Tuición compartida


Lunes 27 de octubre 2014 9:15 hrs.


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Estimado Sr. Director:

El lazo afectivo  madre-hijo, y lo pueden decir los expertos, es  irremplazable, es trascendental para el hijo, en el desarrollo de su personalidad, su autoestima, su equilibrio emocional, etc.  Involucra para ambos la necesidad de una cercanía estrecha en la cotidianidad. En ella, se consagra un sentido de  protección único y extremo,   propio de la madre que engendró y dio a luz a ese hijo. Ese vínculo seguro no  debiera ser quebrantado jamás.  Lo  anterior, al menos hasta que el menor tenga la edad suficiente que le permita  expresar   sus miedos, sus necesidades, su voluntad.

Un padre, obvio tiene derecho  a mantener el vínculo con el hijo. Debe verlo, compartirlo, disfrutarlo. Pero esto no puede quebrantar esa conexión  madre-hijo, separándolos. Pienso que el ente legislador ha actuado  con una  desnaturalización incomprensible. No creo que  ningún Juez o legislador, en una mirada retrospectiva, apruebe  que lo hubieran separado de su madre a temprana edad en virtud a una cuestión  meramente  legal. Creo, no les  ha importado  el daño emocional y psicológico que le ocasiona al niño la separación de su madre y han borrado de un plumazo todos los estudios y recomendaciones de psicólogos y expertos sobre el tema.  Para un niño, el beso de buenas noches de su madre vale más que cualquier ley deshumanizada que a su corta edad aún no logra entender.

Finalmente, la aplicación de esta ley en lo que va transcurrido y en lo referido al quebrantamiento  de dicho sublime y estrecho vínculo, me parece torpe y brutal.

Atte., Pablo Villasol.

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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