Fin de la “Nombrada” en San Antonio: un golpe a los sindicatos


Lunes 6 de octubre 2014 17:40 hrs.


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Fueron 18 días los que estuvieron paralizados trabajadores de la empresa Puerto Central, una de las tres concesionarias que operan el puerto de San Antonio y que pertenece a la familia Matte. El motivo de la movilización fue que la empresa decidió poner fin a la nombrada, esto es, el método histórico de asignación de turnos de trabajo, el cual es administrado por los sindicatos asociados en la Federación de Trabajadores Marítimos Portuarios Eventuales y Contratados (FETRAMPEC). En su reemplazo, la empresa propuso la contratación de planta.

¿Cómo funciona la nombrada en el puerto de San Antonio? Básicamente, la empresa le comunica a los sindicatos asociados a la FETRAMPEC la cantidad y tipo de mano de obra que va a requerir por turno, de acuerdo al movimiento de naves y el trabajo que se realizará en un momento determinado. Una vez hecho este requerimiento, los sindicatos convocan a los trabajadores de entre sus afiliados. Así, se conforma la masa de trabajadores eventuales, los cuales se contratan sólo por el turno (de 8 horas de duración), siendo una modalidad laboral inestable y hasta cierto punto precaria. Este mecanismo se ha mantenido durante años no sólo por el poder de los trabajadores, sino que también por conveniencia de las compañías pues les resulta útil ante los cambios bruscos de actividad propios de los puertos por razones climáticas o de demanda.

Ciertamente la nombrada tiene ventajas y problemas. Un somero análisis de las entrevistas efectuadas a trabajadores de Puerto Central[1], da cuenta de que a veces el mecanismo es poco transparente y viciado, lo que generaba desconfianza entre los trabajadores eventuales. Pero por otro lado, asegura que los obreros y obreras puedan disponer de flexibilidad de asistencia, y que los mismos trabajadores organizados controlen y repartan las asignaciones de turnos, y por ende, de una parte clave del funcionamiento del puerto más importante del país.

Los vicios señalados por los/as entrevistados/as tienen directa relación con cómo el sistema puede llegar a ser un obstáculo en el desarrollo de confianzas al interior de los sindicatos de la FETRAMPEC. Esto más que tener que ver con que las dirigencias tuvieran un monopolio del cual usufructuaban, es una manifestación de la poca capacidad y la inmadurez organizativa de los sindicatos, a los cuales se les otorgó una tarea que, en las condiciones actuales que ofrecía la empresa, los superaba. Frente a ese escenario, Puerto Central propone la contratación como la solución a la incertidumbre laboral y a las desconfianzas entre los miembros de los sindicatos, algunos de los cuales existen hace varias décadas en San Antonio.

La propuesta de Puerto Central contempla la contratación paulatina de algunos de los actuales trabajadores eventuales, pasándolos a la planta de la compañía. Así, se pretende llegar a la contratación de 500 trabajadores para el año 2017, cuando estén listas las obras de ampliación del puerto. Si bien esto implicaría beneficios de salud y previsión, y podría considerarse un avance para la estabilidad laboral de la mano de obra, no lo es en términos de la alta rotación que podría generarse en el sector: actualmente en la zona están vigentes 11 mil tarjetas portuarias entregadas por la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante (Directemar), lo que significa que existen 11 mil personas capaces de trabajar en el Puerto de San Antonio. Los puestos disponibles son 2 mil. ¿A qué conclusión se puede llegar fácilmente? La planta de trabajadores puede variar de forma radical, lo que por un lado, se podría convertir en un mecanismo de depresión de salarios por la gran oferta de mano de obra, lo que empujaría a recontrataciones con salarios a la baja en un contexto en el cual los sindicatos no tendrían un mecanismo solidario de distribución del trabajo, sino que quedaría a discreción de la empresa. Por otro lado, sería mucho más fácil el despido de aquéllos y aquéllas que puedan resultar problemáticos/as para la empresa, sobre todo considerando que San Antonio es uno de los puertos más activos en cuanto a las movilizaciones de la Unión Portuaria. Por lo tanto, la estabilidad laboral sería una etiqueta falsa para gran parte de trabajadores de Puerto Central.

Pero también hay que considerar que la propuesta de la empresa implica un sueldo base más asignaciones por turnos realizados, es decir, lanombrada no dejaría de existir, sobre todo considerando que hay mucha más mano de obra que plazas de trabajo disponibles. La diferencia radicaría en que ahora estaría manejada por la empresa y no por las dirigencias de los sindicatos. Asimismo, cabe cuestionarse si es sólo el contrato de planta el que debiera permitir el acceso a sistemas de salud y previsión dignas, y no otras formas autogestionadas por los trabajadores como lo fueron en un momento las mutuales, por ejemplo, en condiciones de trabajo tan particulares como las portuarias.

La propuesta que ya está implementando la empresa no se puede entender como un intento de entregar mejores condiciones de trabajo (que, por lo demás, podrían haberse realizado perfectamente bajo el sistema de nombrada, no siendo necesaria su erradicación), sino como un mecanismo para expropiar el control sobre la entrada y salida de trabajadores, de acuerdo a criterios empresariales y no considerando lo que los trabajadores, dirigentes y sindicatos tienen que decir al respecto. Así, se busca solucionar un problema con alternativas que mutilan el poder de los sindicatos sobre la distribución de la fuerza de trabajo. Esto quiere decir que la decisión de la empresa arrastra  una clara finalidad política de debilitamiento sindical disfrazado de una mejora en sus condiciones laborales y como un ejemplo a seguir en otros puertos.

Ante las insuficiencias del sistema de nombrada reconocidas tanto por trabajadores como por la empresa, parece necesario que los sindicatos portuarios defiendan, fortalezcan y mejoren de forma urgente este mecanismo, generando lazos más estrechos y de confianza entre dirigencias y bases para que se diluyan las suspicacias existentes en algunos sectores. Así, las organizaciones de portuarios podrán seguir repartiendo los turnos de forma democrática entre una mayor cantidad de obreros y obreras que los que podrá cubrir el contrato ofrecido por Puerto Central en una de las ciudades con niveles de desempleo por sobre el promedio nacional.

Patricia Iglesias

Miembro de Centro de Investigación Político Social del Trabajo

www.cipstra.cl 

 

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