En Radio Universidad de Chile, Juan Pablo Cárdenas entrevistó a la periodista mexicana  Olivia Zerón. Galardona en 2007 con el Premio Nacional de Periodismo de su país, de visita en Chile conversó sobre la situación de México, específicamente la que se vive en la provincia de Iguala, en el Estado de Guerrero.

Desde su cercanía con la investigación en Derechos Humanos, Olivia Zerón se refirió a la desaparición del grupo de estudiantes normalistas en septiembre de 2014, situación aún no resuelta en el país.

“Estamos pasando por un momento muy difícil. Tenemos un fenómeno de personas desaparecidas relacionado con el narcotráfico, la corrupción, los vínculos entre el crimen organizado y el poder que, justamente, en este caso quedó revelado como nunca antes. Por eso acá se marca un antes y un después.

La violencia en México no es nueva, tenemos muchos años de noticias terribles, pero el caso Ayotzinapa nos golpeó de manera especial: Se trata de jóvenes, 43 estudiantes del estado más pobre del país, ellos son los pobres de los pobres. Hay que  entender que en las aulas van jóvenes indígenas, a los hijos de los campesinos del estado de Guerrero que no tienen muchas alternativas para formarse. Esta es tal vez la única posibilidad que tienen porque además es un internado, que les permite vivir ahí, por lo que es una opción para ser maestros. Ellos son el orgullo de sus familias, son la esperanza de un futuro mejor.

En ese contexto, hay que entender el proceso histórico en el que surgen las normales en México, con la idea de formar maestros rurales que volvieran a sus comunidades a enseñar, porque quién va a ir a la punta de la sierra a enseñar si no es alguien que sea de ahí y que sienta que tiene que devolver algo a los suyos. De ellos estamos hablando, de esos 42 desaparecidos, por ello es una tragedia enorme. Porque nos reveló algo que ya sabíamos: El vínculo entre el poder político y el crimen organizado en varias partes del país”.

¿Por qué se llama crimen organizado? Nosotros conocimos muy bien el fenómeno de los detenidos desaparecidos, pero sabíamos perfectamente quienes eran los presumibles autores, pero en México se vuelve complejo: Se acusa al gobierno, al gobierno estatal, a la policía, al narcotráfico, pero ¿quiénes son los que cometen estas barbaries?

Son células de narcotraficantes, pero un narcotráfico que ya no es solo el comercio de estupefacientes, ellos se han diversificado y ahora son personas que se dedican a extorsionar, cobran impuestos a los comerciantes de zonas enteras, que tienen vínculos con muchos alcaldes…

Cuando yo viví en México siempre se hablaba de los gobernadores y acaldes que eran amigos de los narcotraficantes, que tenían colusiones. Pero hoy han llegado a gobernadores y alcaldes los mismos narcotraficantes, ¿es verdad?

El caso de Iguala es el mejor ejemplo: está en la cárcel el ex alcalde José Luis Abarca, su esposa María de los Ángeles Pineda, que se perfilaba para reemplazar a su esposo. Lo que dicen las autoridades en México es que ellos eran los operadores de un grupo de crímenes organizados, Guerreros Unidos.

José Luis Abarca y su esposa

La esposa del alcalde tiene gente cercana vinculada con la delincuencia. Todos sabían de esta fama del ex alcalde ahora preso. Sin embargo, fue postulado para la alcaldía. Entonces, de pronto, hay cosas que se empiezan a ver como normales en algunas zonas del país y ahora nos cae como un balde de agua helada el darnos cuenta que no lo es.

Los partidos políticos son cuestionados, porque ellos mismos postulan a esta gente. Por ejemplo, el alcalde llegó al puesto postulado por el partido de la Revolución Democrática, el de izquierda en México. Eso generó una crisis política, también social. Están todos los poderes cuestionados. Recordemos que en este caso el gobernador de Guerrero también tuvo que renunciar, los partidos políticos, el gobierno federal, todos son cuestionados.

Pero uno entiende que cuando los narcotraficantes se convierten en las autoridades lo hacen para darse mayores facilidades para ejercer su actividad, pero ¿qué interés puede haber habido para quitarle la vida a un grupo de estudiante?, ¿qué amenaza constituían esos jóvenes?

Esa es una parte que no sabemos con certeza. Hay varias hipótesis que han estado rondando, pero no sabemos por qué. No sabemos si los confundieron con una célula rival en el narcotráfico. En realidad es importante entender que en la escuela normal rural de Ayotzinapa es por tradición contestataria, ahí estudiaron Lucio Cabañas, Genaro Vásquez, que formaron el partido de los pobres en la década de los sesenta, la guerrilla histórica del estado de Guerrero que aún permanece. Por todo ello, a estos jóvenes se les ha estigmatizado por ser semillero de guerrilleros, pero ellos son contestatarios para exigir recursos, defender su escuela.

Para entender el proceso de estos jóvenes es necesario conocer el contexto en el que viven. Es fácil criticar desde afuera y llamarlos vándalos sin entender. Ellos son un grupo incómodo, son organizados, ideologizados, incómodos para los poderes del Estado Guerrero, también para los federales, porque exigen sus derechos y los derechos de su escuela.

Luego se ese marco, lo que se comenta de ese 26 de septiembre por la noche había una fiesta. Que el alcalde junto a su esposa estaban celebrando, porque ella había dado un informe porque estaban al frente del DIF municipal. Se dice que ellos tenían la sospecha de que los jóvenes podían ir a molestarlos, así que el alcalde (vinculado con el crimen organizado) le envía una orden directa a la policía, también vinculada con el crimen, de ve y contrólalos para que no lleguen. Eso deriva en esta atrocidad.

Sabemos que México es un estado federal, que la autonomía es real. Los estados tienen policías propios, autoridades propios, aun así, no me queda claro el por qué el poder central no es capaz de resolver un caso que, según lo que describes sería tan simple de solucionar.

Claro Juan Pablo, tienes toda la razón. Incluso en las marchas, miles de personas han salido a movilizarse para exigir  justicia. En una de las marchas, en una foto que incluso fue tomada por los medios internacionales, en el zócalo, en el centro (D.F) se decía “fue el Estado”. Esto no quiere decir que el presidente Peña Nieto dio la orden específica de matar a los jóvenes, pero es lo que dices, es la pregunta de cómo puede ser que el Estado no haya hecho nada. Hay fallas estructurales en todos los niveles de gobierno.

Más allá de que los dos autores intelectuales estén presos…

Claro. Hay policías presos también.

Decías Olivia que esto ha tenido impacto en la política. Nos sorprendió muchísimo saber que un gobernador elegido por un partido de izquierda estaba involucrado en estas situaciones. ¿Cuál es el impacto?, ¿por qué responsabilizar con tanta fuerza al presidente de un país que es del PRI mientras que el PRD ha resultado más o menos ileso pese a su vínculo?

Ellos ya venían con problemas, pero esta situación puntual los hundió en una crisis muy profunda. El Partido de la Revolución Democrática está sumido en una crisis enorme.

Pero es una crisis por la división, como la que viven todos los partidos de izquierda en Latinoamérica

Pero este caso profundizó esta crisis. Empezamos a escuchar acusaciones entre los líderes del PRD de tú ya sabías de quien era este alcalde (por el de Iguala) y no hiciste nada… y así, de unos a otros culpándose.

¿Qué piensas tú que está haciendo Peña Nieto? A veces da la impresión que de verdad está tratando de resolver esto. Por ejemplo, ahora sabemos que viajó a Estados Unidos porque el Presidente Obama le pidió dar cuentas de lo que está pasando.

Lo persiguieron las protestas en Washington por las desapariciones también. Los reclamos al gobierno federal son importantes. Ellos llegaron al poder después del sexenio de Felipe Calderón, el que declaró la guerra contra el crimen organizado, decisión muy cuestionada. Yo, en lo personal, tampoco estoy de acuerdo con las medidas que se tomaron porque generaron más violencia en el país.

Llega Peña Nieto por el PRI, el Partido Revolución Institucional, y no modifica la estrategia de seguridad. Solo lo cambia en el discurso. En el tema de la percepción  fueron muy eficaces, porque logran cambiar la atención desde la violencia (que había sido el sello del sexenio anterior) al tema de las reformas estructurales. Así que el primer año de gobierno tuvimos aprobación de reformas de todo tipo en el país: educativas, política, de telecomunicaciones… y de eso es de lo que se empieza a hablar en el extranjero. Recordemos el mexican moment, con la portada de la revista Time, mucha gente de México se fue con esa finta, necesitados también de creer en otra cosa, pero se tiró la basura debajo de la cama.

Enrique Peña Nieto

Un año se pudo mantener esto de las reformas y se me hace increíble que no les haya reventado antes. Fue una buena maniobra política, pero viene el caso Ayotzinapa y qué importancia le podemos dar a las reformas estructurales cuando hay grandes zonas del país donde no hay gobernabilidad.

Siempre cuando uno pregunta por México, dicen está tan complicada la situación. Es un país muy grande, hay sectores donde no pasan las mismas situaciones ¿Qué tan extendido pueda estar en México en estos momentos?, ¿podrían haber situaciones como la de Guerrero en otros lugares?.

No podemos generalizar, hay instituciones que funcionan, pero hay grandes zonas de ingobernabilidad. El Estado de Tamaulipas es un estado al norte del país, donde también hay una situación crítica de violencia. El gobierno Federal lanzó una estrategia de seguridad que no ha dado frutos, ahí no existe prensa, los comunicadores no pueden trabajar, hay una zona de silencio, no hay información.

También hay una zona de Michoacán, en la parte conocida como tierras calientes, donde han surgido grupos de autodefensa. Se les trató de meter en la legalidad y los metieron en la fuerza estatal rural que ahora también está en crisis. Entonces hay zonas del país donde no hay gobierno.

Cambiando de tema. Leí una hermosa crónica sobre Chiapas, estuvimos los dos en lo de Oventic y fue esperanzador el fenómeno del zapatismo. Todo el mundo vimos con esperanza ese proceso, ¿en qué ha quedado todo eso?, toda esta izquierda tan distinta a la otra.

No es un cambio de tema tan brusco, porque los papás de los jóvenes desaparecidos han estado en contacto con Chiapas. Qué te puedo decir, a la gente de mi generación nos marcó el surgimiento del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) en 1994. Es un movimiento indígena, campesino, que decidió volverse autónomo. A mi parece que esta experiencia es muy cuestionada en México, hay quienes dicen que no han avanzado nada, pero a mí me queda la sensación es un esfuerzo admirable que han hecho. El que haya un relevo generacional, es hermoso. Ver jóvenes y niños trabajando por el proyecto.

Y la notable organización social y económica que han logrado…

No es perfecto, les falta mucho. No ha sido fácil. Ellos han decidido desarrollarse al margen del gobierno, claro que siguen siendo pobres, pero han ganado la dignidad que no tienen sus vecinos de otras comunidades. Estuvimos en Oventic para el Año Nuevo pasado, en una celebración donde nadie consumía alcohol, ni drogas, solo se bailaba con grupos de músicos zapatistas, una especie de kermesse fraterna.

Ellos abrieron las puertas a todos quienes querían ver. Querían compartir lo que son a veinte años de haber levantado la voz. En lo particular, a mí me emociona mucho el zapatismo, me parece algo muy importante que está ocurriendo al sur de México, en Chiapas.

Nos decías también que las manifestaciones estudiantiles de Chile causaron un impacto en los estudiantes mexicanos, ¿en qué estado están?, sé que han reaccionado duramente frente a estos  acontecimientos (la desaparición), pero ¿en qué están?

Se ha diluido un poco el movimiento que surgió cuando Peña Nieto era candidato. Ellos se habían unido en torno a la idea de que el PRI no regresara al gobierno. Ellos sentían que los medios de comunicación estaban ayudando en ello, ahí les ayudó el movimiento estudiantil chileno, fue un movimiento inspirador, de identificación. Ahí se salió a las calles, pero después se diluyó un poco, también porque hubo movilizaciones que fueron reprimidas y porque también cada joven tiene en la cabeza un método de lucha diferente.

Lo importante es que quedó sembrada una semilla que ahora lo podemos ver. Hay contingentes enormes de jóvenes que ahora dicen que hay que salir a las calles indignados por el tema de Ayotzinapa.

Respecto de la política competitiva, ¿qué perspectivas hay, qué posibilidades hay que el PRI sigan gobernando o que irrumpa otra fuerza como la que comentabas se separó del PRD?

Tenemos un panorama electoral difícil. Este año hay elecciones en nueve estados del país y la situación se ve difícil, sobre todo en Guerrero. Las movilizaciones tienen como consigna que no van a permitir que se instalen las urnas, que ya no creen en los partidos políticos, en ninguno, se sienten traicionados por todos. Se perfila un panorama complicado, no sé quién se pueda ver favorecido por este panorama, yo creo que está muy complicado para todos los partidos políticos.

Lo que me da gusto de esta conversación es poder descubrir que los problemas de México no son solo los problemas de ustedes, que hay mucha de estas situaciones que nosotros compartimos. En el mundo se comparte la idea de que aquí se ha establecido una democracia plena, que no es tan así. En la idea de que Chile era un país inexpugnable a la corrupción, vemos que no es así porque ésta está alcanzando los niveles más altos…

No puedo conversar con una colega sin preguntar ¿cómo va tu trabajo? Con contratiempo, con libertad…

No me puedo quejar, he tenido libertad para ejercer mi trabajo. Sin embargo, los medios de comunicación en México están bastantes comprometidos con la publicidad, la que muchísimas veces vienen desde el gobierno, lo que tiene impacto con la agenda informativa. Si hay compromisos con un gobernador, no lo puedes criticar, porque te van a quitar la publicidad… ese es el panorama en general, que no me ha tocado enfrentarlo, pero sé de colegas que hay cosas que no pueden informar como el caso de la casa blanca, que es el escándalo de un contratista que se vio favorecido por el gobierno de Peña Nieto desde que era gobernador del Estado de México y que ahora le estaba vendiendo una casa a su esposa. De pronto de esas cosas no se puede hablar, o de algún gobernador. Y luego lo que te decía era que el problema es la violencia.