo polìtico que Michelle Bachelet con sus predecesores han desarrollado con tanta fidelidad.
No puede tratarse de las grandes empresas extranjeras que explotan nuestro cobre porque nadie se ha propuesto cometer la herejìa de hacerles pagar el màs mínimo tributo serio. Ni puede tratarse tampoco de este empresariado con carnet chileno pero de nacionalidad improbable que protesta y exige pero que al fin de cuentas no puede amenazar con irse pues ningún paìs de la Tierra le puede ofrecer una mano de obra semi-esclava como la nuestra.
Asi lo más probable es que simplemente Michelle Bachelet y su Nueva Mayoría nunca tomaron realmente en serio lo de las reformas propuestas y que ellas tenìan como objeto ùnica y exclusivamente arrastrar un electorado que le permitiese vencer a Evelyn Matthei.
En resumen, una vez más un programa electoral que se archiva porque lo prioritario es que durante estos cuatro próximos años la camarilla en el poder pueda usufructuar de los beneficios de la ”estabilidad” que es tan propicia para sus negocios y los de sus amigos de la SOFOFA , lo que es una condiciòn sine qua non del financiamiento de las próximas campañas.
José Manuel Aguirre Cerda
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