Los ex presos políticos cumplen mas de 20 días en huelga de hambre, con las consecuencias graves a la salud de las personas que están llevando adelante esta acción, todos mayores de sesenta años, algunas de las cuales ya han sido hospitalizadas a consecuencia de las primeras manifestaciones del impacto de la privación de alimentos. La respuesta del gobierno y de los medios de prensa ha sido bajarle el perfil a la información e intentar centrar sus reivindicaciones en el plano monetario solamente, minimizando la exigencia vital, de que el Estado reconozca a los hijos nobles de esta patria, a los que lucharon por la democracia y la libertad que disfrutamos hoy todos los chilenos.
Los expresos políticos con su huelga valiente están exigiendo hacer de la memoria histórica una fuente de enseñanza para las nuevas generaciones, para que ellos sepan y no olviden lo que sucedió en su país. Es una causa que ha despertado la comprensión unánime y la respuesta inmediata en distintas partes del mundo, de apoyo total a sus demandas, entre ellas la red Iberoamericana de Jueces, organismo que aglutina a jueces, juezas, operadores de justicia y abogados defensores de derechos humanos de distintos países de Latinoamérica.
Todos expresan su profunda consternación al comprobar, que los sobrevivientes de la dictadura cívico militar recurren como última opción, a medidas extremas que ellos mismos utilizaron para resistir a la dictadura, obligados por un gobierno democrático que, como los anteriores, no escucha sus demandas. Quienes fueron perseguidos, enviados a las cárceles, a los campos de concentración y a los centros de torturas, durante los 17 años de dictadura, no son atendidos en la democracia por la que lucharon y por la que otros perdieron la vida.
Las demandas de los ex presos políticos son justas, porque la mayoría de ellos nunca mas, después de ser expulsados de sus trabajos, pudieron reinsertase en el mundo laboral. Son cientos los casos de quienes incluso en democracia, han sido calificados y estigmatizados porque en sus papeles de antecedentes e historia, aun esta escrita la sanción impuesta en dictadura, prolongándose en democracia las condenas que recibieron por haber luchado por la libertad de nuestro país.
Afortunadamente también hay ex presos políticos que pudieron reinsertarse en el campo laboral y político, de eso no hay duda, pero ese no puede ser el parámetro para medir la realidad angustiante que la mayoría de ellos vive en la actualidad, sobreviviendo con una pensión de hambre, con recursos escasos para costear la educación de sus hijos y para resolver sus problemas y gastos de salud. Por ello lo que corresponde, es que el estado asuma de una vez por todas y sin condiciones, una indemnización y una pensión justa y adecuada para cada uno de los ex presos y presas políticas de Chile, reconocidos por la Comisión Valech I y II.
Es una demanda justa exigir que se igualen las pensiones Valech y Retigg hoy con montos distintos y por tanto discriminatorio, que se elimine la incompatibilidad impuesta entre estas pensiones, con otras leyes que favorecen a los Exonerados Políticos, porque todos fuimos hechos prisioneros, expulsados de nuestros trabajos y también torturados, victimas de crímenes de lesa humanidad. Todas estas reivindicaciones no abarcan solo el plano monetario, sino que se adhieren a sostener la memoria histórica de lo sucedido antes, durante y después del golpe de estado de 1973.
Las demandas exigidas apuntan a poner fin a la situación de indefensión legal y a la persecución de los/as sobrevivientes de la dictadura, proporcionándoles apoyo del estado y para posibilitar la presentación de querellas contra los responsables de la violación de sus derechos humanos, tipificando además los delitos de tortura y violencia política sexual, como crímenes de lesa humanidad.
Todas estas son demandas necesarias, para impedir la impunidad respecto a los crímenes de lesa humanidad cometidos y para que se haga justicia, exigiendo que se hagan públicos los archivos y la información de las investigaciones realizadas en las Comisiones Valech y Retigg. Actualmente bajo restricción, como resultado de los pactos políticos hechos entre la Concertación y la dictadura, para facilitar la transición a la democracia, negociando con los derechos humanos y con la verdad.
Ya son casi tres semanas desde que se inició la huelga de hambre, es un remezón a la hipocresía y al doble discurso que por años ha silenciado la lucha por los derechos humanos, amordazando la dignidad y endureciendo los escrúpulos de dirigentes políticos, quienes negociaron con la dictadura para no investigar y llevar a la justicia a todos los autores de crímenes de lesa humanidad.
Nuestras reivindicaciones no están sujetas a empates ni a intercambios con quienes fueron nuestros torturadores y carceleros, los que si han sido favorecidos con las negociaciones entre cuatro paredes llevadas a cabo durante veinte años, llevándoles a cárceles de lujo y manteniéndoseles sus pensiones completas y regalías como ex oficiales de las Fuerzas Armadas.
Las demandas de los expresos políticos son un clamor por la verdad y la justicia, en su petitorio esta la herencia de Allende, cuyo recuerdo remueve conciencias, abandonado y asesinado por defender los intereses de su pueblo. En los expresos políticos está también la imagen, de quienes se levantaron con la dignidad del derecho a la rebelión para terminar con una dictadura cruel y oprobiosa, reivindicando todos, el valor del respeto por los derechos humanos y por nuestra propia historia.
Es tiempo que el valor por la verdad se imponga
Enrique Villanueva M
Vicepresidente CEEFA-73
Centro de Estudios Exonerados Fuerza Aérea 1973
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