El 6 de Mayo las Naciones Unidas anunciaron que por lo menos 646 civiles han perdido la vida desde el comienzo de los bombardeos aéreos contra este país, esto es desde 26 de Marzo recién pasado, mientras que otros 1 mil 364 civiles han sido heridos.

Como ayer con el pequeño Timor Oriental ,en el océano Indico, ocupado y masacrado durante años por Indonesia antes que una intervención internacional haya puesto fin a esa barbarie; como hace poco con el pequeño Sahara Occidental ocupado por Marruecos y vaciado de una parte importante de su población en infracción de todas las reglas que rigen la vida de los Estados, hoy es el turno del pequeño Yemén, al sur del Golfo Pérsico, de soportar, en el más absoluto silencio, el bombardeo inclemente de su población por una coalición de una docena de Estados( Egipto, Qatar,Pakistán,etc) dirigida por Arabia saudita .

Sirviéndose como pretexto de la supuesta ayuda que Irán , su rival regional, prestaría a uno de los bandos yemenitas, Arabia Saudita ha desencadenado sobre esta población una agresión caracterizada para la cual cuenta con la complacencia , sino con la complicidad, de algunas de las llamadas grandes democracias occidentales y muy particularmente de EE. UU y Francia, grandes proveedores de armas de la monarquía saudita.

Estamos pues en presencia una vez más de esas agresiones cobardes que se autorizan ciertos países con pretensiones de dominio regional. Los ingentes recursos petroleros de los agresores oportunamente invertidos en un maquinaria militar sofisticada son puestos al servicio de una guerra innoble contra un Yemén en que el único recurso ha sido históricamente el coraje de su pueblo para defender su independencia y su libertad.

Ya sería hora pues que nuestro gobierno impulsara en las Naciones Unidas una iniciativa para parar este crimen lo antes posible.

José Manuel Aguirre Cerda